ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />
5. El surgimiento <strong>de</strong>l imperio<br />
De nuevo Tebas<br />
Mientras los hicsos gobernaban en el norte, Tebas con sus recursos <strong>de</strong>l glorioso<br />
Imperio Medio, se encontraba bajo el gobierno <strong>de</strong> los sacerdotes <strong>de</strong> Amón. Gradualmente<br />
éstos consolidaron su po<strong>de</strong>r, se acostumbraron a no tener autoridad superior a la que<br />
rendir pleitesía —al menos en el Alto Egipto— y comenzaron a hacer planes para<br />
aumentarlo.<br />
Hacia el 1645 a. C, setenta y cinco años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la llegada <strong>de</strong> los hicsos, los<br />
gobernantes <strong>de</strong> Tebas reclamaron el título <strong>de</strong> reyes y, <strong>de</strong> hecho, se consi<strong>de</strong>raban ya los<br />
legítimos reyes <strong>de</strong> todo Egipto. De esta forma se inició un linaje <strong>de</strong> gobernantes que<br />
Manetón registró como Dinastía XVII, que coexistió con la XVI <strong>de</strong> los hicsos.<br />
La situación <strong>de</strong> los «reyes» tebanos no pudo ser especialmente grandiosa al<br />
principio. El opulento norte estaba gobernado por invasores. Las fortalezas nubias habían<br />
sido incendiadas y <strong>de</strong>struidas. Todo lo que poseían era su propia ciudad y un estrecho<br />
tramo <strong>de</strong>l Nilo, unas cien millas aproximadamente hacia el norte y hacia el sur. No<br />
obstante, supieron <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r sus posiciones.<br />
Dos cosas operaron en su favor. Cuando un pueblo guerrero habituado a vivir en<br />
una ruda simplicidad, conquista y ocupa una región civilizada, rápidamente se<br />
acostumbra a la comodidad y al lujo y cada vez se vuelve más renuente a complicarse la<br />
vida con las dificulta<strong>de</strong>s y penalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vida militar. En pocas palabras, cesa <strong>de</strong> ser<br />
guerrero. (Con frecuencia, los historiadores tien<strong>de</strong>n a consi<strong>de</strong>rar dicha pérdida <strong>de</strong>l gusto<br />
por la guerra como un signo <strong>de</strong> «<strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia», como si hubiese algo <strong>de</strong>spreciable en no ser<br />
un matón y en no <strong>de</strong>sear participar en asesinatos colectivos. Quizá, por el contrario,<br />
<strong>de</strong>beríamos pensar que cuando se cesa <strong>de</strong> experimentar placer por la guerra es cuando se<br />
comienza a ser civilizado y <strong>de</strong>cente).<br />
Sea como fuere, los hicsos se se<strong>de</strong>ntarizaron y «suavizaron». Sus gobernantes y<br />
lí<strong>de</strong>res, en especial, se convirtieron en egipcios por cultura y costumbres y <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> ser<br />
guerreros tan formidables como solían.<br />
El segundo factor fue que las «armas secretas» <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> serlo cuando se las utiliza.<br />
Los egipcios <strong>de</strong>l sur comenzaron a apren<strong>de</strong>r a emplear los caballos y los carros y pudieron<br />
enfrentarse a los hicsos casi en igualdad <strong>de</strong> condiciones.<br />
Los reyes <strong>de</strong> la Dinastía XVII lucharon contra los hicsos y lentamente<br />
comenzaron a hacer progresos. Extendiendo su po<strong>de</strong>r hacia el norte, a expensas <strong>de</strong> las<br />
tierras dominadas por los invasores. En tiempos <strong>de</strong> Kamosis, el último rey <strong>de</strong> la dinastía,<br />
los hicsos no poseían ya sino los territorios inmediatos a su capital.<br />
Ni Kamosis, ni la XVII Dinastía duraron lo bastante como para presenciar la<br />
victoria final. No sabemos a ciencia cierta lo que ocurrió. Probablemente Kamosis murió<br />
sin hijos que lo sucediesen y podríamos suponer que entonces asumiría el po<strong>de</strong>r algún<br />
extraño, pero tenemos razones para pensar que fue un hermano el que subió al trono, en<br />
cuyo caso, no habría suficientes motivos para iniciar una nueva dinastía. Sin embargo, no<br />
po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir qué criterios empleó Manetón para clasificar sus dinastías. Quizá pensó<br />
que Egipto estaba tomando un nuevo impulso con la expulsión final <strong>de</strong> los hicsos y que<br />
por ello se merecía una nueva dinastía, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> que lo precisasen las<br />
relaciones familiares o no.<br />
La Dinastía XVIII (tebana como la XVII) estaba <strong>de</strong>stinada a ser la más importante<br />
<strong>de</strong> la historia egipcia. Llegó al po<strong>de</strong>r en el 1570 a. C, y su primer representante fue Ahmés,<br />
que completó la obra <strong>de</strong> su pre<strong>de</strong>cesor y, probablemente, hermano Kamosis.<br />
En una última batalla en el <strong>de</strong>lta, Ahmés <strong>de</strong>rrotó por completo a Apofis III, el<br />
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