18.05.2013 Views

ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia

ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia

ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />

venido <strong>de</strong> la guerra más que <strong>de</strong> la ciencia, <strong>de</strong>l músculo más que <strong>de</strong> la inteligencia, era una<br />

cosa; serlo respecto <strong>de</strong> Constantinopla —también griega— era otra.<br />

En buena medida la querella religiosa que se produjo posteriormente se agudizó<br />

<strong>de</strong>bido a la rivalidad entre las dos ciuda<strong>de</strong>s. Y esto fue así sobre todo por lo que se refiere<br />

a la controversia arriana, que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo, no había quedado zanjada en Nicea.<br />

Los arrianos habían sido <strong>de</strong>rrotados en Nicea, pero no eliminados. Cierto número<br />

<strong>de</strong> obispos continuaban predicando el arrianismo en Asia Menor. Destacaba entre ellos<br />

Eusebio, obispo <strong>de</strong> Nicomedia, antigua se<strong>de</strong> <strong>de</strong> la corte <strong>de</strong> Constantino antes <strong>de</strong>l<br />

establecimiento <strong>de</strong> la capital en Constantinopla.<br />

Eusebio gozaba <strong>de</strong> la confianza <strong>de</strong> la corte, y su influencia sobre Constantino y<br />

otros miembros <strong>de</strong> la familia real crecía sin cesar. Pronto Constantino hubo <strong>de</strong> lamentar el<br />

modo en que había concedido plena libertad a los obispos <strong>de</strong> Nicea. Vio claramente que la<br />

<strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> los obispos no había resuelto los problemas ni influido en la cristiandad en<br />

general. En realidad, la mayor parte <strong>de</strong> los cristianos <strong>de</strong>l Asia Menor, la provincia más<br />

próxima a la se<strong>de</strong> imperial, seguía siendo arriana, y Constantino no quería enfrentarse a la<br />

mayoría.<br />

En el 335, pues, convocó un sínodo <strong>de</strong> obispos, no un concilio ecuménico, en Tiro,<br />

y les hizo variar la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> Nicea. Arrio volvió a ocupar su puesto (aunque murió<br />

antes <strong>de</strong> que la or<strong>de</strong>n fuese cumplida), y el arrianismo vio aumentar <strong>de</strong> golpe su po<strong>de</strong>r.<br />

Pero tampoco entonces se puso fin al catolicismo, con una simple <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> un<br />

grupo <strong>de</strong> obispos. Quedaba Alejandría.<br />

Diez años antes había participado en el Concilio <strong>de</strong> Nicea, como secretario<br />

privado <strong>de</strong>l obispo Alejandro <strong>de</strong> Alejandría, un joven sacerdote, Atanasio. En el 328<br />

sucedió a Alejandro en el cargo <strong>de</strong> obispo, y rápidamente se convirtió en el más<br />

vocinglero y formidable <strong>de</strong> los <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> la doctrina trinitaria <strong>de</strong>l catolicismo. A<br />

causa <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l sínodo <strong>de</strong> Tiro, Atanasio fue <strong>de</strong>sterrado, pero ni aun así se logró<br />

acallar su voz, que, incluso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el exilio, hablaba con el peso y la influencia no sólo <strong>de</strong><br />

Alejandría, sino <strong>de</strong> todo Egipto.<br />

Al morir Constantino I en el 337, le sucedieron sus tres hijos, a quienes se confió<br />

el gobierno <strong>de</strong> diversas partes <strong>de</strong>l imperio. Constancio II, su segundo hijo, gobernaba en<br />

el este. Era un arriano convencido y radical, y en el 339 nombró a Eusebio, arriano por<br />

excelencia, obispo <strong>de</strong> Constantinopla. Naturalmente, Eusebio y sus sucesores en el cargo,<br />

como obispos <strong>de</strong> la capital <strong>de</strong> la cristiandad, estimaron que tenían todos los <strong>de</strong>rechos para<br />

consi<strong>de</strong>rarse a sí mismos cabeza <strong>de</strong> la Iglesia. (Este mismo punto <strong>de</strong> vista sostenía, por las<br />

mismas razones, el obispo <strong>de</strong> Roma, y la controversia entre ambos llevó, finalmente, a<br />

una escisión entre los cristianos que ha durado hasta hoy en día).<br />

Eusebio y Atanasio, por tanto, no estaban separados tan sólo por una disputa<br />

doctrinal, sino por una verda<strong>de</strong>ra lucha por el po<strong>de</strong>r. Mientras Constancio II reinó,<br />

Atanasio siguió en el exilio la mayor parte <strong>de</strong>l tiempo. En el 353, una vez muertos los<br />

hermanos <strong>de</strong> Constancio II y <strong>de</strong>rrotados o asesinados los <strong>de</strong>más pretendientes al trono, el<br />

vencedor gobernó en solitario sobre todo el imperio, y parecía que la victoria <strong>de</strong>l<br />

arrianismo era total.<br />

Pero Constancio no podía vivir eternamente. Murió en el 361 y le sucedió su<br />

sobrino Juliano, quien, pese a su educación cristiana, se <strong>de</strong>claró pagano. Decretó una<br />

completa libertad religiosa en el imperio, en parte por i<strong>de</strong>alismo, y en parte porque creía<br />

que el mejor modo <strong>de</strong> acabar con el cristianismo era permitir que las distintas sectas se<br />

<strong>de</strong>spedazasen entre sí sin impedimentos.<br />

Pero las cosas no ocurrieron como Juliano había esperado. Su reino duró menos<br />

<strong>de</strong> dos años, muriendo en una batalla contra los persas, en el 363. Por añadidura, las<br />

distintas sectas cristianas, sacudidas por el repentino resurgir <strong>de</strong>l paganismo, acallaron<br />

121

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!