ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />
consi<strong>de</strong>raban al cristianismo como una herejía, y veían con amargura cómo, al tiempo que<br />
ellos sólo conocían <strong>de</strong>sastres, el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> sus rivales aumentaba progresivamente.<br />
Con todo, la antipatía entre ambas religiones tal vez no hubiera alcanzado cotas<br />
tan altas <strong>de</strong> no haber sido por la influencia <strong>de</strong> Egipto. El cristianismo dio sus primeros<br />
pasos en un Egipto que acababa <strong>de</strong> atravesar los amargos episodios <strong>de</strong> los motines <strong>de</strong><br />
Alejandría y <strong>de</strong> la rebelión <strong>de</strong> Cirene. El sentimiento antijudío en Egipto era más fuerte<br />
que en ningún otro lugar <strong>de</strong>l imperio, y esto pudo contribuir al auge <strong>de</strong>l gnosticismo en la<br />
Iglesia primitiva.<br />
El gnosticismo era una filosofía precristiana que resaltaba la maldad <strong>de</strong> la materia<br />
y <strong>de</strong>l mundo. Para los gnósticos, el gran Dios abstracto, que era verda<strong>de</strong>ramente real,<br />
bueno y señor omnipotente <strong>de</strong> todo lo existente, era el Conocimiento personificado (en<br />
griego gnósis, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> proviene la palabra «gnosticismo»).<br />
El Conocimiento, el Saber, se encontraba abruptamente divorciado <strong>de</strong>l universo<br />
—inalcanzable, incognoscible—. El universo ha sido creado por un dios inferior, un<br />
«<strong>de</strong>miurgo» (<strong>de</strong> la palabra griega que significa «el que trabaja por el pueblo» —un<br />
gobernante práctico, una especie <strong>de</strong> ser terrenal más que un dios divino por encima y más<br />
allá <strong>de</strong> la materia—). Debido a que la capacidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>miurgo era limitada, el mundo se<br />
torcía hacia el mal, como todo, incluida la propia materia. El cuerpo humano era el mal, y<br />
el alma <strong>de</strong>bía separarse <strong>de</strong> él y <strong>de</strong> la materia y <strong>de</strong>l mundo, en su intento <strong>de</strong> volver al<br />
espíritu y al Conocimiento.<br />
Algunos gnósticos se sintieron atraídos por el cristianismo, y viceversa. El<br />
dirigente más importante <strong>de</strong> esta corriente <strong>de</strong> pensamiento fue Marción, nacido en Asia<br />
Menor y supuesto hijo <strong>de</strong> un obispo cristiano.<br />
Marción escribió durante los reinados <strong>de</strong> Trajano y <strong>de</strong> Adriano; sostenía que el<br />
Dios <strong>de</strong>l Antiguo Testamento era el <strong>de</strong>miurgo —un ser malvado e inferior que había<br />
creado el universo—. Por otra parte, Jesús era el representante <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro Dios, <strong>de</strong>l<br />
Conocimiento. Ya que Jesús no participó en lo creado por el <strong>de</strong>miurgo, era un espíritu<br />
puro y su forma humana y sus experiencias fueron tan sólo una <strong>de</strong>liberada ilusión<br />
asumida para cumplir sus propósitos.<br />
Una versión gnóstica <strong>de</strong>l cristianismo fue durante un tiempo bastante popular en<br />
Egipto, ya que se a<strong>de</strong>cuaba muy bien al sentimiento antijudío existente en el país, pues<br />
hacía <strong>de</strong>l dios judío un <strong>de</strong>monio, y <strong>de</strong> las escrituras algo inspirado por el <strong>de</strong>monio.<br />
Con todo, el cristianismo gnóstico no duró mucho tiempo, pues la corriente<br />
principal <strong>de</strong>l cristianismo se le oponía firmemente. La mayoría <strong>de</strong> los dirigentes cristianos<br />
aceptaron al Dios <strong>de</strong> los judíos y <strong>de</strong>l Antiguo Testamento como el Dios <strong>de</strong>l que hablaba<br />
Jesús en el Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento fue aceptado como escritura<br />
inspirada y como introducción al Nuevo Testamento.<br />
Sin embargo, aun cuando el gnosticismo <strong>de</strong>sapareció, <strong>de</strong>jó tras <strong>de</strong> sí algunas<br />
oscuras huellas. En el cristianismo quedaron algunas i<strong>de</strong>as referentes al mal <strong>de</strong>l mundo y<br />
<strong>de</strong>l hombre, y con ellas, un sentimiento antijudío más fuerte que antes.<br />
Por si fuera poco, los egipcios nunca abandonaron algún tipo <strong>de</strong> visión gnóstica<br />
respecto a Jesús. Consecuentemente, interpretaban la naturaleza <strong>de</strong> Jesús <strong>de</strong> tal forma que<br />
sus aspectos humanos quedaban minimizados. Esto no sólo contribuyó a fomentar una<br />
agotadora lucha interna entre los dirigentes cristianos, sino que sería un elemento<br />
importante, como tendremos oportunidad <strong>de</strong> ver, en la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l cristianismo<br />
egipcio.<br />
Otra influencia, aunque más placentera, <strong>de</strong>l pensamiento egipcio en el<br />
cristianismo estaba relacionada con la encantadora Isis, Diosa <strong>de</strong>l Cielo. Sin duda era una<br />
<strong>de</strong> las diosas más populares, no sólo en Egipto, sino en todo el Imperio Romano, y no fue<br />
difícil transferir la complacencia en la belleza y gentil simpatía <strong>de</strong> Isis a la Virgen María.<br />
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