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ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia

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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />

estaba más capacitado en las cuestiones prácticas. Largos siglos <strong>de</strong> experimentación en el<br />

campo <strong>de</strong> los embalsamamientos habían dado lugar a gran cantidad <strong>de</strong> información y<br />

saber en química y medicina.<br />

Los eruditos griegos no dudaron ni un momento en adoptar los conocimientos<br />

egipcios. Para los egipcios, Tot, el dios con cabeza <strong>de</strong> Ibis, era el <strong>de</strong>positario <strong>de</strong> toda la<br />

sabiduría, y los griegos lo asociaron a su propio dios Hermes. Hablaban <strong>de</strong> Hermes<br />

Trismegisto ("Hermes Tres veces gran<strong>de</strong>"), y bajo su divino amparo rebosaba la ciencia<br />

que ahora llamamos alquimia.<br />

El primer investigador <strong>de</strong> importancia en la "jemeia" greco-egipcia, que<br />

conocemos por su nombre, fue Bolos, <strong>de</strong> Men<strong>de</strong>s, ciudad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lta <strong>de</strong>l Nilo. Escribió<br />

hacia el 200 a. C. y utilizó el nombre <strong>de</strong> Demócrito como pseudónimo, por lo que con<br />

frecuencia se le cita como Bolos-Demócrito.<br />

Bolos aceptó la creencia, que probablemente prevalecía en esa época, <strong>de</strong> que los<br />

diferentes metales pue<strong>de</strong>n convertirse el uno en el otro, y basta sólo <strong>de</strong>scubrir los métodos<br />

a<strong>de</strong>cuados. La conversión <strong>de</strong>l plomo en oro ("transmutación") siguió siendo una meta<br />

inalcanzable para los estudiosos durante los dos mil años siguientes.<br />

Aunque los Ptolomeos siguieron siendo griegos en el idioma y en la cultura, se<br />

cuidaron también <strong>de</strong> fomentar la cultura egipcia. Así, por ejemplo, fue Ptolomeo II quien<br />

patrocinó la historia <strong>de</strong> los egipcios <strong>de</strong> Manetón, y el que realizó un viaje <strong>de</strong> exploración<br />

por el legendario Nilo.<br />

Los Ptolomeos respetaron también la religión egipcia. En realidad, trataron <strong>de</strong><br />

fomentar un tipo <strong>de</strong> religión que fusionase las formas egipcias con las griegas, y<br />

produjese algo que pudiese relacionarse particularmente con ellos mismos. Así, Osiris,<br />

junto a su manifestación terrenal, el toro, Apis, se convirtió para los griegos en Serapis. Se<br />

le relacionó a<strong>de</strong>más con Zeus, y Ptolomeo I construyó un magnífico templo en su honor<br />

en Alejandría, al que se llamó Serapeion, Serapeum en latín.<br />

Ptolomeo II llevó su observancia <strong>de</strong> las costumbres egipcias hasta tal punto que<br />

revivió la costumbre faraónica <strong>de</strong> los matrimonios entre hermanos y hermanas. Cuando se<br />

casó por segunda vez, lo hizo con su hermana Arsínoe, que anteriormente había estado<br />

casada con su medio hermano Ptolomeo Keraunos. Por este matrimonio —muy feliz y<br />

bien avenido— Arsínoe sería conocida por "Fila<strong>de</strong>lfos" ("la que ama a su hermano"),<br />

sobrenombre que fue aplicado luego a Ptolomeo II (tras su muerte). Tanto Ptolomeo<br />

como Arsínoe eran bastante maduros por aquel entonces, y no tuvieron hijos.<br />

Incluso los judíos recibieron su parte <strong>de</strong> esta protección ptolemaica. En realidad,<br />

los judíos parecen haber sido objeto <strong>de</strong> una divertida curiosidad por parte <strong>de</strong> los primeros<br />

Ptolomeos. Se los consi<strong>de</strong>ró un pueblo <strong>de</strong> antigua historia, con un conjunto <strong>de</strong> extraños<br />

pero interesantes libros sagrados. Ptolomeo I conoció lo suficientemente bien, al parecer,<br />

las costumbres judías como para atacar Jerusalén en sábado, sabiendo que estaría<br />

<strong>de</strong>sprotegida. Los Ptolomeos permitieron a los judíos conservar sus propias costumbres y<br />

gozar <strong>de</strong> cierta dosis <strong>de</strong> autogobierno en Alejandría; aunque esta medida no era <strong>de</strong>l todo<br />

popular entre los griegos.<br />

El medio alejandrino se hizo tan grato para los inmigrantes judíos, que el griego se<br />

convirtió pronto en su idioma, olvidando el arameo, que se hablaba en Ju<strong>de</strong>a, y el hebreo,<br />

en el que estaban escritos los libros sagrados. Los libros sagrados fueron olvidados<br />

mientras esta situación pudo continuar. De ahí que, bajo el patrocinio <strong>de</strong> Ptolomeo II, se<br />

trajeran estudiosos <strong>de</strong> Ju<strong>de</strong>a para asesorar en la traducción <strong>de</strong> estas escrituras al griego.<br />

La traducción griega <strong>de</strong> la Biblia es conocida como la <strong>de</strong> los Setenta, pues según<br />

la tradición fue traducida por setenta sabios.<br />

Cuando, finalmente, la Biblia apareció en latín, su primera versión provenía <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong> los Setenta. Así, en los primeros tiempos <strong>de</strong>l cristianismo se utilizó la versión <strong>de</strong> los<br />

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