ENCUENTROS SOCIALES Y DIVERSIONES - Gobierno de Jalisco ...
ENCUENTROS SOCIALES Y DIVERSIONES - Gobierno de Jalisco ...
ENCUENTROS SOCIALES Y DIVERSIONES - Gobierno de Jalisco ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
142 <strong>ENCUENTROS</strong> <strong>SOCIALES</strong> Y <strong>DIVERSIONES</strong><br />
época —principio <strong>de</strong> los setenta a mediados <strong>de</strong> los noventa— el mejor cabaret<br />
<strong>de</strong> Guadalajara, don<strong>de</strong> eran presentadas las ve<strong>de</strong>ttes <strong>de</strong> más categoría que<br />
había en México. Era propietario el señor José Cruz, y se hallaba en Libertad<br />
y San Fernando, a una cuadra <strong>de</strong> Calzada In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia Sur.<br />
Después <strong>de</strong> esta gira por los viejos cabaretes <strong>de</strong> Guadalajara, justo es<br />
que se hable <strong>de</strong> algunas <strong>de</strong> sus peculiarida<strong>de</strong>s, comenzando por <strong>de</strong>cir que<br />
todos los cabaretes <strong>de</strong> la ciudad estaban iluminados a media luz, penumbra<br />
a<strong>de</strong>cuada para evitar enfrentamientos entre clientes que habían empinado el<br />
codo <strong>de</strong> más; iluminación favorecedora, también, para ver atractivas a las<br />
damas que allí llevaban a cabo su actividad. Era el cabaret lugar <strong>de</strong> encuentro<br />
<strong>de</strong> clases sociales distintas y, por en<strong>de</strong>, <strong>de</strong> culturas diversas, tanto populares<br />
como elitistas. No era nada difícil encontrar sentados a la mesa a un<br />
grupo <strong>de</strong> «niños bien» vecinos <strong>de</strong> otra mesa ocupada por obreros, y ahí mismo<br />
encontrarse a trabajadores y patrones para seguir la parranda, en igualdad<br />
<strong>de</strong> circunstancias. El cabaret popular era el gran nivelador don<strong>de</strong> todo el<br />
mundo valía lo mismo, en una especie <strong>de</strong> rasero <strong>de</strong>mocrático. Turistas extranjeros<br />
y nacionales, mezclados con los clientes habituales, unidos todos<br />
por el afán <strong>de</strong> diversión, bebiendo, bailando y <strong>de</strong>partiendo sin los escrúpulos<br />
<strong>de</strong> la cotidianeidad.<br />
Iban algunos con el afán <strong>de</strong> embriagarse; otros, tímidos y jóvenes, a ser<br />
iniciados en los misterios <strong>de</strong>l amor comprado. Algunos, menos que otros, sagaces<br />
y mañosos, asistían al cabaret a conseguir gratis (cachucha) los favores<br />
sexuales <strong>de</strong> alguna dama nocturna que se <strong>de</strong>scuidaba en el lance, seducida<br />
por la labia <strong>de</strong>l galán. Más <strong>de</strong> un solitario, buscaba la compañía circunstancial<br />
<strong>de</strong> aquellas mujeres. Muchos, sábado a sábado, agotaban su sueldo semanal,<br />
con la esperanza <strong>de</strong> ver realizado sus sueños <strong>de</strong> llevarse a la guapa fulanita,<br />
quien, al final, lo <strong>de</strong>jaba con los gastos hechos, escapando subrepticiamente<br />
con algún otro galán <strong>de</strong> su agrado. Asistía también el bravero que buscaba<br />
pelea por doquier, evitado por inteligentes, pero que lograba a veces contun<strong>de</strong>nte<br />
respuesta chocando violentamente, con boca y nariz, contra algún puño<br />
fuerte y <strong>de</strong>cidido.<br />
Pero los reyes <strong>de</strong>l cabaret eran, <strong>de</strong>finitivamente, los parroquianos que<br />
sabían bailar bien; envidiados, admirados y preferidos por las damas porque<br />
sabían moverlas como ellas querían, a los ritmos que se usaban en esa época.