14.09.2016 Views

La Vida de Jesus por Elena de White

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

los soldados y al pueblo. Tal vez ellos logren hacerte hablar. Si eres un impostor, la muerte en sus<br />

manos es lo único que mereces; si eres el Hijo <strong>de</strong> Dios, sálvate haciendo un milagro. Apenas fueron<br />

pronunciadas estas palabras la turba se lanzó hacia Cristo. Como fieras se precipitaron sobre su<br />

presa.<br />

Jesús fue arrastrado <strong>de</strong> aquí para allá, y Hero<strong>de</strong>s se unió al populacho en sus esfuerzos <strong>por</strong> humillar<br />

al Hijo <strong>de</strong> Dios. Si los soldados romanos no hubiesen intervenido y rechazado a la turba enfurecida,<br />

el Salvador habría sido <strong>de</strong>spedazado. "Mas Hero<strong>de</strong>s con su corte le menospreció, y escarneció,<br />

vistiéndole <strong>de</strong> una ropa rica." Los soldados romanos participaron <strong>de</strong> esos ultrajes. Todo lo que<br />

estos perversos y corrompidos soldados, ayudados <strong>por</strong> Hero<strong>de</strong>s y los dignatarios judíos podían<br />

instigar, fue acumulado sobre el Salvador. Sin embargo, su divina paciencia no <strong>de</strong>sfalleció. Los<br />

perseguidores <strong>de</strong> Cristo habían procurado medir su carácter <strong>por</strong> el propio; le habían representado<br />

tan vil como ellos mismos. Pero <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> todas las apariencias <strong>de</strong>l momento, se insinuó otra<br />

escena, una escena que ellos contemplarán un día en toda su gloria. Hubo algunos que temblaron<br />

en presencia <strong>de</strong> Cristo.<br />

Mientras la ruda muchedumbre se inclinaba irrisoriamente <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> él, algunos <strong>de</strong> los que se<br />

a<strong>de</strong>lantaban con este propósito retrocedieron, mudos <strong>de</strong> temor. Hero<strong>de</strong>s se sintió convencido. Los<br />

últimos rayos <strong>de</strong> la luz misericordiosa resplan<strong>de</strong>cían sobre su corazón endurecido <strong>por</strong> el pecado.<br />

Comprendió que éste no era un hombre común; <strong>por</strong>que la Divinidad había fulgurado a través <strong>de</strong> la<br />

humanidad. En el mismo momento en que Cristo estaba ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> burladores, adúlteros y<br />

homicidas, Hero<strong>de</strong>s sintió que estaba contemplando a un Dios sobre su trono. Por empe<strong>de</strong>rnido<br />

que estuviese, Hero<strong>de</strong>s no se atrevió a ratificar la con<strong>de</strong>na <strong>de</strong> Cristo. Quiso <strong>de</strong>scargarse <strong>de</strong> la<br />

terrible responsabilidad y mandó a Jesús <strong>de</strong> vuelta al tribunal romano. Pilato sintió <strong>de</strong>sencanto y<br />

mucho <strong>de</strong>sagrado.<br />

Cuando los judíos volvieron con el prisionero, preguntó impacientemente qué querían que hiciese<br />

con él. Les recordó que ya había examinado a Jesús y no había hallado culpa en él; les dijo que le<br />

habían presentado quejas contra él, pero que no habían podido probar una sola acusación. Había<br />

enviado a Jesús a Hero<strong>de</strong>s, tetrarca <strong>de</strong> Galilea y miembro <strong>de</strong> su nación judía, pero él tampoco había<br />

hallado en él cosa digna <strong>de</strong> muerte. "Le soltaré , pues, castigado," dijo Pilato. En esto Pilato<br />

<strong>de</strong>mostró su <strong>de</strong>bilidad. Había <strong>de</strong>clarado que Jesús era inocente; y, sin embargo, estaba dispuesto a<br />

hacerlo azotar para apaciguar a sus acusadores. Quería sacrificar la justicia y los buenos principios<br />

para transigir con la turba. Esto le colocó en situación <strong>de</strong>sventajosa. <strong>La</strong> turba se valió <strong>de</strong> su<br />

in<strong>de</strong>cisión y clamó tanto más <strong>por</strong> la vida <strong>de</strong>l preso. Si <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio Pilato se hubiese<br />

mantenido firme, negándose a con<strong>de</strong>nar a un hombre que consi<strong>de</strong>raba inocente, habría roto la<br />

499

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!