ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />
algunos no judíos (a veces bastante bien situados <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la estructura social <strong>de</strong>l<br />
imperio) adoptaran el judaísmo.<br />
Con todo, las conversiones no fueron <strong>de</strong>masiado numerosas, pues los propios<br />
judíos no facilitaban las cosas. No sólo no transigían con los gentiles o con su modo <strong>de</strong><br />
vida, sino que insistían en la adopción plena y total <strong>de</strong> un conjunto <strong>de</strong> leyes sumamente<br />
complejo. A<strong>de</strong>más, insistían en que el Templo <strong>de</strong> Jerusalén era el único lugar verda<strong>de</strong>ro<br />
<strong>de</strong> culto y se negaban a admitir que los conversos participaran en los ritos <strong>de</strong>l culto al<br />
emperador.<br />
Así, los conversos <strong>de</strong>l judaísmo quedaban sujetos a un nacionalismo extranjero, y<br />
aislados respecto a su propia sociedad. Después <strong>de</strong> la rebelión judía <strong>de</strong>l 66-70, la<br />
conversión al judaísmo comenzó a ser consi<strong>de</strong>rada como una traición por muchos<br />
romanos, por lo que prácticamente no se dio más.<br />
En cambio, el cristianismo operaba en circunstancias mucho menos <strong>de</strong>sventajosas<br />
en este sentido, gracias, principalmente, a la labor <strong>de</strong> un hombre. Este era Saulo (o Pablo,<br />
como se le conoció posteriormente), judío <strong>de</strong> Tarso (la ciudad don<strong>de</strong> Marco Antonio se<br />
había encontrado por primera vez con Cleopatra). Al principio fue ferozmente<br />
anticristiano, pero se convirtió y llegó a ser el más famoso y eficaz <strong>de</strong> todos los<br />
misioneros cristianos.<br />
Se dirigió al mundo gentil y predicó una forma <strong>de</strong> cristianismo en el que se habían<br />
abandonado la ley y el nacionalismo judíos. En su lugar propugnaba un universalismo<br />
según el cual todos los hombres podían ser cristianos sin distinción <strong>de</strong> nacionalidad o <strong>de</strong><br />
posición social. Ofrecía el monoteísmo y una elevada moralidad, sin las complicadas<br />
restricciones <strong>de</strong> la ley mosaica, y los gentiles — en Egipto y en otras partes—<br />
comenzaron a afluir hacia el cristianismo en número sorpren<strong>de</strong>ntemente alto.<br />
Sin embargo, a los cristianos también les estaba prohibido participar en el culto<br />
<strong>de</strong>l emperador, por lo que, lo mismo que los judíos en general, se hacían sospechosos <strong>de</strong><br />
traición. En el 64, en tiempos <strong>de</strong> Nerón, los cristianos <strong>de</strong> Roma fueron salvajemente<br />
perseguidos en represalia por el gran incendio que <strong>de</strong>struyó la ciudad y <strong>de</strong>l que fueron<br />
hechos responsables (por supuesto, falsamente). Según la tradición, Pablo fue ejecutado<br />
en Roma no mucho <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> comenzar esta persecución.<br />
La obra <strong>de</strong> Pablo produjo una división en el cristianismo entre aquellos que<br />
persistían en la tradición judía y aquellos que la rechazaban. La crisis estalló durante la<br />
rebelión judía. Los judíos que seguían las enseñanzas <strong>de</strong> Cristo eran extremadamente<br />
pacifistas. Para ellos el Mesías, en la persona <strong>de</strong> Jesús, había llegado ya y esperaban su<br />
retorno. Por ello, participar en la lucha <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Ju<strong>de</strong>a en nombre <strong>de</strong> algún<br />
otro mesías que no fuera Jesús carecía <strong>de</strong> sentido para ellos. Así pues, se retiraron a las<br />
montañas y no tomaron parte en la guerra. Los judíos supervivientes los tildaron <strong>de</strong><br />
traidores y, prácticamente, la conversión <strong>de</strong> judíos al cristianismo se <strong>de</strong>tuvo.<br />
Por ello, <strong>de</strong>l 70 en a<strong>de</strong>lante, el cristianismo se hizo casi completamente gentil, y<br />
muy distinto <strong>de</strong>l judaísmo. Al penetrar en el mundo gentil, él mismo resultó influido,<br />
aceptando y asimilando las filosofías griegas y las fiestas paganas —todo lo cual lo<br />
separaban aún más claramente <strong>de</strong>l judaísmo—.<br />
Ya en 95 el emperador romano Domiciano, el hijo menor <strong>de</strong> Vespasiano, or<strong>de</strong>nó<br />
ciertas medidas contra los judíos y los cristianos, pensando, según parece, que eran la<br />
misma cosa en el fondo. Esta vez fue quizá la última en que no se los diferenció<br />
convenientemente.<br />
Existía una rivalidad natural entre el judaísmo y el cristianismo. Los cristianos<br />
censuraban a los judíos a causa <strong>de</strong> su negativa a reconocer al Mesías en Jesús y <strong>de</strong>bido al<br />
papel <strong>de</strong>sempeñado por los funcionarios judíos en la crucifixión (olvidando, a veces, que<br />
los propios discípulos <strong>de</strong> Jesús fueron también judíos). Por su lado, los judíos<br />
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