Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios Contaba con cuarenta bancos <strong>de</strong> remos, con una verda<strong>de</strong>ra ciudad <strong>de</strong> cuatro mil hombres que manejaban los cuatro mil remos. Debía <strong>de</strong> parecer un gigantesco superciempiés. Por supuesto, sólo servía para enseñarlo, pues habría ido al encuentro <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sastre inmediato en caso <strong>de</strong> guerra. El reinado <strong>de</strong> Ptolomeo IV fue testigo también <strong>de</strong> un triste inci<strong>de</strong>nte, que señaló la <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia griega. Des<strong>de</strong> la época <strong>de</strong> Filipo II <strong>de</strong> Macedonia las ciuda<strong>de</strong>s griegas habían estado dominadas por este reino septentrional. Los intentos <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s griegas para liberarse individualmente, fracasaron siempre. Cuando intentaron formar "ligas", éstas acabaron luchando entre sí, e invariablemente los vencidos se volvían hacia Macedonia. En el 236 a. C., cuando Ptolomeo III ocupaba aún el trono <strong>de</strong> Egipto, un rey reformador, Cleomenes III, accedió al po<strong>de</strong>r en Esparta, y soñó con volver a hacer <strong>de</strong> la ciudad lo que había sido antaño, un siglo y medio antes, en los días en que era la potencia dirigente <strong>de</strong> Grecia. La Liga Aquea (una unión <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s situadas al norte <strong>de</strong> Esparta) luchó contra Cleomenes, y cuando fue <strong>de</strong>rrotada por éste, buscaron ayuda en Macedonia, perdiendo así la última oportunidad <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia para Grecia. En el 222 a. C. los macedonios aplastaron a Cleomenes y a sus espartanos. El rey y algunos otros pudieron escapar a Egipto. Ptolomeo III los acogió amablemente, quizá porque los consi<strong>de</strong>raba instrumentos útiles en caso <strong>de</strong> guerra contra Macedonia. Sin embargo, cuando Ptolomeo IV llegó al trono, vio en Cleomenes tan sólo una carga, y lo colocó bajo un virtual arresto domiciliario en Alejandría. Cleomenes, irritado por lo que no era evi<strong>de</strong>ntemente más que un encarcelamiento, aprovechó una ocasión, en el 220 a. C, cuando Ptolomeo IV estaba ausente <strong>de</strong> Alejandría, y se escapó. A continuación trató <strong>de</strong> levantar a los griegos <strong>de</strong> Alejandría contra Ptolomeo y empujarlos a que establecieran un gobierno libre según el viejo estilo griego. Pero las masas sólo se asombraron ante este tipo singular que vociferaba cosas incoherentes, pues ya no sabían lo que significaba la libertad. Cleomenes nació fuera <strong>de</strong> su época, al final se dio cuenta <strong>de</strong> ello y se suicidó. Ptolomeo IV murió en el 203 a. C. Por primera vez los Ptolomeos carecían <strong>de</strong> un here<strong>de</strong>ro adulto. El príncipe que le sucedió era un niño <strong>de</strong> cinco años, Ptolomeo V, que fue llamado Ptolomeo Epifanes, o "manifestación <strong>de</strong> Dios", aunque el pobre niño era cualquier cosa menos eso. El Gobierno egipcio quedó paralizado por las disputas entre los funcionarios por el po<strong>de</strong>r, y los nativos aprovecharon la ocasión para rebelarse. Por si esto fuera poco, Antíoco III se dio cuenta inmediatamente <strong>de</strong> que había llegado su oportunidad. Des<strong>de</strong> la batalla <strong>de</strong> Rafia había estado ocupado en varias campañas en las regiones orientales <strong>de</strong> lo que en otro tiempo fuera el imperio persa, regiones conquistadas por Alejandro y heredadas por Seleúco I. Hacía poco tiempo que habían recuperado la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, pero ahora Antíoco III las había obligado a someterse <strong>de</strong> nuevo, y su imperio, al menos sobre el papel, era inmenso. Decidió hacerse llamar Antíoco el Gran<strong>de</strong>. Cuando Ptolomeo IV murió y el nuevo faraón resultó ser un niño <strong>de</strong> cinco años, Antíoco entró en tratos inmediatamente con Filipo V, que entonces reinaba en Macedonia. Se aliarían contra Egipto, vencerían fácilmente y se repartirían el botín. Filipo se adhirió codiciosamente a este plan y en el 201 a. C. dio comienzo la Quinta Guerra Siria. Había, sin embargo, un factor con el que ambos reyes no habían contado, un país que se encontraba a Occi<strong>de</strong>nte: Roma. 92
Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios En la época <strong>de</strong> Ptolomeo II, medio siglo antes, Roma había iniciado una terrible guerra contra Cartago, que se había prolongado, con algunas pausas, hasta entonces. En verdad, en un <strong>de</strong>terminado momento, en el 216 a. C, pareció que Roma podía ser <strong>de</strong>rrotada, cuando el general cartaginés Aníbal (uno <strong>de</strong> los pocos generales que podía haber competido incluso con Alejandro) invadió Italia y aplastó a los romanos con tres formidables victorias. Sin embargo, Roma se recuperó, en el resurgimiento más impresionante <strong>de</strong> toda su historia, y en el 201 a. C., cuando Antíoco y Filipo preparaban su alianza para atacar a 93