ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />
aún invicta y rebel<strong>de</strong>, halló su oportunidad.<br />
La ciudad <strong>de</strong> Babilonia y la región circundante estaba bajo el control <strong>de</strong> los<br />
cal<strong>de</strong>os, tribu semítica que había penetrado en la zona hacia el año 1000 a. C. En el último<br />
año <strong>de</strong>l reinado <strong>de</strong> Asurbanipal, el príncipe cal<strong>de</strong>o Nabopolasar gobernó Babilonia como<br />
virrey asirio. Lo mismo que Psamético, se <strong>de</strong>cidió a tomar la iniciativa por su cuenta<br />
cuando vio que el po<strong>de</strong>río asirio había <strong>de</strong>clinado lo suficiente como para hacerlo sin<br />
peligro y, también como Psamético, buscó aliados en el exterior.<br />
Nabopolasar los halló entre los medos. Se trataba <strong>de</strong> un pueblo <strong>de</strong> lengua<br />
indoeuropeas, establecido en una región al este <strong>de</strong> Asiria en el 850 a. C., cuando Asiria<br />
estaba en los comienzos <strong>de</strong> su imperio. Durante el apogeo <strong>de</strong> Asiria, Media le fue<br />
tributaria.<br />
En la época en que murió Asurbanipal, sin embargo, un jefe medo llamado<br />
Ciaxares había logrado unir a cierto número <strong>de</strong> tribus bajo su mando y formar un fuerte<br />
reino. Fue con Ciaxares con quien Nabopolasar concluyó su alianza.<br />
Asiria, bloqueada, se vio enfrentada a los medos por el este, y a los babilonios por<br />
el sur. Los ejércitos asirios reaccionaron atacando, pero su fuerza, gastada pródigamente a<br />
lo largo <strong>de</strong> los siglos, sin apenas una pausa, había <strong>de</strong>saparecido. Asiria se resquebrajó, se<br />
arruinó y acabó <strong>de</strong>rrumbándose sobre sí misma.<br />
En el 612 a. C., Nínive, capital <strong>de</strong> Asiria, fue conquistada, y un grito <strong>de</strong> alegría se<br />
elevó <strong>de</strong> los pueblos sometidos que tanto habían sufrido bajo su dominio. (Entre los gritos<br />
<strong>de</strong> triunfo no fue el menos importante el <strong>de</strong> un profeta <strong>de</strong> Ju<strong>de</strong>a llamado Nahum, cuyo<br />
jubiloso poema aparece en la Biblia).<br />
Sólo dos años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> este trascen<strong>de</strong>ntal acontecimiento, Necao I (llamado<br />
como su abuelo) sucedió a su padre en el trono egipcio. Necao se encontró con una<br />
situación difícil. Una Asiria débil era lo i<strong>de</strong>al para Egipto. Pero que ésta hubiera sido<br />
sustituida por potencias nuevas, vigorosas y sedientas <strong>de</strong> imperio, podía resultar nefasto.<br />
Pese a esto, Necao pensó que no todo se había perdido. Incluso <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la caída<br />
<strong>de</strong> Nínive, fragmentos <strong>de</strong>l ejército asirio se habían refugiado en Harrán, a 225 millas al<br />
oeste <strong>de</strong> Nínive, logrando resistir durante varios años.<br />
Necao <strong>de</strong>cidió hacer algo al respecto. Podía atacar la costa oriental <strong>de</strong>l<br />
Mediterráneo, siguiendo las rutas <strong>de</strong>l gran Tutmosis III. Se trataba, a su modo <strong>de</strong> ver, <strong>de</strong><br />
una política doblemente acertada, pues aunque no tenía tiempo para socorrer a Harrán, al<br />
menos podía proteger la costa oriental <strong>de</strong>l Mediterráneo y contener a los cal<strong>de</strong>os —esos<br />
nuevos creadores <strong>de</strong> imperios— a una consi<strong>de</strong>rable distancia <strong>de</strong> Egipto.<br />
En el camino <strong>de</strong> Necao, sin embargo, se encontraba el pequeño Estado <strong>de</strong> Judá.<br />
Habían transcurrido ya cuatro siglos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que David instaurase su breve imperio, y lo<br />
que quedaba <strong>de</strong> él, Judá, subsistía aún, gobernado por Josías, <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> David. Judá<br />
había sobrevivido a la caída <strong>de</strong>l reino septentrional <strong>de</strong> Israel, había resistido a las tropas<br />
<strong>de</strong> Senaquerib y, en verdad, se las arregló para sobrevivir a Asiria.<br />
Y ahora se enfrentaba a Necao. Josías <strong>de</strong> Judá no podía permitir el paso <strong>de</strong> Necao<br />
sin oponérsele. Si Necao resultaba victorioso le sería fácil dominar Judá; si resultaba<br />
<strong>de</strong>rrotado, los cal<strong>de</strong>os bajarían hacia el sur en busca <strong>de</strong> venganza contra Judá, por haber<br />
<strong>de</strong>jado pasar a los egipcios. Por en<strong>de</strong>, Josías preparó a su pequeño ejército.<br />
Necao habría preferido no per<strong>de</strong>r tiempo en Judá, pero no tenía elección. En el<br />
608 a. C, Necao se enfrentó a Josías en Megiddo, en el mismo lugar en que Tutmosis III<br />
había <strong>de</strong>rrotado a la coalición <strong>de</strong> príncipes cananeos casi quince siglos antes. La historia<br />
se repitió ahora. Los egipcios resultaron vencedores <strong>de</strong> nuevo, y el rey <strong>de</strong> Judá fue muerto.<br />
Por primera vez en seis siglos, el po<strong>de</strong>r egipcio dominaba en Siria.<br />
Sin embargo, también los cal<strong>de</strong>os hacían progresos. Por entonces controlaban ya<br />
toda la región <strong>de</strong>l Tigris-Eufrates. Nabopolasar era viejo y estaba enfermo, pero tenía un<br />
69