ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />
más dura, en la que los enemigos <strong>de</strong>l norte y <strong>de</strong>l este trataban <strong>de</strong> forzar las fronteras<br />
romanas. En su viaje a las regiones orientales en guerra se <strong>de</strong>tuvo en Egipto, y no hay<br />
duda <strong>de</strong> que estaba <strong>de</strong> muy mal humor.<br />
Bajo la presión <strong>de</strong>l escaso dinero recaudado (situación empeorada por las guerras)<br />
Caracalla puso fin a la subvención estatal a los estudiosos <strong>de</strong>l Museo <strong>de</strong> Alejandría.<br />
Quizá esto no estaba completamente <strong>de</strong>sprovisto <strong>de</strong> justificación <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto<br />
<strong>de</strong> vista <strong>de</strong> Caracalla. El Museo se encontraba en <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía un siglo, y<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l año 100 había aportado pocas cosas <strong>de</strong> valor al mundo. El último científico <strong>de</strong><br />
alguna importancia que trabajó en Egipto había sido el astrónomo Ptolomeo (véase pág.<br />
104), y su contribución consistió sobre todo en resumir la obra <strong>de</strong> los primeros<br />
astrónomos. Quizá Caracalla pensó que el Museo estaba ya moribundo y que no merecía<br />
las sumas gastadas en él, sumas a las que el <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte imperio no podía hacer frente. Con<br />
todo, la suspensión <strong>de</strong>l apoyo estatal hizo <strong>de</strong> todo punto improbable la revitalización <strong>de</strong>l<br />
Museo.<br />
La <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> Caracalla ofendió sin duda a los estudiosos <strong>de</strong> todo el mundo, y los<br />
historiadores <strong>de</strong> la época son los más hostiles al emperador y lo acusan <strong>de</strong> todos los<br />
crímenes y brutalida<strong>de</strong>s imaginables. Se cree que or<strong>de</strong>nó el saqueo <strong>de</strong> Alejandría, y que<br />
miles <strong>de</strong> ciudadanos fueran asesinados en represalia por una ofensa insignificante. No hay<br />
duda ninguna <strong>de</strong> que esto es exagerado.<br />
Pero si la ciencia <strong>de</strong>cayó en Alejandría, no sucedió lo mismo con el saber en sí.<br />
Surgió un nuevo tipo <strong>de</strong> estudioso, el teólogo cristiano, y Alejandría, siguiendo este<br />
camino, continuó a la cabeza <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong>l pensamiento.<br />
En el primer siglo posterior a Pablo, el cristianismo se difundió principalmente<br />
entre las clases inferiores y entre las mujeres; es <strong>de</strong>cir, entre los pobres y entre las gentes<br />
sin instrucción. Las clases instruidas y acomodadas eran refractarias a sus enseñanzas.<br />
Para aquellos que habían sido instruidos en la sutileza intelectual <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s filósofos<br />
griegos, las escrituras judías parecían bárbaras; las enseñanzas <strong>de</strong> Jesucristo, ingenuas, y<br />
los sermones <strong>de</strong> la gran mayoría <strong>de</strong> los cristianos, risibles y propios <strong>de</strong> ignorantes. La<br />
tarea <strong>de</strong> los teólogos <strong>de</strong> Alejandría fue precisamente combatir esta creencia.<br />
Activamente comprometido en este combate estuvo Clemente, sacerdote nacido<br />
en Atenas hacia el 150, y que enseñaba en Alejandría. Era tan experto en filosofía griega<br />
como en doctrina cristiana, y era capaz <strong>de</strong> interpretar a esta última en términos <strong>de</strong> la<br />
anterior, <strong>de</strong> forma que el cristianismo pareciese respetable (aun cuando no siempre<br />
resultase convincente) a los griegos más inteligentes. Por si fuera poco, reinterpretó la<br />
doctrina cristiana <strong>de</strong> forma que no se presentase como una doctrina social revolucionaria,<br />
y aportó argumentos para <strong>de</strong>mostrar que los ricos también podían alcanzar la salvación.<br />
Fue, a<strong>de</strong>más, una po<strong>de</strong>rosa fuerza contra las agonizantes doctrinas <strong>de</strong>l gnosticismo.<br />
Naturalmente, Clemente era un griego que llegó a enseñar en Egipto. Pero había<br />
un seguidor suyo, quizá su discípulo, que al parecer, era realmente egipcio. Se trataba <strong>de</strong><br />
Orígenes.<br />
Orígenes había nacido en Alejandría en el 185, quizá <strong>de</strong> padres paganos, pues su<br />
nombre griego significa «hijo <strong>de</strong> Horus». Al igual que Clemente, mezcló mucha filosofía<br />
griega a su cristianismo, y era capaz <strong>de</strong> enfrentarse a los filósofos paganos en pie <strong>de</strong><br />
igualdad.<br />
Entró en lid contra un escritor griego llamado Celso, filósofo platónico pagano<br />
que había escrito un libro frío y <strong>de</strong>sapasionado contra el cristianismo. Fue el primer libro<br />
pagano que se vio obligado a tratar al cristianismo seriamente —quizá como resultado <strong>de</strong><br />
la labor <strong>de</strong> Clemente—. Orígenes replicó en un libro titulado Contra Celso, que fue la<br />
<strong>de</strong>fensa más completa y concienzuda <strong>de</strong>l cristianismo que se publicó en los tiempos<br />
antiguos.<br />
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