ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />
José se base en parte en la leyenda <strong>de</strong> Imhotep.<br />
Aparte <strong>de</strong> su fama legendaria como médico, científico y mago, Imhotep fue sin<br />
duda el primer gran arquitecto. Fue él quien emprendió la construcción <strong>de</strong> la mastaba <strong>de</strong><br />
Zoser, que iba a ser la mayor <strong>de</strong> las construidas hasta entonces, y que a<strong>de</strong>más lo fue en<br />
piedra en vez <strong>de</strong> en ladrillo. Esto satisfizo sin duda la necesidad <strong>de</strong> Zoser <strong>de</strong> impresionar a<br />
los egipcios con el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los reyes <strong>de</strong> la nueva dinastía.<br />
Imhotep construyó la mastaba, que tenía 210 pies <strong>de</strong> longitud, por cada lado, y<br />
unos 25 pies <strong>de</strong> altura, en Sáqqara. Fue la primera estructura <strong>de</strong> piedra <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s<br />
dimensiones <strong>de</strong>l mundo, aunque muestra un conservadurismo típicamente humano en<br />
numerosos <strong>de</strong>talles, pues la piedra está trabajada imitando la ma<strong>de</strong>ra y la caña <strong>de</strong> las<br />
antiguas y más sencillas estructuras.<br />
Al parecer Zoser no quedó satisfecho <strong>de</strong> su mastaba; o quizá, el mismo Imhotep,<br />
<strong>de</strong>scontento <strong>de</strong> su propia sobriedad, <strong>de</strong>cidiera hacer algo mejor. Sea cual sea la razón,<br />
Imhotep amplió la mastaba por los dos lados, hasta que la base alcanzó una longitud <strong>de</strong><br />
400 por 350 pies. Luego colocó una nueva y más pequeña sobre la anterior, seguida más<br />
tar<strong>de</strong> por otra, aún menor, a la que siguieron otras cada vez más reducidas <strong>de</strong> tamaño. Al<br />
final había construido seis mastabas <strong>de</strong> tamaño <strong>de</strong>creciente, una encima <strong>de</strong> la otra, hasta<br />
alcanzar una altura total <strong>de</strong> casi 200 pies.<br />
A<strong>de</strong>más, la mastaba disponía <strong>de</strong> otras estructuras a su alre<strong>de</strong>dor, <strong>de</strong> las que<br />
quedan algunos restos. El conjunto estaba ro<strong>de</strong>ado por una elevada muralla construida<br />
con paneles <strong>de</strong> piedra caliza <strong>de</strong> concepción muy elaborada. El recinto tenía 1.800 pies <strong>de</strong><br />
longitud y 900 <strong>de</strong> anchura.<br />
Los <strong>de</strong>talles más refinados <strong>de</strong> la antigua magnificencia han <strong>de</strong>saparecido, pero el<br />
edificio central —muy <strong>de</strong>teriorado por falta <strong>de</strong> cuidados— subsiste todavía, 4.600 años<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber sido construido. Y es no sólo la primera estructura <strong>de</strong> piedra <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s<br />
dimensiones que se haya construido, sino que a<strong>de</strong>más constituye la más antigua<br />
edificación construida por el hombre que existe aún sobre la faz <strong>de</strong> la tierra.<br />
Los hombres mo<strong>de</strong>rnos han quedado estupefactos ante la mastaba múltiple <strong>de</strong><br />
Zoser, y ante las mucho más elaboradas estructuras posteriores, que no tardaron en ser<br />
construidas. Para los arqueólogos <strong>de</strong>l siglo XIX, dichas edificaciones surgían <strong>de</strong> la nada.<br />
Parecía que Egipto había sido en un primer momento una tierra <strong>de</strong> al<strong>de</strong>anos neolíticos, no<br />
mucho más avanzados que lo que hoy llamamos «hombres primitivos», y que <strong>de</strong> repente,<br />
sin previo aviso, comenzó a producir monumentos que iban a maravillar a las sucesivas<br />
épocas, sin excluir a nuestra grandiosa era tecnológica.<br />
Es evi<strong>de</strong>nte que Zoser vivió en tiempos <strong>de</strong> la III Dinastía, y que Manetón nos<br />
habla <strong>de</strong> una primera y <strong>de</strong> una segunda, pero no hay informes sobre las dos primeras<br />
dinastías, y muchos arqueólogos <strong>de</strong>l siglo XIX sospechaban que las listas <strong>de</strong> Manetón,<br />
que contienen los nombres <strong>de</strong> los reyes antiguos, son míticas.<br />
No <strong>de</strong>be extrañarnos, pues, que románticos y místicos crean que la civilización<br />
egipcia surgió, ya plenamente <strong>de</strong>sarrollada, <strong>de</strong> la nada, que quizá fue llevada a orillas <strong>de</strong>l<br />
Nilo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otro lugar. Un origen «lógico» podría ser la Atlántida, sobre la que escribió el<br />
filósofo griego Platón un siglo antes <strong>de</strong>l nacimiento <strong>de</strong> Manetón.<br />
Según Platón, la primera versión <strong>de</strong> la historia se <strong>de</strong>be a los sacerdotes egipcios;<br />
éstos nos hablan <strong>de</strong> una tierra muy antigua, ubicada en el Oeste, que había alcanzado un<br />
elevado nivel <strong>de</strong> civilización y que fue <strong>de</strong>struida por un terremoto que provocó su<br />
hundimiento en el océano.<br />
¿Por qué no suponer, así, que los que pudieron escapar <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sastre llegaron a<br />
Egipto y establecieron allí una gran civilización (expulsando a los primitivos habitantes<br />
<strong>de</strong>l lugar, o esclavizándolos), tras la total <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> toda huella <strong>de</strong> sus orígenes?<br />
Naturalmente, todo esto son meras fantasías. Nunca hubo una Atlántida, y Platón<br />
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