ENCUENTROS SOCIALES Y DIVERSIONES - Gobierno de Jalisco ...
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156 <strong>ENCUENTROS</strong> <strong>SOCIALES</strong> Y <strong>DIVERSIONES</strong><br />
llevando a los salones <strong>de</strong> segunda categoría. Cuando yo trabajaba<br />
en uno <strong>de</strong> esos lugares, entraba a las ocho <strong>de</strong> la noche. Vivía<br />
entonces en una vecindad, y al salir a trabajar veía que algunos<br />
vecinos trabajadores llegaban a esa hora recibidos por sus hijos,<br />
y ya olían los frijolitos refritos, y olía a cafecito, y había la televisión<br />
<strong>de</strong> blanco y negro para ver los programas <strong>de</strong> Viruta y Capulina,<br />
el programa <strong>de</strong> Nescafé con Pedro Vargas, entonces yo tenía<br />
ganas <strong>de</strong> quedarme como esos señores, que se quitaban los<br />
zapatos, se tiraban en el sillón <strong>de</strong>svencijado ro<strong>de</strong>ados <strong>de</strong> sus hijos<br />
y la esposa preparando la cena, disfrutando <strong>de</strong> la familia y <strong>de</strong><br />
la televisión, pero a esa hora yo tenía que irme, y me daba tristeza.<br />
Pero, don<strong>de</strong> me voy dando cuenta que tenía una vecina, que<br />
se me grabó en el corazón, pues allá en el cabaret, era <strong>de</strong> las más<br />
alegres, joven, era la más vaciladora y bromista y bailadora, ¡era<br />
un trompo!, siempre bromeando con todo mundo. Una noche<br />
me di cuenta que cuando yo salía, a las ocho a trabajar, ella iba a<br />
la tienda a comprar una bolsa <strong>de</strong> pan y una botella <strong>de</strong> leche que<br />
metía luego a su cuarto, que tenía un par <strong>de</strong> puertas maltratadas<br />
y sin chapa, sólo tenía dos agujeros por don<strong>de</strong> ella metía una<br />
ca<strong>de</strong>na que cerraba con candado y tenía una ventanita <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra,<br />
igual <strong>de</strong> maltratada, que abría para que entrara el aire, porque<br />
era la hora <strong>de</strong> irse a trabajar, <strong>de</strong>jando a sus hijos llorando<br />
porque no querían quedarse solitos, y que su mamá durmiera<br />
con ellos. Ella los callaba con el pan y la leche, y con lágrimas en<br />
los ojos, cerraba la puerta con candado, se tragaba las lágrimas,<br />
y llegando al portón <strong>de</strong> la vecindad se tomaba unas pingas, para<br />
darse ánimo, y se pintarrajeaba los labios. Llegando al salón se<br />
bebía unas copas, que le hacían efecto inmediato por las pastillas,<br />
y por eso era la más alegre <strong>de</strong>l centro nocturno. De ahí fue<br />
que escribí la canción «Pobre Reina», me inspiró el ver aquello<br />
que me rompió el corazón.<br />
VMR: ¿Qué clase <strong>de</strong> gente veías en los cabaretes?