ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />
El general <strong>de</strong> las tropas romanas en Ju<strong>de</strong>a —Vespasiano— fue quien llegaría a ser<br />
emperador <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Nerón. En el 70, finalmente, Ju<strong>de</strong>a fue pacificada. Jerusalén fue<br />
ocupada y saqueada por el hijo <strong>de</strong> Vespasiano, Tito; el Templo fue <strong>de</strong>struido y el<br />
judaísmo retrocedió a su peor momento <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los tiempos <strong>de</strong> Nabucodonosor.<br />
Los judíos <strong>de</strong> fuera <strong>de</strong> Ju<strong>de</strong>a no tomaron parte en la revuelta y en la mayoría <strong>de</strong> los<br />
sitios fueron tratados con razonable justicia por los romanos. (Lo cual es notable si<br />
pensamos en las tremendas medidas puestas en práctica por el Gobierno estadouni<strong>de</strong>nse<br />
contra los norteamericanos <strong>de</strong> origen japonés en los meses siguientes al ataque <strong>de</strong> Pearl<br />
Harbor, en 1941).<br />
Sin embargo, en Egipto, los excitados sentimientos <strong>de</strong> ambos bandos se<br />
<strong>de</strong>sbocaron sin control; comenzaron los tumultos que pronto fueron sangrientos. Ni los<br />
judíos ni los griegos se vieron libres <strong>de</strong> la acusación <strong>de</strong> haberlos instigado, y se<br />
cometieron salvajes atrocida<strong>de</strong>s en ambos bandos. Pero, como ha sido el caso<br />
invariablemente a lo largo <strong>de</strong> la trágica historia <strong>de</strong> los judíos, eran éstos los que se<br />
hallaban en minoría y, por lo tanto, fueron los judíos los que más sufrieron. El templo<br />
judío <strong>de</strong> Alejandría fue <strong>de</strong>struido, miles <strong>de</strong> judíos fueron asesinados y la ju<strong>de</strong>ría <strong>de</strong><br />
Alejandría nunca se recuperó.<br />
Tras estos acontecimientos, los judíos conservaron una dura enemistad contra el<br />
Gobierno romano y contra los griegos <strong>de</strong> Egipto. Existía todavía una gran colonia judía en<br />
Cirene, y sus miembros pensaron, en el 115, que había llegado su oportunidad. El<br />
emperador romano Trajano se hallaba en ese momento ocupado en una remota guerra en<br />
el Oriente, y, en un último empujón <strong>de</strong> la expansión romana, había llevado a las legiones<br />
romanas hasta el golfo Pérsico.<br />
Es posible que se filtrasen hasta Egipto rumores sobre su muerte (el emperador<br />
tenía sesenta años), o quizá llegaron noticias acerca <strong>de</strong> un nuevo mesías, pero, en<br />
cualquier caso, los judíos <strong>de</strong> Cirene se lanzaron a la rebelión <strong>de</strong> manera fanática y suicida.<br />
Masacraron a todos los griegos que se pusieron a su alcance, y fueron masacrados a su vez<br />
cuando los sorprendidos romanos pudieron enviar tropas contra ellos. Los <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes<br />
prosiguieron durante dos años, y hacia el 117 los judíos <strong>de</strong> Egipto habían sido<br />
virtualmente exterminados.<br />
De nuevo, la rebelión afectó a la historia <strong>de</strong> Roma. Las noticias sobre los<br />
<strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes egipcios contribuyeron a que Trajano se <strong>de</strong>cidiese a volver (otros factores<br />
fueron su edad y los riesgos <strong>de</strong> unas líneas <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong>masiado largas). La oleada<br />
conquistadora romana nunca volvió a llegar tan lejos, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces la suerte <strong>de</strong> Roma<br />
comenzó a disminuir.<br />
A Trajano le sucedió Adriano, <strong>de</strong>l que ya he hablado como <strong>de</strong> un turista imperial.<br />
Antes <strong>de</strong> visitar Egipto, como ya he dicho, cruzó la <strong>de</strong>solada Ju<strong>de</strong>a y quedó impresionado<br />
por la veneración que tributaban a las ruinas <strong>de</strong> Jerusalén los judíos que aún quedaban. Le<br />
pareció que esto podía dar lugar a otra rebelión; por ello or<strong>de</strong>nó que Jerusalén fuese<br />
reconstruida como una ciudad romana, que se llamaría Elia, según su propio apellido, y<br />
que se edificaría un templo a Júpiter en el lugar <strong>de</strong>l <strong>de</strong>struido Templo judío. Se prohibiría<br />
absolutamente la entrada en la ciudad a todos los judíos.<br />
Pero la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> Adriano sirvió para fomentar la revuelta que quería evitar. Los<br />
judíos volvieron a rebelarse, inspirados por un individuo que se había autoproclamado<br />
mesías. Desesperados por la profanación <strong>de</strong>l lugar sagrado <strong>de</strong> su Templo, resistieron<br />
durante tres años, <strong>de</strong>l 132 al 135. Al finalizar la rebelión, Ju<strong>de</strong>a estaba <strong>de</strong>struida, y tan<br />
limpia <strong>de</strong> judíos como Egipto.<br />
Des<strong>de</strong> esa fecha el futuro <strong>de</strong>l judaísmo quedó limitado a las importantes colonias<br />
judías <strong>de</strong> Babilonia, don<strong>de</strong> vivían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la época <strong>de</strong> Nabucodonosor, y a las colonias<br />
europeas, que no habían tomado parte en las revueltas y a las que se permitió subsistir<br />
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