ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />
seguidores se exiliaron a Oriente, a Persia. Y, con el tiempo, contribuirían a la difusión <strong>de</strong><br />
la cultura griega hasta confines tan remotos como China.<br />
Pero por aquel entonces un sacerdote <strong>de</strong> Constantinopla llamado Eutiques, pasó a<br />
sostener la opinión opuesta. Afirmaba que Jesucristo tenía una sola naturaleza,<br />
absolutamente divina, que absorbía totalmente a la humana. Esto se consi<strong>de</strong>ra el acto<br />
fundacional <strong>de</strong>l «monofisismo» (palabra griega que significa «una naturaleza»), que<br />
obtuvo una consi<strong>de</strong>rable audiencia en Egipto, pero que fue rechazado en Constantinopla.<br />
Cirilo <strong>de</strong> Alejandría murió en el 444, y su sucesor tuvo creencias acendradamente<br />
monofisitas. La disputa se fue haciendo tan seria y peligrosa como lo había sido la<br />
cuestión arriana un siglo antes, y Teodosio III no supo cómo enfrentarse al problema.<br />
Sin embargo, Teodosio III murió en el 450, y su sucesor Marciano, era un<br />
acérrimo <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong> las dos naturalezas. Convocó, pues, un nuevo concilio<br />
ecuménico, el cuarto, en el 451, en Calcedonia, suburbio <strong>de</strong> Constantinopla en el lado<br />
asiático <strong>de</strong>l estrecho.<br />
Aquí, por fin, perdió Alejandría. La doctrina <strong>de</strong> la doble naturaleza, <strong>de</strong>fendida por<br />
Constantinopla y Roma, se convirtió en parte <strong>de</strong>l dogma católico, y la doctrina monofisita<br />
<strong>de</strong> la única naturaleza fue <strong>de</strong>clarada herética. Eutiques fue <strong>de</strong>sterrado.<br />
Aun así, Alejandría no aceptó su <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> buena gana. Tercamente siguió<br />
apegada al monofisismo, tanto más porque Constantinopla se oponía a él.<br />
La <strong>de</strong>sunión religiosa <strong>de</strong>l imperio (que persistió pese a la celebración <strong>de</strong> sucesivos<br />
concilios ecuménicos) se hizo aún más peligrosa a causa <strong>de</strong> los <strong>de</strong>sastres militares que<br />
sacudieron al imperio tras la muerte <strong>de</strong> Teodosio I.<br />
Tras su muerte, le sucedieron sus dos jóvenes hijos, uno en Oriente, otro en<br />
Occi<strong>de</strong>nte, y a partir <strong>de</strong> este momento, el imperio ya no volvería a estar completamente<br />
unido. En la práctica hubo dos mita<strong>de</strong>s, que por lo general se <strong>de</strong>nominan Imperio Romano<br />
<strong>de</strong> Oriente e Imperio Romano <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte. Teodosio II y Marciano, que presidieron el<br />
tercero y el cuarto concilios ecuménicos, respectivamente, fueron emperadores romanos<br />
<strong>de</strong> Oriente. Naturalmente, Egipto formó parte <strong>de</strong>l Imperio Romano <strong>de</strong> Oriente.<br />
Fue el Imperio Romano <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte el que sufrió la primera embestida <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>sastre. En el siglo siguiente a la muerte <strong>de</strong> Teodosio I, los hunos y diversas tribus<br />
germánicas avanzaron y retrocedieron por las provincias europeas <strong>de</strong>l imperio. Una tribu<br />
germana, los vándalos, cruzó incluso el estrecho <strong>de</strong> Gibraltar, penetró en África, y<br />
estableció un reino cuyo centro estuvo alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> Cartago. Algunas <strong>de</strong> las provincias<br />
<strong>de</strong>l Imperio Romano <strong>de</strong> oriente fueron invadidas también, temporalmente. Sin embargo,<br />
Egipto siguió intacto, siendo la única provincia que permaneció enteramente en paz<br />
durante este siglo lleno <strong>de</strong> catástrofes.<br />
En el 476, el Imperio Romano <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte llegó a su fin, en el sentido <strong>de</strong> que el<br />
último emperador reconocido como tal fue <strong>de</strong>puesto.<br />
Sin embargo, el Imperio Romano <strong>de</strong> Oriente siguió intacto, e incluso pareció que<br />
iba a recuperar todo lo perdido. En el 527 subió al trono un emperador fuerte y capacitado,<br />
Justiniano, que envió a sus ejércitos hacia Occi<strong>de</strong>nte, para recuperar las provincias<br />
ocupadas por los bárbaros.<br />
Los ejércitos romanos lograron <strong>de</strong>struir el reino vándalo <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong> África,<br />
añadiendo estos territorios al Imperio Romano <strong>de</strong> Oriente. También Italia fue<br />
reconquistada, y parte <strong>de</strong> España. Por un momento pareció que, como en la época <strong>de</strong><br />
Aureliano, dos siglos y medio antes, podría hacerse retroce<strong>de</strong>r a la marea bárbara.<br />
Aun así, las conquistas en la mitad occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong>l imperio agudizaron los<br />
problemas <strong>de</strong> Justiniano relacionados con la religión. Justiniano era un ferviente católico<br />
y bajo su reinado <strong>de</strong>saparecieron los últimos vestigios <strong>de</strong>l paganismo. En el 529 cerró la<br />
Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Atenas, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> casi nueva siglos <strong>de</strong> existencia, y los afligidos filósofos<br />
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