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ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia

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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />

divinos.<br />

Cambises (también según Heródoto), al volver <strong>de</strong> una expedición <strong>de</strong>sastrosa,<br />

halló a los egipcios en fiestas y se imaginó que estaban celebrando su <strong>de</strong>rrota, por lo que<br />

montó en cólera. Al comunicársele que el júbilo tenía su razón <strong>de</strong> ser en el hallazgo <strong>de</strong><br />

Apis, Cambises, con gran <strong>de</strong>sprecio hacia ese dios, <strong>de</strong>senvainó su espada e hirió al toro.<br />

A nosotros esto nos parece una atrocidad leve (si pensamos en las que se cometen<br />

en nuestros días), pero para los egipcios representó un acto mucho más horroroso que el<br />

<strong>de</strong> la propia conquista <strong>de</strong> su país. Lo más probable, en realidad, es que esto sea pura<br />

leyenda, y que Cambises gobernara Egipto tan razonablemente como pue<strong>de</strong> esperarse <strong>de</strong><br />

un dominador.<br />

Cambises no tenía la intención <strong>de</strong> limitarse a Egipto. Aceptó la sumisión <strong>de</strong> los<br />

libios <strong>de</strong>l oeste <strong>de</strong>l Nilo, y la <strong>de</strong> la ciudad griega <strong>de</strong> Cirene, que medio siglo antes había<br />

resistido el asalto <strong>de</strong> Haibria. Después había vuelto sus ojos hacia Nubia, en el sur (y<br />

quizá incluso hacia la colonia fenicia <strong>de</strong> Cartago, más hacia el oeste). Marchó hacia el sur,<br />

penetrando en Nubia, y saqueó <strong>de</strong> paso Tebas (como había hecho Asurbanipal siglo y<br />

medio antes). Se las arregló para colocar la mitad septentrional <strong>de</strong> Nubia bajo control<br />

persa antes <strong>de</strong> retornar para reponer sus fuerzas y acumular nuevos pertrechos. (Las<br />

fuentes utilizadas por Heródoto, que eran hostiles a los persas, transformaron esto en la<br />

<strong>de</strong>sastrosa <strong>de</strong>rrota que dio lugar a la atrocidad cometida contra Apis).<br />

No hay duda <strong>de</strong> que Cambises habría proseguido su victoriosa carrera, pero en su<br />

país estalló una disputa dinástica. Un impostor, que <strong>de</strong>cía ser el hijo mayor <strong>de</strong> Ciro, se<br />

autoproclamó rey. Cambises volvió precipitadamente para enfrentarse a él, pero murió en<br />

el camino. (El <strong>de</strong>sfavorable relato <strong>de</strong> Heródoto insinúa que pudo haberse suicidado tras<br />

haberse vuelto loco por influencia <strong>de</strong> los dioses, ofendidos por su sacrilegio).<br />

Los monarcas <strong>de</strong> Persia se cuentan entre las dinastías egipcias como la XXVII, y<br />

esta vez la dinastía era verda<strong>de</strong>ramente extranjera. No era como las dinastías libia y nubia,<br />

que fueron egipcias en todo excepto en su origen; o como la <strong>de</strong> los hicsos, que se<br />

egiptizaron. Ni era como los asirios, que estuvieron presentes sólo breve y efímeramente.<br />

¡No! La Dinastía XXVII fue realmente extranjera, y gobernó con mano dura.<br />

Los atenienses<br />

No hay duda <strong>de</strong> que la dominación persa resultó beneficiosa por varios conceptos.<br />

Así, una vez pasados los pocos meses <strong>de</strong> confusión que siguieron a la muerte <strong>de</strong> Cambises,<br />

un miembro <strong>de</strong> la familia real, Darío, se hizo con el control. Darío I gobernó durante<br />

treinta y cinco años (<strong>de</strong>l 521 al 486 a. C.) y sin duda alguna fue el más capacitado <strong>de</strong> los<br />

reyes persas, por lo que a veces se le ha llamado Darío el Gran<strong>de</strong>.<br />

Este rey reorganizó su inmenso imperio, conduciéndolo hasta altas cotas <strong>de</strong><br />

eficacia, y gobernó bien Egipto. Se las arregló para terminar el canal <strong>de</strong>l Nilo al mar Rojo,<br />

que Necao había <strong>de</strong>jado inacabado, y el comercio egipcio floreció. De hecho, Egipto, bajo<br />

el dominio <strong>de</strong> Darío conservó sus antiguos modos <strong>de</strong> vida, fue tan próspero como nunca<br />

lo había sido bajo Ahmés, y el tributo que pagaba a los persas no era excesivamente<br />

opresivo. ¿De qué se quejaban los egipcios entonces?<br />

Sin embargo, con tres mil años <strong>de</strong> historia a sus espaldas, los egipcios protestaban<br />

bajo un régimen extranjero, quizá por la única razón <strong>de</strong> que era extranjero. Así pues,<br />

esperaban su oportunidad. Antes o <strong>de</strong>spués, Persia acabaría estando ocupada en algún<br />

rincón <strong>de</strong> sus amplios dominios, y entonces podía llegar la hora.<br />

El propio Darío coadyuvó a que estos <strong>de</strong>seos se cumplieran, al no ser capaz <strong>de</strong><br />

resistirse a empren<strong>de</strong>r nuevas conquistas <strong>de</strong> países extranjeros, con el fin <strong>de</strong> igualar las<br />

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