Narciso Y Goldmundo - AMPA Severí Torres
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Hermann Hesse <strong>Narciso</strong> Y <strong>Goldmundo</strong><br />
trataré de exponer la cuestión tal como yo la veo, como erudito, pues no tengo otro<br />
lenguaje. Atiéndeme pues, una vez más, con la misma paciencia que solías antaño.<br />
—Procuraré atender. Habla.<br />
—Sin duda recordarás, pues ya te lo dije alguna vez en nuestros años escolares, que yo te<br />
tengo por un artista. En aquellos tiempos, creía que pudieras llegar a ser un poeta; en el<br />
leer y el escribir revelabas cierta aversión a lo conceptual y abstracto, y en el lenguaje<br />
gustabas sobre todo de las palabras y sonidos que encerraban cualidades sensuales y<br />
poéticas, es decir, de las palabras con las que uno puede representarse algo.<br />
—Perdóname —interrumpió aquí <strong>Goldmundo</strong>—, pero ¿acaso los conceptos y las<br />
abstracciones, que tú prefieres, no son también representaciones, imágenes? ¿O es que<br />
para pensar precisas y gustas realmente de las palabras con las que uno no puede<br />
representarse nada?<br />
—Mucho me agrada que hagas preguntas —dijo <strong>Narciso</strong>; y prosiguió—: No hay duda que es<br />
posible pensar sin representaciones. El pensar nada tiene que ver con las representaciones.<br />
No se piensa mediante imágenes sino con conceptos y fórmulas. Y, justamente, allí donde<br />
terminan las imágenes empieza la filosofía. Sobre esto, precisamente, hemos discutido a<br />
menudo en nuestra mocedad: para ti el mundo está formado de imágenes, para mí de<br />
conceptos. Decíate entonces que no tenías madera de pensador, y también te decía que eso<br />
no suponía una mengua porque, en cambio, dominas en el reino de las imágenes. Voy a<br />
explicártelo. Si en vez de correr mundo te hubieses hecho un pensador, habrías podido<br />
causar mucho daño. Hubieses sido un místico. Los místicos, para decirlo en forma breve y<br />
un tanto burda, son aquellos pensadores que no pueden emanciparse de las<br />
representaciones, por cuya razón no son, en realidad, pensadores. Son artistas encubiertos:<br />
poetas sin versos, pintores sin pinceles, músicos sin notas. Hay entre ellos espíritus nobles<br />
y bien<br />
dotados, pero todos, sin excepción, son desgraciados. Tal hubieses podido ser tú. Y, en vez<br />
de eso, te has hecho, por suerte, artista, y has dominado el mundo de las imágenes, en el<br />
que puedes ser creador y señor, en vez de verte atascado y paralizado, como pensador, en<br />
lo insuficiente.<br />
—Temo —declaró <strong>Goldmundo</strong>— que nunca consiga formarme una idea de tu mundo mental,<br />
donde se piensa sin representaciones.<br />
—Ah sí, lo lograrás fácilmente. Escucha: el pensador trata de conocer y representar la<br />
esencia del mundo por medio de la lógica. Sabe que nuestra razón y su instrumento, la<br />
lógica, son medios imperfectos... de igual modo que un artista de talento sabe muy bien<br />
que su pincel o su cincel jamás podrán reflejar de modo cabal, el ser glorioso de un ángel o<br />
de un santo. Con todo eso, entrambos, el pensador y el artista, intentan la empresa, cada<br />
cual a su modo. No pueden dejar de hacerlo. Pues cuando un hombre procura realizarse,<br />
utilizando las dotes que le concedió la naturaleza, lleva a cabo lo más elevado y lo único<br />
realmente lleno de sentido de cuanto puede hacer. Por éso te repetía antaño tan<br />
frecuentemente que no trataras de contrahacer el pensador o el asceta, sino que fueras tú<br />
mismo, que buscaras realizarte a ti mismo.<br />
—Creo haberte comprendido en buena parte. Pero, ¿qué quiere decir eso de "realizarse"?<br />
—Es un concepto filosófico y no puedo expresarlo de otro modo. Para nosotros, discípulos<br />
de Aristóteles y de Santo Tomás, el más elevado de todos los conceptos es el ser perfecto.<br />
El ser perfecto es Dios. Todo lo demás que existe es sólo parcial, limitado, cambiante,<br />
mezclado, está formado de posibilidades. En cambio, Dios no es mezclado sino uno, no hay<br />
en Él posibilidades porque es total y entera realidad. Nosotros somos transitorios,<br />
cambiantes, somos posibilidades, para nosotros no existe la perfección, no somos seres<br />
completos. Sin embargo, cuando pasamos de la potencia al acto, de la posibilidad a la<br />
realización, participamos en el verdadero ser, nos hacemos un poco más semejantes a lo<br />
perfecto y divino. A esto es a lo que se llama "realizarse". Tú debes ya conocer este proceso<br />
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