14.09.2016 Views

La Vida de Jesus por Elena de White

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

sacrificio doliente y como rey vencedor,-pero veía que su venida tenía un significado más profundo<br />

que el que discernían los sacerdotes y el pueblo. Cuando vio a Jesús entre la muchedumbre, al<br />

volver él <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto, esperó confiadamente que daría al pueblo alguna señal <strong>de</strong> su verda<strong>de</strong>ro<br />

carácter. Casi impacientemente esperaba oír al Salvador <strong>de</strong>clarar su misión; pero Jesús no<br />

pronunció una palabra ni dio señal alguna. No respondió al anuncio que hiciera el Bautista acerca<br />

<strong>de</strong> él, sino que se mezcló con los discípulos <strong>de</strong> Juan sin dar evi<strong>de</strong>ncia externa <strong>de</strong> su obra especial,<br />

ni tomar medidas que lo pusiesen en evi<strong>de</strong>ncia. Al día siguiente, Juan vio venir a Jesús.<br />

Con la luz <strong>de</strong> la gloria <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong>scansando sobre él, el profeta extendió las manos diciendo: "He<br />

aquí el Cor<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> Dios, que quita el pecado <strong>de</strong>l mundo. Este es <strong>de</strong>l que dije: Tras mí viene un<br />

varón, el cual es antes <strong>de</strong> mí: . . . Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, <strong>por</strong><br />

eso vine yo bautizando con agua.... Vi al Espíritu que <strong>de</strong>scendía <strong>de</strong>l cielo como paloma, y reposó<br />

sobre él. Y yo no le conocía; mas el que me envió a bautizar con agua, Aquél me dijo: Sobre quien<br />

vieres <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r el Espíritu, y que reposa sobre él, éste es el que bautiza con Espíritu Santo. Y yo<br />

le vi, y he dado testimonio que éste es el Hijo <strong>de</strong> Dios." ¿Era éste el Cristo? Con reverencia y<br />

asombro, el pueblo 111 miró a Aquel que acababa <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>clarado Hijo <strong>de</strong> Dios. Todos habían<br />

sido profundamente conmovidos <strong>por</strong> las palabras <strong>de</strong> Juan. Les había hablado en el nombre <strong>de</strong> Dios.<br />

Le habían escuchado día tras día mientras reprendía sus pecados, y diariamente se había fortalecido<br />

en ellos la convicción <strong>de</strong> que era enviado <strong>de</strong>l cielo. Pero, ¿quién era éste mayor que Juan el<br />

Bautista? En su <strong>por</strong>te e indumentaria, nada indicaba que fuese <strong>de</strong> alta jerarquía. Aparentemente,<br />

era un personaje sencillo, vestido como ellos, con la humil<strong>de</strong> vestimenta <strong>de</strong> los pobres. Había entre<br />

la multitud algunos <strong>de</strong> los que en ocasión <strong>de</strong>l bautismo <strong>de</strong> Cristo habían contemplado la gloria<br />

divina y oído la voz <strong>de</strong> Dios. Pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces el aspecto <strong>de</strong>l Salvador había cambiado mucho.<br />

En ocasión <strong>de</strong> su bautismo, habían visto su rostro transfigurado <strong>por</strong> la luz <strong>de</strong>l cielo; ahora, pálido,<br />

cansado y <strong>de</strong>macrado, fue reconocido únicamente <strong>por</strong> el profeta Juan. Pero al mirarle, la gente vio<br />

un rostro don<strong>de</strong> la compasión divina se aunaba con la conciencia <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r. Toda mirada <strong>de</strong> sus<br />

ojos, todo rasgo <strong>de</strong> su semblante, estaba señalado <strong>por</strong> la humildad y expresaba un amor in<strong>de</strong>cible.<br />

Parecía ro<strong>de</strong>ado <strong>por</strong> una atmósfera <strong>de</strong> influencia espiritual. Aunque sus modales eran amables y<br />

sencillos, daba a los hombres una impresión <strong>de</strong> un po<strong>de</strong>r escondido, pero que no podía ocultarse<br />

completamente. ¿Era éste Aquel a quien Israel había esperado tanto tiempo? Jesús vino con<br />

pobreza y humillación, a fin <strong>de</strong> ser tanto nuestro ejemplo como nuestro Re<strong>de</strong>ntor. Si hubiese<br />

aparecido con pompa real, ¿Cómo podría habernos enseñado la humildad? ¿Cómo podría haber<br />

presentado verda<strong>de</strong>s tan terminantes en el sermón <strong>de</strong>l monte? ¿Dón<strong>de</strong> habría quedado la esperanza<br />

<strong>de</strong> los humil<strong>de</strong>s en esta vida, si Jesús hubiese venido a morar como rey entre los hombres? Sin<br />

embargo, para la multitud parecía imposible que el ser <strong>de</strong>signado <strong>por</strong> Juan estuviese asociado con<br />

80

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!