ENCUENTROS SOCIALES Y DIVERSIONES - Gobierno de Jalisco ...
ENCUENTROS SOCIALES Y DIVERSIONES - Gobierno de Jalisco ...
ENCUENTROS SOCIALES Y DIVERSIONES - Gobierno de Jalisco ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
172 <strong>ENCUENTROS</strong> <strong>SOCIALES</strong> Y <strong>DIVERSIONES</strong><br />
El añejo romanticismo, los boleros emanados <strong>de</strong> una fina voz femenina,<br />
la penumbra que cubre la barra y la mesas, el vodka o la cerveza, la tranquilidad<br />
<strong>de</strong>l bar, la posibilidad <strong>de</strong> llevar a la «movida» <strong>de</strong> cualquier género, a un<br />
lugar don<strong>de</strong> nadie hará preguntas estúpidas y don<strong>de</strong> nadie se enteraría, no<br />
son razones suficientes para visitar El Gato Ver<strong>de</strong> si falta el ingrediente principal<br />
<strong>de</strong> las peregrinaciones nocturnas: la capacidad <strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>rse con lo<br />
nuevo y <strong>de</strong> re<strong>de</strong>scubrir lo conocido.<br />
Sólo así, entre canciones <strong>de</strong> ausencias y presencias amadas u odiadas, un<br />
Gato Ver<strong>de</strong> nos hará recordar que la memoria es un viejo placer <strong>de</strong>l cuerpo y<br />
<strong>de</strong>l espíritu que <strong>de</strong>be ejercitarse y, en la medida <strong>de</strong> lo posible, jamás per<strong>de</strong>rse.<br />
JUGAR Y ARRIESGAR EN EL CUBILETE<br />
Una <strong>de</strong>svencijada fotografía en sepia, don<strong>de</strong> dos hombres levantan sus tarros<br />
rebosantes <strong>de</strong> pulque para brindar, es la mejor manifestación <strong>de</strong> las pare<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> El Cubilete, que <strong>de</strong>scriben su espíritu, su constante algarabía, su ambiente<br />
sensual y festivo, teñido por notas <strong>de</strong> piano vespertinas y nocturnos ritmos<br />
afroantillanos.<br />
Entre la actitud <strong>de</strong>cidida <strong>de</strong> una «A<strong>de</strong>lita» que sale <strong>de</strong>l tren <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino<br />
para buscar al hombre que ama, y los ojos castigadores <strong>de</strong> un Zapata que no<br />
<strong>de</strong>jan <strong>de</strong> mirar a las mujeres que visitan el bar, la cotidianeidad <strong>de</strong> El Cubilete<br />
transcurre como un juego en el que los parroquianos <strong>de</strong> todos los colores,<br />
sexo, clases y olores (aquí se reúnen lo mismo señoras <strong>de</strong> Lomas <strong>de</strong>l Valle y<br />
Provi<strong>de</strong>ncia que cargadores <strong>de</strong>l Mercado <strong>de</strong> Abastos, estudiantes <strong>de</strong> restauración<br />
que secretarías <strong>de</strong>l centro, boleros que empresarios…) extien<strong>de</strong>n las cartas<br />
<strong>de</strong> sus estados <strong>de</strong> ánimo.<br />
En la cali<strong>de</strong>z casi campirana <strong>de</strong> El Cubilete se pue<strong>de</strong> pasar <strong>de</strong> una tar<strong>de</strong><br />
melancólica en compañía <strong>de</strong> la música <strong>de</strong> Jorge Negrete, Consuelo Velásquez,<br />
Mike Laure, Emilio Tuero o Benny Moré, a unas noches —como las que se<br />
celebran cada fin <strong>de</strong> semana— en las que la pasión y la ca<strong>de</strong>ncia antillana<br />
transforman la improvisada pista <strong>de</strong> baile en un recinto, don<strong>de</strong> mujeres y hombres<br />
no conocen otra ley en ese momento que la <strong>de</strong> su libertad, su regocijo y<br />
su danza nocturna.<br />
En la variedad <strong>de</strong> opciones que se ofrece a los trashumantes citadinos,<br />
se localiza la «excelente atmósfera» <strong>de</strong> El Cubilete: <strong>de</strong> los mágicos teclados