ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />
Así, poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la ocupación romana <strong>de</strong> Egipto, el virrey romano Cayo<br />
Petronio pensó que sería buena i<strong>de</strong>a revigorizar las costumbres <strong>de</strong>l imperialismo<br />
faraónico. De este modo, pensó en invadir Nubia, lo que hizo en el 25 d. C. Y lo que es<br />
más, obtuvo algunas victorias. Pero Augusto lo <strong>de</strong>stituyó. Nada había en Nubia que Roma<br />
necesitara tanto como la paz. Con todo, la expedición fomentó el comercio, y lo mismo<br />
hizo otra expedición a través <strong>de</strong>l mar Rojo hacia el sudoeste <strong>de</strong> Arabia. Todo ello, bajo un<br />
emperador guerrero, podía haber conducido a la guerra y a intentos <strong>de</strong> anexión, pero<br />
Augusto prohibió firmemente cualquier acción en este sentido.<br />
Durante casi medio siglo apenas llegó a Egipto un leve rumor <strong>de</strong>l mundo exterior.<br />
El país pudo dormir al sol.<br />
En el 69 se produjo un susto momentáneo. Nerón, quinto emperador romano, se<br />
había suicidado <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que varios contingentes <strong>de</strong>l ejército se sublevaran contra él.<br />
No vivía ya nadie <strong>de</strong> la estirpe <strong>de</strong> Augusto que pudiese aspirar al trono. Y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> distintos<br />
confines <strong>de</strong>l imperio comenzaron a llegar a Roma los generales romanos, llenos <strong>de</strong><br />
ansiedad ante la magnífica presa.<br />
Las gentes contuvieron sin duda el aliento. Esto podía significar una larga guerra<br />
civil, con la consiguiente <strong>de</strong>vastación <strong>de</strong> las provincias por los ejércitos contendientes.<br />
Podía incluso significar el <strong>de</strong>smembramiento <strong>de</strong>l imperio y la vuelta al caos que<br />
siguió a la partición <strong>de</strong>l imperio <strong>de</strong> Alejandro Magno.<br />
Afortunadamente, el asunto se arregló rápidamente. Vespasiano, general romano<br />
que había liquidado una rebelión en oriente, llevó su ejército a Egipto, obteniendo así el<br />
control <strong>de</strong> los abastecimientos <strong>de</strong> trigo <strong>de</strong> Roma. (Durante los primeros siglos <strong>de</strong>l imperio,<br />
Egipto fue el granero <strong>de</strong> Roma). Esto le aseguró la posesión <strong>de</strong>l trono tras unas cuantas<br />
escaramuzas.<br />
Egipto tuvo suerte. No había sufrido ningún daño, y el ejército <strong>de</strong> Vespasiano<br />
había pasado por el país sin causar ningún perjuicio digno <strong>de</strong> ser mencionado.<br />
El siglo II se inició con una dinastía <strong>de</strong> emperadores particularmente ilustrados.<br />
Uno <strong>de</strong> ellos, Adriano, pasó gran parte <strong>de</strong> su reinado como una especie <strong>de</strong> viajero real,<br />
visitando las distintas provincias <strong>de</strong>l imperio. En el 130 visitó Egipto, siendo sin duda el<br />
turista más distinguido que había recibido este antiguo país <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el <strong>de</strong>sembarco <strong>de</strong><br />
Pompeyo, Julio César, Marco Antonio y Octavio siglo y medio antes (y éstos habían ido<br />
allí por razones <strong>de</strong> trabajo).<br />
Adriano viajó por el Nilo y apreció halagüeñamente todo lo que vio. Visitó las<br />
pirámi<strong>de</strong>s y las ruinas <strong>de</strong> Tebas. En Tebas se <strong>de</strong>tuvo para oír al cantante Memnón (véase<br />
pág. 49). No quedaba mucho tiempo para seguir haciéndolo: algunas décadas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
la visita <strong>de</strong> Adriano la necesidad <strong>de</strong> restaurar la estatua era ya apremiante. Se le añadió<br />
obra <strong>de</strong> mampostería, y esto malogró el dispositivo que producía el sonido. El cantante<br />
Memnón nunca más volvió a cantar.<br />
Una nota triste <strong>de</strong> la visita <strong>de</strong> Adriano fue la <strong>de</strong> un joven, compañero leal y amado<br />
<strong>de</strong>l emperador, llamado Antínoo: se ahogó en el Nilo (algunos sugieren que se suicidó).<br />
Adriano experimentó un tremendo dolor por la muerte <strong>de</strong>l joven, e incluso fundó una<br />
ciudad en su honor (Antinoópolis), en el lugar en que se ahogó. El hecho inspiró la<br />
imaginación romántica <strong>de</strong> los artistas, y se ejecutaron numerosas pinturas y esculturas <strong>de</strong>l<br />
favorito muerto.<br />
Los judíos<br />
El acontecimiento más violento ocurrido en Egipto durante los dos primeros<br />
siglos <strong>de</strong>l Imperio Romano tiene que ver con la suerte <strong>de</strong> sus judíos.<br />
Bajo los Ptolomeos los judíos habían gozado <strong>de</strong> gran prosperidad, se les había<br />
concedido libertad <strong>de</strong> culto y habían sido tratados como iguales a los griegos. Nunca hasta<br />
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