ENCUENTROS SOCIALES Y DIVERSIONES - Gobierno de Jalisco ...
ENCUENTROS SOCIALES Y DIVERSIONES - Gobierno de Jalisco ...
ENCUENTROS SOCIALES Y DIVERSIONES - Gobierno de Jalisco ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
56 <strong>ENCUENTROS</strong> <strong>SOCIALES</strong> Y <strong>DIVERSIONES</strong><br />
<strong>de</strong> estos niños. Y si no tenemos cifras precisas es muy difícil aten<strong>de</strong>rlos plenamente.<br />
Estos niños parecen la parte final <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> causas concatenadas<br />
o en cascada que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un sistema económico generador <strong>de</strong> pobreza, que<br />
reduce las oportunida<strong>de</strong>s y potencialida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> un sano <strong>de</strong>sarrollo y que, a<strong>de</strong>más,<br />
afecta a la familia y los lleva a las calles, en don<strong>de</strong> encontrarán una forma<br />
<strong>de</strong> sustento, pero también enormes riesgos para su vida presente y futura.<br />
La pobreza es una forma <strong>de</strong> violencia estructural.<br />
Esto no es todo; por si fuera poco, hay formas <strong>de</strong> percepción <strong>de</strong> esta<br />
población que contribuyen a su estigmatización, o bien a algún tipo <strong>de</strong> apoyo<br />
que no ataca causas sino consecuencias. La estigmatización es una violencia<br />
simbólica. Ambas formas <strong>de</strong> violencia, la estructural y la simbólica, reflejan el<br />
conflicto <strong>de</strong> nuestro sistema cultural.<br />
LAS VISIONES SOBRE ESTA INFANCIA<br />
Sobre los niños en situación <strong>de</strong> calle se ha pintado un panorama que mayormente<br />
<strong>de</strong>staca características negativas <strong>de</strong> sus personas.<br />
En una primera visión, se dice que son los futuros <strong>de</strong>lincuentes, que son<br />
miles, que provienen <strong>de</strong> familias <strong>de</strong>sintegradas, que les faltan valores, que no<br />
tienen cultura, que no tienen educación o muy bajo nivel educativo, que sus<br />
padres no los atien<strong>de</strong>n, que son niños abandonados y explotados. En pocas<br />
palabras, la voz popular generalizada señala: son malos.<br />
También existe otra visión que les llama pobrecitos, inocentes, carentes<br />
<strong>de</strong> amor, maltratados, víctimas. Des<strong>de</strong> esta visión se reconoce que si no tienen<br />
educación hay que dárselas; si tienen hambre, hay que darles qué comer, y así<br />
a cada una <strong>de</strong> sus carencias, todo adicionado con cariño.<br />
Una tercera visión, más reciente, indica que son seres humanos con sus<br />
<strong>de</strong>rechos violentados, producto <strong>de</strong> una sociedad injusta, inequitativa, por lo<br />
tanto, son un producto social; que al trabajar con ellos estaremos creando no<br />
sólo un hombre nuevo, sino realizando un acto <strong>de</strong> justicia social.<br />
A cada visión sobre estos niños correspon<strong>de</strong> generalmente una respuesta<br />
más o menos típica; la primera <strong>de</strong> ellas sugiere el tratamiento que los reintegre<br />
socialmente, pero apartados, segregados dada su peligrosidad, para que no<br />
contaminen a las manzanas buenas. Des<strong>de</strong> esta perspectiva, se suele caer con<br />
enorme facilidad en soluciones inmediatas o pretendidamente efectivas; un tris-