ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />
Los asirios<br />
El nuevo imperio fue el <strong>de</strong> Asiria.<br />
Asiria tuvo su origen en el alto Tigris durante la época <strong>de</strong>l Imperio Antiguo<br />
egipcio. Tomó prestada su cultura <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s-Estado <strong>de</strong> la región <strong>de</strong>l Tigris-Eufrates<br />
inferior, y erigió una próspera nación mercantil.<br />
Durante algunos siglos Asiria estuvo dominada por las naciones vecinas que<br />
tenían una mejor organización militar. Así, por ejemplo, fue tributaría <strong>de</strong> Mitanni y<br />
participó en la <strong>de</strong>rrota que a esta nación infligió Tutmosis III. Un siglo <strong>de</strong>spués cayó bajo<br />
el dominio hitita.<br />
Tras el fin <strong>de</strong> los hititas, en el 1200 a. C., por algún tiempo las cosas se pusieron<br />
bastante difíciles para Asiría, ya que el caos provocado por las migraciones <strong>de</strong> los Pueblos<br />
<strong>de</strong>l Mar produjo una especie <strong>de</strong> Edad Oscura que afectó a todo el Occi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Asia.<br />
Pero entonces ocurrió algo singular y <strong>de</strong> consecuencias espectaculares. Los<br />
asirios habían aprendido el secreto <strong>de</strong> la fundición <strong>de</strong>l hierro <strong>de</strong> los hititas, como habían<br />
hecho otros pueblos <strong>de</strong> la época, pero aquéllos fueron los primeros que realmente<br />
supieron sacar pleno rendimiento <strong>de</strong>l nuevo metal.<br />
No equiparon a sus ejércitos sólo con algunos elementos <strong>de</strong> hierro, como hicieron<br />
los dorios que habían invadido Grecia, sino que crearon gradualmente un ejército, el<br />
primero en su género en la historia, totalmente «férreo». Una vez más, el efecto fue el <strong>de</strong><br />
un «arma secreta», como lo había sido, mil años antes, el caballo y el carro.<br />
Los asirios tuvieron su primer ensayo <strong>de</strong> victoria militar cuando su rey,<br />
Tiglath-Pileser I, condujo sus ejércitos hacia occi<strong>de</strong>nte, hasta el Mediterráneo, alre<strong>de</strong>dor<br />
<strong>de</strong>l 1100 a. C, en tiempos <strong>de</strong> los Ramésidas.<br />
Con todo, Asiria se vio obligada a retroce<strong>de</strong>r cuando nuevas invasiones <strong>de</strong><br />
nómadas cruzaron las regiones occi<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong> Asia. Esta vez se trataba <strong>de</strong> tribus arameas<br />
que acabarían instaurando un reino al norte <strong>de</strong> Israel y <strong>de</strong> Judá. Este reino era <strong>de</strong>nominado<br />
por los propios arameos y por los israelitas Aram, pero en la versión <strong>de</strong> la Biblia <strong>de</strong>l rey<br />
Jacobo el reino recibe el nombre griego <strong>de</strong> Siria.<br />
Aproximadamente en los tiempos en que la Dinastía Libia gobernaba Egipto,<br />
Asiria se recuperó. Sus ejércitos fueron equipados con máquinas <strong>de</strong> guerra hasta entonces<br />
nunca vistas, como arietes macizos, i<strong>de</strong>ados para el asedio <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s amuralladas.<br />
Hacia el 854 a. C., los ejércitos asirios invadieron Siria y apenas pudieron ser rechazados<br />
por una coalición sirio-israelita.<br />
Pero la <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> las civilizaciones fluviales, que había hecho posible el<br />
imperio <strong>de</strong> David y <strong>de</strong> Salomón, era cosa <strong>de</strong>l pasado. El fin <strong>de</strong> los pequeños reinos <strong>de</strong> la<br />
costa mediterránea estaba próximo.<br />
En el 732 a. C., mientras los nubios conquistaban Egipto, el rey asirio<br />
Tiglath-Pileser III <strong>de</strong>struyó el reino sirio y ocupó Damasco, su capital. Diez años <strong>de</strong>spués,<br />
uno <strong>de</strong> sus sucesores, Sargón II, <strong>de</strong>struyó Israel y ocupó su capital, Samaria. En el 701 a.<br />
C., el hijo y sucesor <strong>de</strong> Sargón, Senaquerib, asedió la propia Jerusalén.<br />
Los faraones nubios, recién instalados en el Delta trataron <strong>de</strong>sesperadamente <strong>de</strong><br />
alejar la amenaza asiria. Nada semejante había ocurrido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tiempo <strong>de</strong> los hicsos.<br />
Los mitanni y los hititas no se habían alejado <strong>de</strong>masiado <strong>de</strong>l Eufrates, pero los asirios<br />
habían avanzado directamente hasta las fronteras <strong>de</strong>l propio Egipto. Y lo que es más,<br />
practicaban un tipo <strong>de</strong> guerra <strong>de</strong>liberadamente sádico y cruel, pero muy efectivo (a corto<br />
plazo) en lo que atañe a paralizar el espíritu <strong>de</strong> resistencia y en llenar <strong>de</strong> presagios<br />
amenazadores hasta los ánimos más distantes.<br />
Egipto sabía que tenía pocas oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> resistir frontalmente a los terribles<br />
ejércitos acorazados asirios. El faraón nubio Shabaka trató, en cambio, <strong>de</strong> infundir un<br />
espíritu <strong>de</strong> resistencia en sirios, israelitas, ju<strong>de</strong>os y fenicios. Sus emisarios <strong>de</strong>sparramaron<br />
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