ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />
(Auletes estaba dispuesto a sacar hasta la última moneda a los campesinos egipcios, e<br />
incluso a saquear los tesoros <strong>de</strong>l templo, modo <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>r mucho más arriesgado que el<br />
<strong>de</strong> matar <strong>de</strong> hambre a millones <strong>de</strong> personas).<br />
Los dirigentes romanos nunca fueron inmunes al dinero, y en el 55 a. C. Auletes<br />
fue colocado <strong>de</strong> nuevo en el trono, ante la total irritación y enfurecimiento <strong>de</strong> los<br />
in<strong>de</strong>fensos egipcios. Se mantuvo en ese puesto sólo gracias a la presencia <strong>de</strong> una<br />
numerosa guardia <strong>de</strong> corps romana.<br />
Con todo, en el 51 a. C., le hizo un favor al mundo, y murió, <strong>de</strong>jando Egipto a su<br />
joven hijo Ptolomeo XII. En su testamento, Auletes puso a su hijo bajo la protección <strong>de</strong>l<br />
Senado romano y éste, a su vez, asignó esta tarea al propio Pompeyo.<br />
Ptolomeo XII tenía sólo diez años, pero gobernó junto a su hermana mayor, que<br />
tenía diecisiete. El gobierno conjunto <strong>de</strong> hermano y hermana no fue práctica infrecuente<br />
entre los Ptolomeos; era una costumbre que se remontaba a Ptolomeo II y su<br />
hermana-esposa, la reina Arsinoe, dos siglos antes.<br />
La hermana <strong>de</strong>l joven rey tenía un nombre que era corriente entre las reinas<br />
ptolemaicas. En realidad, era la séptima con este nombre, y éste, en rigor, era Cleopatra<br />
VII. Sin embargo, es la Cleopatra por antonomasia, y el numeral romano casi nunca suele<br />
utilizarse en relación con su nombre. (Es importante recordar que Cleopatra no era<br />
egipcia y que no tenía "sangre egipcia", por lo que cualquier intento <strong>de</strong> convertirla en una<br />
"morena temperamental" es una locura. Todos sus antepasados fueron griegos o<br />
macedonios).<br />
Las mujeres ptolemaicas solían ser hábiles, incluso cuando los hombres no lo eran,<br />
y esta Cleopatra fue la más hábil <strong>de</strong> todas. Era natural que los intrigantes cortesanos<br />
prefiriesen al hermano pequeño, y no a la hermana mayor, pues ésta era menos dominable.<br />
En especial Potino, eunuco que en esa época controlaba el trono, era un acérrimo enemigo<br />
<strong>de</strong> la muchacha.<br />
En el 48 a. C, Cleopatra tomó la <strong>de</strong>cisión habitual para el Egipto <strong>de</strong> aquellos días.<br />
Abandonó Alejandría en busca <strong>de</strong> un ejército, lo reunió en Siria, y se preparó para volver<br />
y arreglar las cosas por medio <strong>de</strong> una pequeña guerra civil. Ambos ejércitos, el suyo y el<br />
<strong>de</strong> su hermano, se enfrentaron en Pelusio, pero antes <strong>de</strong> que se iniciase realmente la<br />
batalla, ocurrió algo que iba a cambiarlo todo.<br />
Roma estaba atravesando su propia guerra civil por aquel entonces. Pompeyo<br />
mantenía una lucha <strong>de</strong>sesperada con otro general, aún más importante que él, Julio César.<br />
Los ejércitos <strong>de</strong> los dos romanos habían chocado ya en Grecia, y César había resultado<br />
vencedor. Pompeyo no pudo hacer otra cosa sino huir, y el refugio natural (como en el<br />
caso <strong>de</strong> Cleomenes <strong>de</strong> Esparta dos siglos antes) fue Egipto. Egipto estaba a mano, y era<br />
nominalmente in<strong>de</strong>pendiente. Era un país débil, pero rico, y podría proporcionar a<br />
Pompeyo el dinero que necesitaba para hacerse con un nuevo ejército. A<strong>de</strong>más le <strong>de</strong>bían<br />
un favor, pues Pompeyo había ayudado a Ptolomeo Auletes a subir al trono, y era el<br />
verda<strong>de</strong>ro guardián <strong>de</strong>l hijo <strong>de</strong> Auletes, el actual rey-niño <strong>de</strong>l reino.<br />
Pero la corte egipcia estaba inmersa en un mar <strong>de</strong> dudas cuando la nave <strong>de</strong><br />
Pompeyo se aproximaba a la costa. La última cosa que <strong>de</strong>seaba hacer era tomar partido en<br />
una guerra civil romana justo en el momento en que estaba a punto <strong>de</strong> estallar la suya<br />
propia. Si apoyaba a Pompeyo, César podría a su vez apoyar a Cleopatra y acabar con la<br />
facción <strong>de</strong> Potino. Si se negaba a apoyar a Pompeyo, y si éste resultaba vencedor al final<br />
sin su ayuda, podría volver para vengarse.<br />
Potino pensó en una salida. Envió una barca hasta el navío <strong>de</strong> Pompeyo. Lo<br />
recibió con gran<strong>de</strong>s muestras <strong>de</strong> alegría y le rogó que <strong>de</strong>sembarcara inmediatamente para<br />
po<strong>de</strong>r ser aclamado por las gentes <strong>de</strong> Alejandría. Cuando Pompeyo puso el pie en la orilla<br />
(y mientras su esposa e hijo miraban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el barco) fue muerto tranquilamente a<br />
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