ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />
abandonarla. El sur <strong>de</strong> Siria, y en particular Ju<strong>de</strong>a, siguieron bajo dominación egipcia<br />
durante un siglo. Esta fue la primera empresa egipcia en el campo <strong>de</strong>l imperialismo en<br />
Asia (si exceptuamos la estancia <strong>de</strong> Necao durante tres años) <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la época <strong>de</strong> Ramsés<br />
III, ocho siglos antes.<br />
Sea como fuere, Siria siguió siendo la manzana <strong>de</strong> la discordia entre los<br />
Ptolomeos y los Seleúcidas durante siglo y medio, provocando una serie <strong>de</strong> guerras que,<br />
al final, acabaron <strong>de</strong>struyendo ambos reinos.<br />
Ptolomeo I gozó <strong>de</strong> una larga vida, en beneficio <strong>de</strong> Egipto, sobre el cual gobernó<br />
<strong>de</strong> manera justa e indulgente —gobernó tan bien, <strong>de</strong> hecho, que al final logró granjearse la<br />
estima <strong>de</strong> sus súbditos a pesar <strong>de</strong> ser extranjero—. Fue el primer monarca egipcio que<br />
acuño moneda en Egipto, y con él floreció la economía. La segunda mitad <strong>de</strong> su reinado<br />
transcurrió en paz, aunque nunca perdió <strong>de</strong> vista el hecho <strong>de</strong> que en Seleúco, que también<br />
gozó <strong>de</strong> larga vida, tenía un temible enemigo.<br />
En el 285 a. C. Ptolomeo I tenía ochenta y dos y no se sentía capaz ya <strong>de</strong> cumplir<br />
los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> su cargo. Por ello <strong>de</strong>cidió abdicar, pero antes tuvo que tomar ciertas<br />
<strong>de</strong>cisiones en materia <strong>de</strong> sucesión. Deseaba que el rey que lo sustituyera fuese tan<br />
pru<strong>de</strong>nte como él, y capaz, igual que él, <strong>de</strong> mantener a distancia a Seleúco y a sus<br />
sucesores.<br />
Ptolomeo I había tenido cierto número <strong>de</strong> hijos, dos <strong>de</strong> los cuales (<strong>de</strong> diferentes<br />
madres) eran, en esta época, importantes. Ambos llevaban el nombre <strong>de</strong> Ptolomeo. El<br />
mayor era Ptolomeo Keraunos, o Ptolomeo "el Rayo"; el más joven era Ptolomeo<br />
Fila<strong>de</strong>lfo, nombre que se le dio tardíamente por razones que veremos más a<strong>de</strong>lante.<br />
Ciertamente, el mayor era un rayo, inclinado a actuar irreflexivamente y a dañar a<br />
otros y a sí mismo con sus acciones. El joven era tan pru<strong>de</strong>nte y mo<strong>de</strong>rado como su padre.<br />
Sin vacilar, Ptolomeo exilió a Keraunos y permitió a su joven hijo compartir con él las<br />
tareas <strong>de</strong> gobierno, abdicando más tar<strong>de</strong>, en el 285 a. C., en su favor. Ptolomeo vivió hasta<br />
el 283 a. C., muriendo en paz, al final <strong>de</strong> una larga y afortunada vida.<br />
Ptolomeo Keraunos acabó encontrándose en la corte <strong>de</strong> Seleúco, que lo recibió <strong>de</strong><br />
buen grado. Seleúco veía en el joven a un posible pretendiente al trono egipcio y, por lo<br />
tanto, a alguien que podía servirle como un instrumento manejable en caso <strong>de</strong> necesidad.<br />
Seleúco no era como Ptolomeo. Su avanzada edad no lo llevaba a pensar en la abdicación.<br />
Todavía iba <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l señuelo <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r y proseguía las interminables guerras con el<br />
vigor y la persistencia <strong>de</strong> un hombre joven.<br />
En el 281 a. C. ganó su última batalla, <strong>de</strong>rrotando y matando a otro <strong>de</strong> los ancianos<br />
generales <strong>de</strong> Alejandro Magno. Con Ptolomeo I muerto también, Seleúco era ahora el<br />
último <strong>de</strong> todos los generales <strong>de</strong> Alejandro que seguía con vida, un hecho que le<br />
proporcionaba la más viva complacencia (contaba unos setenta y siete años en este<br />
momento cumbre <strong>de</strong> su longeva vida).<br />
Pero su complacencia no duró mucho tiempo. De resultas <strong>de</strong> su última victoria,<br />
viajó hasta Macedonia, don<strong>de</strong> <strong>de</strong>bía tomar posesión <strong>de</strong>l territorio patrio <strong>de</strong>l gran<br />
Alejandro. Pero cuando Seleúco llegó, Ptolomeo Keraunos entró en acción. Habían<br />
perdido la oportunidad <strong>de</strong> alcanzar el trono <strong>de</strong> Egipto, pero estaba <strong>de</strong>cidido a gobernar en<br />
algún sitio. Y no parecía ser <strong>de</strong> ninguna utilidad esperar que el inmortal Seleúco muriese<br />
<strong>de</strong> una vez, por lo que Keraunos, en el 280 a. C., arregló la cuestión apuñalándolo.<br />
El último general <strong>de</strong> Alejandro había muerto, y ahora ambos hijos <strong>de</strong> Ptolomeo<br />
Sóter eran reyes. El joven, rey <strong>de</strong> Egipto; el mayor, <strong>de</strong> Macedonia. Pero el mayor, que<br />
había obtenido el trono por medio <strong>de</strong>l asesinato, no iba a disfrutarlo por largo tiempo. Al<br />
año siguiente Macedonia fue invadida por tribus bárbaras provenientes <strong>de</strong>l norte, y en la<br />
horrible confusión y <strong>de</strong>vastación ocasionada, Ptolomeo Keraunos perdió la vida.<br />
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