ENCUENTROS SOCIALES Y DIVERSIONES - Gobierno de Jalisco ...
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14 <strong>ENCUENTROS</strong> <strong>SOCIALES</strong> Y <strong>DIVERSIONES</strong><br />
Aquellos que, como mi padre, eran muy conocedores <strong>de</strong> la Fiesta Brava,<br />
disfrutaban no sólo <strong>de</strong> las faenas <strong>de</strong> los matadores, sino también <strong>de</strong> la brega<br />
<strong>de</strong> los peones, como la pareja <strong>de</strong> ban<strong>de</strong>rilleros <strong>de</strong> Armillita, sus hermanos<br />
Juan y Zenaido, que daban cátedra <strong>de</strong> cómo correr y ban<strong>de</strong>rillear y acomodar<br />
el astado para el diestro y los picadores. Cuántas veces las ovaciones <strong>de</strong>l público<br />
hicieron salir al ruedo a los subalternos a agra<strong>de</strong>cer el reconocimiento<br />
por una buena actuación.<br />
A este propósito cabe recordar que los aspirantes locales a figuras <strong>de</strong>l<br />
toreo, en aquellos años, solían entrenar en el ruedo <strong>de</strong> El Progreso si eran<br />
consi<strong>de</strong>rados merecedores <strong>de</strong> esa canonjía, o bien en «Las Fresas», terrenos<br />
don<strong>de</strong> se cultivaban hortalizas regadas por aguas negras, sitio ubicado frente<br />
a «Las Barranquitas», cruzando la Calzada In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, por el rumbo <strong>de</strong><br />
San Vicente.<br />
Pero el futbol y los toros sólo eran diversión <strong>de</strong> espectadores. Los tapatíos<br />
jóvenes jugábamos entonces al futbol con mayor o menor habilidad, pero<br />
con mucho entusiasmo. Nos acusaban <strong>de</strong> ser como «el frijol <strong>de</strong> la CEIMSA»:<br />
malos y picados. Casi todos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy pequeños, empezábamos a jugar futbol,<br />
los sábados, bajo la vigilancia <strong>de</strong> los maestros, que frecuentemente hacían <strong>de</strong><br />
árbitros. Los colegios popof contaban con sus campos <strong>de</strong>portivos propios: el<br />
Cervantes en el Bosque <strong>de</strong> Santa Eduwiges y el Instituto <strong>de</strong> Ciencias en las<br />
cercanías <strong>de</strong> las vías <strong>de</strong>l tren <strong>de</strong> Nogales, junto a la fábrica <strong>de</strong> don Luis Aranguren.<br />
Otros planteles simplemente aprovechaban los «llanitos» que ro<strong>de</strong>aban<br />
a la ciudad, siendo muy concurridos los <strong>de</strong> la avenida Unión, que empezaban<br />
en Garibaldi y seguían hasta el Club Guadalajara actual.<br />
Siendo ya jovencitos, algunos jugábamos futbol en equipos «llaneros» y<br />
<strong>de</strong> barrio agrupados en diferentes ligas, <strong>de</strong>stacando entre ellas la Liga Sabatina,<br />
cuyos equipos tenían nombres <strong>de</strong> animales: Mulos, Tejones, Coyotes, etcétera;<br />
equipos en los que participaban jóvenes profesionistas con aptitu<strong>de</strong>s,<br />
que no se habían integrado al futbol profesional por preferir ejercer su carrera,<br />
así como futbolistas retirados que gustaban <strong>de</strong> patear el balón cada sábado<br />
por la tar<strong>de</strong>. Ni qué hablar <strong>de</strong> la Liga <strong>de</strong> Primera Fuerza, que agrupaba equipos<br />
<strong>de</strong> fábricas, famosos por ser semilleros <strong>de</strong> jugadores y por la rivalidad que<br />
entre ellos existía. Cómo olvidar los duelos entre hilan<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l Salto, <strong>de</strong>l<br />
Imperio y <strong>de</strong>l Occi<strong>de</strong>nte. Recuerdo también el entusiasmo con que practica-