18.05.2013 Views

ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia

ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia

ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />

El último Ptolomeo<br />

Marco Antonio y Cleopatra no pudieron hacer otra cosa que refugiarse en<br />

Alejandría y esperar a que Octavio se lanzase tras ellos hasta Egipto. En el mes <strong>de</strong> julio<br />

<strong>de</strong>l año 30 a. C., Octavio se <strong>de</strong>cidió por fin, y llegó a Pelusio. Marco Antonio trató <strong>de</strong><br />

resistir, pero fue inútil. El 1 <strong>de</strong> agosto Octavio entraba en Alejandría y Marco Antonio se<br />

suicidaba.<br />

Quedaba Cleopatra. Aún poseía su belleza y encanto, y esperaba utilizarlos con<br />

Octavio como había hecho con César y Marco Antonio. Contaba entonces 39 años, pero<br />

quizá su aspecto fuese aún muy juvenil.<br />

Octavio era seis años menor que ella, pero éste no era el problema. El problema<br />

era que Octavio tenía en su mente un objetivo muy <strong>de</strong>finido: realizar las reformas en<br />

Roma, reorganizar el po<strong>de</strong>r, y establecerlo tan firmemente que pudiese durar siglos (cosas<br />

todas ellas que hizo).<br />

Si quería alcanzar sus objetivos no podía ir dando ro<strong>de</strong>os, y mucho menos el fatal<br />

ro<strong>de</strong>o <strong>de</strong> Cleopatra. Su entrevista con la fascinante reina <strong>de</strong>jó bastante claro que era un<br />

hombre completamente inmune a ella. Octavio le habló con dulzura, pero Cleopatra sabía<br />

que hacía esto tan sólo para mantenerla tranquila hasta que pudiese apresarla y llevarla a<br />

Roma para caminar enca<strong>de</strong>nada tras su carro triunfal.<br />

Sólo había un camino para escapar a esta postrera humillación, el suicidio. La<br />

reina aparentó una completa sumisión, mientras hacía sus planes. El perspicaz Octavio<br />

previo esta posibilidad y retiró todos los objetos cortantes y punzantes y otros<br />

instrumentos peligrosos <strong>de</strong> los aposentos <strong>de</strong> Cleopatra. Sin embargo, cuando los<br />

mensajeros romanos llegaron hasta ella para obligarla a que los acompañase, la hallaron<br />

muerta.<br />

De alguna forma, había conseguido suicidarse y <strong>de</strong>jar a Octavio chasqueado, y sin<br />

po<strong>de</strong>r gozar <strong>de</strong> su victorioso final. Cómo lo hizo, nadie lo sabe, pero la tradición cuenta<br />

que utilizó una serpiente venenosa (un áspid) que le llevaron en una cesta <strong>de</strong> higos, y éste<br />

es quizá el inci<strong>de</strong>nte más dramático y mejor conocido <strong>de</strong> toda su encantadora carrera.<br />

Egipto se convirtió en provincia romana y llegó a ser, en la práctica, propiedad personal<br />

<strong>de</strong> Octavio, que procedió asimismo a proclamar lo que hoy conocemos como Imperio<br />

Romano. Y se coronó primer emperador con el nombre <strong>de</strong> Augusto.<br />

Así llegó a su fin la dinastía <strong>de</strong> los Ptolomeos, que había gobernado Egipto<br />

durante tres siglos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los tiempos en que Ptolomeo I Sóter llegó al país <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la<br />

muerte <strong>de</strong> Alejandro Magno.<br />

Y, sin embargo, con Cleopatra no termina <strong>de</strong>l todo la dinastía <strong>de</strong> los Ptolomeos.<br />

Ciertamente, Octavio or<strong>de</strong>nó fríamente que los jóvenes hijos <strong>de</strong> Cleopatra, Cesarión y<br />

Alejandro Helios, fueran ejecutados con el fin <strong>de</strong> que no sirviesen <strong>de</strong> núcleo alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l<br />

cual pudieran agruparse rebel<strong>de</strong>s, pero aún quedaba Cleopatra Selene, la hija <strong>de</strong> Marco<br />

Antonio y Cleopatra.<br />

Octavio no consi<strong>de</strong>ró necesario ejecutar a una niña <strong>de</strong> diez años, por lo que<br />

<strong>de</strong>cidió casarla en algún lejano rincón <strong>de</strong>l mundo, don<strong>de</strong> nunca pudiera representar un<br />

peligro. Sus ojos se fijaron en Juba, hijo <strong>de</strong> un rey <strong>de</strong> Numidia (país que se hallaba don<strong>de</strong><br />

hoy está Argelia). El padre <strong>de</strong> Juba, que también se llamaba Juba, había combatido contra<br />

Julio César, había sido vencido y se había suicidado. Su joven hijo había sido conducido a<br />

Roma, don<strong>de</strong> había gozado <strong>de</strong> una excelente educación y se había convertido en un<br />

estudioso. Era un ser totalmente espiritual y nada inclinado a lo militar -era sólo un<br />

intelectual pedante.<br />

Juba fue el hombre que los agudos ojos <strong>de</strong> Octavio juzgaron idóneo como tumba<br />

viviente para la hija <strong>de</strong> Cleopatra. Cleopatra Selene fue casada con él y, con el nombre <strong>de</strong><br />

Juba II, fue instalado en el trono <strong>de</strong> Numidia que había pertenecido a su padre. Pocos años<br />

103

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!