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La Vida de Jesus por Elena de White

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

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templo se rasgó en dos, <strong>de</strong>mostrando que el significado y el carácter sagrado <strong>de</strong>l ritual <strong>de</strong> los<br />

sacrificios habían terminado. Había llegado el tiempo en que <strong>de</strong>bían cesar los sacrificios y las<br />

oblaciones terrenales. <strong>La</strong> semana -siete años- terminó en el año 34 <strong>de</strong> nuestra era. Entonces, <strong>por</strong> el<br />

apedreamiento <strong>de</strong> Esteban, los judíos sellaron finalmente su rechazamiento <strong>de</strong>l Evangelio; los<br />

201discípulos, dispersados <strong>por</strong> la persecución, "iban <strong>por</strong> todas partes anunciando la palabra;"*<br />

poco <strong>de</strong>spués, se convirtió Saulo el perseguidor, y llegó a ser Pablo, el apóstol <strong>de</strong> los gentiles.<br />

El tiempo <strong>de</strong> la venida <strong>de</strong> Cristo, su ungimiento <strong>por</strong> el Espíritu Santo,8 su muerte y la proclamación<br />

<strong>de</strong>l Evangelio a los gentiles, habían sido indicados en forma <strong>de</strong>finida. Era privilegio <strong>de</strong>l pueblo<br />

judío compren<strong>de</strong>r estas profecías, y reconocer su cumplimiento en la misión <strong>de</strong> Jesús. Cristo instó<br />

a sus discípulos a reconocer la im<strong>por</strong>tancia <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> la profecía. Refiriéndose a la que fue<br />

dada a Daniel con respecto a su tiempo, dijo: "El que lee, entienda."* Después <strong>de</strong> su resurrección,<br />

explicó a los discípulos en "todos los profetas" "lo que <strong>de</strong> él <strong>de</strong>cían."* El Salvador había hablado<br />

<strong>por</strong> medio <strong>de</strong> todos los profetas. "El espíritu <strong>de</strong> Cristo que estaba en ellos" "prenunciaba las<br />

aflicciones que habían <strong>de</strong> venir a Cristo, y las glorias <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ellas.'* Fue Gabriel, el ángel que<br />

sigue en jerarquía al Hijo <strong>de</strong> Dios, quien trajo el mensaje divino a Daniel. Fue a Gabriel, "su ángel,"<br />

a quien envió Cristo para revelar el futuro al amado Juan; y se pronuncia una bendición sobre<br />

aquellos que leen y oyen las palabras <strong>de</strong> la profecía y guardan las cosas en ella escritas.* "No hará<br />

nada el Señor Jehová, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas." Aunque "las cosas<br />

secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios, . . . <strong>La</strong>s reveladas son para nosotros y para nuestros<br />

hijos <strong>por</strong> siempre.'* Dios nos ha dado estas cosas, y su bendición acompañará al estudio reverente,<br />

con oración, <strong>de</strong> las escrituras proféticas. Así como el mensaje <strong>de</strong>l primer advenimiento <strong>de</strong> Cristo<br />

anunciaba el reino <strong>de</strong> su gracia, el mensaje <strong>de</strong> su segundo advenimiento anuncia el reino <strong>de</strong> su<br />

gloria. El segundo mensaje, como el primero, está basado en las profecías. <strong>La</strong>s palabras <strong>de</strong>l ángel<br />

a Daniel acerca <strong>de</strong> los últimos días, serán comprendidas en el tiempo <strong>de</strong>l fin. En ese tiempo,<br />

"muchos correrán <strong>de</strong> aquí para allá, y la ciencia será aumentada."* "Los impíos obrarán<br />

impíamente, y ninguno <strong>de</strong> los impíos enten<strong>de</strong>rá, pero enten<strong>de</strong>rán los entendidos."*<br />

El Salvador mismo anunció señales <strong>de</strong> su venida y dijo: "Cuando viereis hacerse estas cosas,<br />

enten<strong>de</strong>d que está cerca el reino <strong>de</strong> Dios." "Y mirad <strong>por</strong> vosotros, que 202 vuestros corazones no<br />

sean cargados <strong>de</strong> glotonería y embriaguez, y <strong>de</strong> los cuidados <strong>de</strong> esta vida, y venga <strong>de</strong> repente sobre<br />

vosotros aquel día." "Velad pues, orando en todo tiempo, que seáis tenidos <strong>por</strong> dignos <strong>de</strong> evitar<br />

todas estas cosas que han <strong>de</strong> venir y <strong>de</strong> estar en pie <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong>l hombre."* Hemos llegado<br />

al período predicho en estos pasajes. El tiempo <strong>de</strong>l fin ha llegado, las visiones <strong>de</strong> los profetas están<br />

<strong>de</strong>selladas, y sus solemnes amonestaciones nos indican que la venida <strong>de</strong> nuestro Señor en gloria<br />

está cercana. Los judíos interpretaron erróneamente y aplicaron mal la palabra <strong>de</strong> Dios, y no<br />

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