ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />
8. El Egipto saítico<br />
Los griegos<br />
La segunda ocupación semita <strong>de</strong> Egipto (la asiría), tuvo lugar mil años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
la primera (los hicsos). La invasión asiria penetró más profundamente, pues alcanzó<br />
Tebas, pero no fue tan intensa. Los asirios se contentaron con gobernar a través <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>legados egipcios renombrados por su hostilidad hacia los nubios. Su elegido fue un<br />
príncipe <strong>de</strong> Bajo Egipto llamado Necao. Prisionero <strong>de</strong> guerra <strong>de</strong> los asirios, había estado<br />
con ellos el tiempo suficiente como para apreciar quiénes eran sus amos, y aceptó<br />
servirlos como su virrey egipcio. Cumplió su cometido fielmente, muriendo al final al<br />
lado <strong>de</strong> los ejércitos <strong>de</strong> Asurbanipal, en la guerra contra los nubios.<br />
Su hijo Psamtik —llamado Psamético por los griegos— le sucedió en el trono.<br />
Este esperó con cautela una oportunidad para romper con Asiría, pues era<br />
evi<strong>de</strong>nte que sus días <strong>de</strong> gloria habían pasado. Asurbanipal se hallaba acosado por gran<br />
cantidad <strong>de</strong> problemas. Babilonia se hallaba en perpetuo estado <strong>de</strong> rebeldía. El país<br />
in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> Elam, al este <strong>de</strong> Babilonia, luchaba tenazmente contra Asiria. Una<br />
nueva oleada <strong>de</strong> nómadas, los cimerios, <strong>de</strong>scendieron rápidamente sobre el Asia Menor<br />
proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> las tierras al norte <strong>de</strong>l mar Negro y <strong>de</strong>vastaron todo el país como un<br />
tornado.<br />
El hábil Asurbanipal se las ingenió para manejarlo todo en su beneficio. Acabó<br />
con los elamitas en dos campañas, y aniquiló un reino con veinte siglos <strong>de</strong> antigüedad tan<br />
completamente, que hoy día apenas sabemos nada <strong>de</strong> él. Venció también a los cimerios.<br />
Pero por todo ello tuvo que pagar un precio, pues Asurbanipal no podía estar en todos los<br />
sitios a la vez. Y al estar ocupado en otros lugares, no pudo conservar Egipto.<br />
Psamético, que procedía con tiento, pudo liberarse <strong>de</strong>l conquistador. Contrató<br />
mercenarios <strong>de</strong>l otro lado <strong>de</strong>l Mediterráneo, en el Asia Menor occi<strong>de</strong>ntal, don<strong>de</strong> acababa<br />
<strong>de</strong> ser fundado el reino <strong>de</strong> Lidia sobre las ruinas <strong>de</strong> los nómadas cimerios. Como Egipto,<br />
Lidia se hallaba en las fronteras occi<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong>l Imperio asirio y también estaba ansioso<br />
<strong>de</strong> liberarse <strong>de</strong> su yugo.<br />
Los mercenarios lidios lucharon <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong> Psamético, y en el 652 a. C., la última<br />
guarnición asiria era expulsada <strong>de</strong> Egipto, sólo nueve años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l saqueo <strong>de</strong> Tebas.<br />
En su totalidad el episodio asirio había durado sólo veinte años y, en conjunto, Egipto,<br />
que se había unido frente al peligro exterior, resurgió más fuerte que antes y Psamético<br />
acabó gobernando como Psamético I. Egipto contaba <strong>de</strong> nuevo con un faraón nativo.<br />
Psamético fundó la Dinastía XXVI, con arreglo al cómputo <strong>de</strong> Manetón.<br />
Estableció la capital en Sais, en el brazo más occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong>l Nilo, a unas treinta millas <strong>de</strong>l<br />
mar. Por ello, la dinastía <strong>de</strong> Psamético se <strong>de</strong>nomina, a veces, "Dinastía saítica", y el<br />
Egipto <strong>de</strong> la época, "Egipto saítico".<br />
Psamético fue un soberano capaz, y bajo su gobierno Egipto experimentó no<br />
solamente una renovación económica, sino un renacimiento artístico. Se produjo un<br />
retorno <strong>de</strong>liberado a los tiempos pasados, como si Egipto estuviera ansioso <strong>de</strong> sacudirse<br />
el polvo <strong>de</strong> un mundo confuso; un mundo en el que los imperios asiáticos se mostraban<br />
más fuertes que él, y en el que para engrosar sus ejércitos había que recurrir a bárbaros<br />
reclutados en ultramar. Pese a ello, se pretendía volver a los gran<strong>de</strong>s días en los que sólo<br />
Egipto existía y en los que era posible ignorar al resto <strong>de</strong>l mundo. Los tiempos <strong>de</strong> los<br />
constructores <strong>de</strong> pirámi<strong>de</strong>s fueron ensalzados, se estudiaron una vez más los ensalmos y<br />
rituales religiosos que aparecían en esas tumbas antiguas, se revigorizaron los clásicos<br />
literarios <strong>de</strong>l Impero Medio y se repararon los daños causados en Tebas por los asirios. En<br />
todo ello, en realidad, la Dinastía Saítica seguía las directrices religiosas ortodoxas <strong>de</strong> los<br />
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