Libro de actas del VI Congreso Español de Criminología

VI Congreso Español de Criminología
PROGRAMA DE DESINTOXICACIÓN EN CÁRCEL DE LA CIUDAD
DE MÉXICO. PROPUESTA PSICOCRIMINOLÓGICA
César David Martínez Rodríguez
Centro de Investigación en Criminología. Universidad de Castilla-La Mancha
Durante el periodo 2003-2006 se implementó un Programa de Desintoxicación en
el Reclusorio Preventivo Varonil Norte Ciudad de México. Un programa elaborado bajo
sustentos psicocriminológicos con ciertas intenciones específicas que determinan la
posición psicológica. El fin directo era la extinción de la conducta de consumo de la
droga. La finalidad indirecta, la disminución de efectos negativos del consumo de
cualquier sustancia psicoactiva (lícita o ilícita) a través de un control racional de la
misma. Esta última finalidad tiene sus bases en programas cuyas estrategias son la
‘reducción de daños entre los usuarios de drogas’ (modelo holandés), es decir cuando un
usuario de drogas no tiene la disposición o capacidad para detener su consumo, la
persona debe ser ayudada para reducir el daño ocasionado por las drogas tanto para él
como para los demás. De ahí la viabilidad de la multi-asistencia (psicológica a nivel
individual o grupal a través de asistencias psicológicas para la modificación de
comportamientos cognitivo-conductual; psiquiátrica bajo tratamiento farmacológico;
talleres-actividades ocupacionales; sesiones vivenciales; apoyos externos Alcohólicos
Anónimos-A.A., Religión, etc.). La posición criminológica incorporada en el programa
estaría encaminada a una visión más reflexiva y critica del posicionamiento del estigma y
estereotipo, de quien es definido como ‘farmacodependiente’, abandonando la posición
general del adicto-enfermo desde el discurso médico. Optando por una posición del
labelling aprroach, sobre el etiquetamiento bajo un discurso declarado diferente en la
percepción de que el que consume drogas no es un ‘enfermo’, (producto de una etiqueta
de las instituciones de control social y de la adopción del rol por la persona), sino un ser
humano codependiente, irresponsable y con dificultad en el control de sus adicciones,
que ha alterado sus esferas de desarrollo, a nivel físico, fisiológico, psicológico, familiar,
interpersonal, laboral, académico y social. Para quien existe una alternativa de cambio,
apegado al reconocimiento del valor de su dignidad. Considerábamos que si el
consumidor de drogas mantenía un autoconcepto devaluado, una marcada baja
autoestima, era preciso rescatar este concepto de dignidad (derivado del adjetivo ‘dignus,
a, um’, traducido como valioso) que es el reconocimiento de la valía de un ente, de su sí
mismo o de su propia persona. Con la posibilidad de anclarse por empatía o creencia a
cualquier discurso que la multi-asistencia le presenta, cuyo común denominador era:
incidir en la conciencia de la persona con problemas de adicciones, para que dicha
persona se identifique con el discurso que más empatice y crea, que posteriormente pueda
utilizar como herramienta para un posible cambio o una alternativa para un nuevo estilo
de vida digno y reflexivo. Los resultados de este programa pueden sintetizarse de la
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