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ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia

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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />

Licinio no tenía en gran concepto al edicto, pero en el 324 fue <strong>de</strong>rrotado<br />

finalmente por Constantino I que, como había planeado, gozaba <strong>de</strong>l apoyo pleno y<br />

entusiasta <strong>de</strong> los cristianos <strong>de</strong>l imperio. Faltaba todavía medio siglo para que la victoria<br />

cristiana fuera total, pero el período <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s persecuciones había pasado. (Trece<br />

años más tar<strong>de</strong>, ya en su lecho <strong>de</strong> muerte, Constantino I permitió que lo bautizaran, por lo<br />

que se convirtió en el primer emperador cristiano).<br />

Pero si el peligro <strong>de</strong> las persecuciones había pasado, existía el <strong>de</strong> las querellas<br />

internas. Siempre había habido diferencias <strong>de</strong> opinión entre los cristianos, e incluso las<br />

epístolas <strong>de</strong> San Pablo, escritas en los primeros años <strong>de</strong>l cristianismo, tuvieron que<br />

ocuparse <strong>de</strong> estas diferencias. Sin embargo, mientras el cristianismo como tal estuvo en<br />

peligro constante <strong>de</strong>bido a las persecuciones, tales diferencias no pasaron <strong>de</strong> las palabras.<br />

Pero cuando los emperadores romanos se convirtieron al cristianismo, cabía la<br />

posibilidad <strong>de</strong> que tomasen partido por una u otra <strong>de</strong> las facciones, con lo que la facción<br />

marginada se las tendría que ver con el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Estado. Así, si los cristianos en general<br />

ya no eran perseguidos por los paganos, ciertos cristianos continuaron siendo perseguidos<br />

por otros cristianos.<br />

Alejandría, como centro importante <strong>de</strong>l pensamiento cristiano, <strong>de</strong>sempeñó un<br />

notable papel en estas disputas internas. Así fue, por ejemplo, durante el reinado <strong>de</strong><br />

Constantino I, cuando se produjo una agria disputa sobre el problema <strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong><br />

Cristo. El problema se refería a si Cristo tenía un aspecto divino o no. Una <strong>de</strong> las posturas,<br />

que po<strong>de</strong>mos llamar unitaria, sostenía que Jesús no era en absoluto un ser divino, que<br />

sólo había un Dios, el Dios <strong>de</strong>l Antiguo Testamento. Jesús era un ser creado, como todo lo<br />

que existe en el universo menos Dios. Jesús podía ser el más gran<strong>de</strong> y el mejor <strong>de</strong> los<br />

hombres, el más santo <strong>de</strong> los profetas, el maestro <strong>de</strong> inspiración más divina, pero aun así<br />

no era Dios.<br />

La segunda postura mantenía que Cristo tenía tres aspectos, todos ellos iguales<br />

entre sí y que habían existido siempre: el Padre, aspecto que se manifestó especialmente<br />

en la Creación; el Hijo, aspecto que se manifestaba a través <strong>de</strong> la forma humana <strong>de</strong> Jesús,<br />

y el Espíritu Santo, que se había manifestado varias veces a través <strong>de</strong> hombres normales,<br />

a quienes había inspirado acciones <strong>de</strong> las que habrían sido incapaces sin ayuda divina.<br />

Los tres aspectos <strong>de</strong> Dios se <strong>de</strong>nominan Trinidad, y la creencia en estos tres aspectos<br />

iguales se <strong>de</strong>nomina trinitarismo.<br />

El principal <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong> la postura unitarista era un sacerdote <strong>de</strong> Alejandría<br />

llamado Arrio. Tan firme era su postura que esta creencia se conoce con el nombre <strong>de</strong><br />

arrianismo, y quienes la <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n toman el nombre <strong>de</strong> arrianos.<br />

Pese a que su más firme <strong>de</strong>fensor era alejandrino, el reducto más importante <strong>de</strong><br />

arrianismo en tiempos <strong>de</strong> Constantino I fue el Asia Menor. En Egipto se conservaba<br />

todavía el recuerdo <strong>de</strong>l gnosticismo, según el cual Jesús era espíritu, no-materia (véase<br />

pág. 111). ¿Cómo podía ser, pues, totalmente humano? Tenía que ser por: igual divino y<br />

humano.<br />

Si embargo, la mayoría <strong>de</strong> los sacerdotes <strong>de</strong> Alejandría eran trinitaristas, y<br />

Alejandro, obispo <strong>de</strong> Alejandría, era objeto <strong>de</strong> constantes presiones para que actuara con<br />

fuerza contra el molesto sacerdote. En el 323 Alejandro convocó una reunión <strong>de</strong> obispos<br />

(un «sínodo»), en la que se con<strong>de</strong>nó oficialmente la postura arriana, pero Arrio rehusó<br />

aceptar la <strong>de</strong>cisión.<br />

Eran precisamente los tiempos en que Constantino comenzaba a ser<br />

prepon<strong>de</strong>rante en todo el Imperio, y hubo intento <strong>de</strong> llamar su atención sobre el problema.<br />

(Los obispos podían <strong>de</strong>nunciar, pero era el emperador quien disponía <strong>de</strong> un ejército que<br />

podía forzar la aplicación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>nuncia). Constantino estaba ansioso <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r llevar la<br />

voz cantante en el asunto. El no sabía nada <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as teológicas que intervenían en la<br />

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