ENCUENTROS SOCIALES Y DIVERSIONES - Gobierno de Jalisco ...
ENCUENTROS SOCIALES Y DIVERSIONES - Gobierno de Jalisco ...
ENCUENTROS SOCIALES Y DIVERSIONES - Gobierno de Jalisco ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
NIÑOS DE LA CALLE, CULTURA EN CONFLICTO<br />
mos sacrificando miles, cientos <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> vidas a su capacidad resilente, a que<br />
crezcan a pesar <strong>de</strong> la sociedad, <strong>de</strong> los programas que, bien o mal, se han creado<br />
para reintegrarlos. Al etiquetar a estos niños como problema social, en realidad,<br />
en la práctica, le quitamos el componente social y lo <strong>de</strong>jamos como problema.<br />
Es aquí don<strong>de</strong>, precisamente, se evi<strong>de</strong>ncia el conflicto cultural, pero a la vez<br />
sugiere que transformando prácticas culturales se pue<strong>de</strong> contribuir a ver <strong>de</strong><br />
otra forma a estos niños y, con ello, impulsar nuevas visiones.<br />
Por otro lado, el contexto latinoamericano expuesto respecto <strong>de</strong> esta<br />
infancia no hace sino recalcar la dimensión <strong>de</strong> una cuestión que vista localmente<br />
«no es tan grave», como no pocos sostienen, pero el panorama regional,<br />
si se quiere en términos cuantitativos, nos permite ubicar el drama humano<br />
que se vive en esta subregión continental.<br />
Con lo dicho hasta aquí tenemos elementos para, entre otras cosas, reconocer,<br />
i<strong>de</strong>ntificar (¿i<strong>de</strong>ntificarnos?) con tal o cual visión sobre estos niños<br />
simpatizamos, como una tarea inicial para po<strong>de</strong>r romper con la misma, o bien,<br />
asumirnos conscientemente. Lo peor es la ceguera <strong>de</strong> quien no quiere ver. Se<br />
<strong>de</strong>ben distinguir y ser conscientes <strong>de</strong> las prácticas <strong>de</strong> las entida<strong>de</strong>s que trabajan<br />
con esta población, así como su relación con una visión y un discurso<br />
sobre los mismos; analizar inconsistencias o consistencias. Es cuestión <strong>de</strong><br />
observar, pues, a los educadores <strong>de</strong> calle, promotores sociales, «mairos», activistas<br />
sociales y todos los que trabajan con estos niños, que llevan consigo<br />
una manera, consciente o inconsciente, una forma cultural <strong>de</strong> percibir a las<br />
niños, <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r y explicarse por qué están en la calle, cómo llegaron a ella,<br />
por qué y cómo hay que aten<strong>de</strong>rlos.<br />
Enseguida, po<strong>de</strong>mos darnos cuenta <strong>de</strong> los matices y variantes <strong>de</strong> estas<br />
visiones y revisar la propia, como un acto para ubicarnos y ubicar al resto<br />
como miembros <strong>de</strong> una sociedad plural, con diferencias; ¿para cambiar?, bueno,<br />
si usted lo consi<strong>de</strong>ra pertinente cambie, pero no necesariamente tiene que<br />
hacerlo. La vida en sociedad requiere <strong>de</strong> seres pensantes, no meros autómatas<br />
o bobos sociales que actúan por los dictados <strong>de</strong> las modas, sean i<strong>de</strong>ológicas,<br />
políticas, económicas o <strong>de</strong> vestir.<br />
Elegir conscientemente es propio <strong>de</strong> personas y socieda<strong>de</strong>s maduras. Un<br />
sistema <strong>de</strong>mocrático serio <strong>de</strong>bería propiciar una enorme conciencia social, a fin<br />
<strong>de</strong> perfeccionar y hacer efectivo el mismo sistema, lo cual redundaría en una<br />
61