Isaías capítulo 1 - Una página de teología luterana en español
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v. 19 Si os dic<strong>en</strong>: “Preguntad a los <strong>en</strong>cantadores y a los adivinos, que susurran<br />
hablando”, respon<strong>de</strong>d: “¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos<br />
por los vivos?”.<br />
Después <strong>de</strong> mirar el futuro e inclusive el futuro lejano, el profeta vuelve una vez más al<br />
pres<strong>en</strong>te. En su tiempo, como hemos leído <strong>en</strong> los <strong>capítulo</strong>s 2:6; 3:2, la tierra <strong>de</strong> Judá<br />
estaba ll<strong>en</strong>a <strong>de</strong> idolatría y brujería <strong>de</strong> toda clase. Así que los afligidos habitantes <strong>de</strong> Judá<br />
acudieron, como lo hizo Saúl una vez <strong>en</strong> su rebelión, a hechiceros y pidieron información<br />
acerca <strong>de</strong>l futuro <strong>de</strong>sal<strong>en</strong>tador. es un espíritu adivinador y luego uno que posee el<br />
espíritu adivinador, especialm<strong>en</strong>te los que consultan a los muertos, , espiritista. Entre<br />
los adivinos y los que consultaban a los muertos también había v<strong>en</strong>trílocuos, que<br />
imitaban los chillidos y el farfullero atribuidos a los espíritus <strong>en</strong> el Ha<strong>de</strong>s. Los no<br />
crey<strong>en</strong>tes, que corrían tras los adivinos, sin embargo, pidieron que aún los alumnos fieles<br />
<strong>de</strong> los profetas los acompañaran. A tales impostores los crey<strong>en</strong>tes <strong>de</strong>berían respon<strong>de</strong>r:<br />
¿No <strong>de</strong>be un pueblo consultar a su Dios? ¿No <strong>de</strong>be el pueblo <strong>de</strong> Dios acudir a su Dios, al<br />
Dios vivi<strong>en</strong>te, y cuando está bajo fuerte presión pedirle consejo y auxilio? No es natural<br />
que un pueblo, que se llama el pueblo <strong>de</strong> Dios, acuda a impostores paganos. En la<br />
segunda pregunta <strong>de</strong>be suplirse <strong>de</strong> la anterior forma . ¿Deb<strong>en</strong> los vivos pedir<br />
consejo a los muertos? son los muertos, a cuyos espíritus supuestam<strong>en</strong>te citan los<br />
adivinos. Que error comet<strong>en</strong> los vivos cuando consultan a los muertos. Sin embargo, la<br />
incredulidad siempre se relaciona con la crasa superstición. Y los crey<strong>en</strong>tes siempre<br />
<strong>de</strong>b<strong>en</strong> cuidarse <strong>de</strong> que la hechicería que los ro<strong>de</strong>a por todos lados no los atrape.<br />
v. 20 ¡A la ley y al testimonio! Si no dic<strong>en</strong> conforme a esto, es porque no les ha<br />
amanecido.<br />
―Ley y testimonio‖ ti<strong>en</strong>e el mismo s<strong>en</strong>tido que <strong>en</strong> el versículo 16. Es la palabra profética,<br />
la palabra <strong>de</strong> Dios, y para ser preciso, la palabra <strong>de</strong> promesa, cuyo cont<strong>en</strong>ido principal es<br />
Cristo Emanuel. ―¡A la ley y al testimonio!‖. Es un llamami<strong>en</strong>to para aplicarse a la<br />
palabra y a la promesa <strong>de</strong> Dios. ―¡A la ley y al testimonio!‖ Aquí es como si fuera un<br />
faro. Es la confesión <strong>de</strong> los crey<strong>en</strong>tes <strong>de</strong> toda época. Cre<strong>en</strong> y confían <strong>en</strong> lo que Dios dice<br />
y promete <strong>en</strong> su palabra. No escuchan ninguna otra voz, no importa <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> v<strong>en</strong>ga, no<br />
importa lo que diga. Sólo <strong>en</strong> la palabra, sólo <strong>en</strong> el evangelio hay salvación. Los que se<br />
apartan <strong>de</strong> la palabra no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> esperanza. Eso es lo que afirma la segunda mitad <strong>de</strong>l<br />
versículo. Si no hablan así, si no están <strong>en</strong> armonía con este clamor, si no quier<strong>en</strong> saber<br />
nada <strong>de</strong> esta palabra, realm<strong>en</strong>te no les ha amanecido, no han visto la luz.<br />
También se pue<strong>de</strong> <strong>en</strong>t<strong>en</strong><strong>de</strong>r la primera cláusula como dici<strong>en</strong>do: así son tales que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />
luz. Sin embargo, es más s<strong>en</strong>cillo tomar la palabra como equival<strong>en</strong>te <strong>de</strong> , <strong>en</strong> un<br />
s<strong>en</strong>tido afirmativo. Se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> este s<strong>en</strong>tido <strong>en</strong> 1 Samuel 15:20. En la cláusula final<br />
t<strong>en</strong>emos <strong>en</strong> el singular <strong>en</strong> vez <strong>de</strong>l plural. Nos son sólo unas cuantas personas que<br />
hablan así, sino el pueblo <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral se ha apartado <strong>de</strong> la ley y <strong>de</strong>l testimonio. Y puesto<br />
que el pueblo rechaza la palabra <strong>de</strong> Dios, seguram<strong>en</strong>te no habrá amanecer para seguir<br />
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