ISAAC ASIMOV HISTORIA DE LOS EGIPCIOS - Sala de Historia
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Isaac Asimov <strong>Historia</strong> <strong>de</strong> los egipcios<br />
El libro <strong>de</strong> Celso no sobrevivió mucho tiempo, pero casi las nueve décimas partes<br />
<strong>de</strong>l mismo se citan en el libro <strong>de</strong> Orígenes, que sí ha llegado hasta nosotros. Así pues,<br />
gracias a Orígenes conocemos todavía las opiniones <strong>de</strong> su adversario.<br />
De este modo Egipto contribuyó <strong>de</strong> forma muy importante a la intelectualización<br />
<strong>de</strong>l cristianismo y a hacerlo aceptable para los hombres <strong>de</strong> formación clásica. En realidad,<br />
en los primeros siglos <strong>de</strong>l cristianismo, Alejandría fue el centro cristiano más importante<br />
<strong>de</strong>l mundo.<br />
Pero los tiempos siguieron empeorando. En el 222 llegó a emperador Alejandro<br />
Severo, sobrino nieto <strong>de</strong> Septimio Severo. Este era un hombre bondadoso pero débil,<br />
dominado por su madre. Fue asesinado en el 235.<br />
Lo que siguió pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>scribirse como una verda<strong>de</strong>ra orgía <strong>de</strong> emperadores. Un<br />
general tras otro fue exigiendo el trono, siendo rápidamente asesinado a continuación por<br />
aspirantes rivales o por invasores bárbaros. A pesar <strong>de</strong> la impasible valentía <strong>de</strong> las<br />
legiones, se consumía tanta energía en luchas internas que los bárbaros germanos <strong>de</strong>l<br />
norte irrumpían en el imperio y establecían aquí y allá gobiernos in<strong>de</strong>pendientes.<br />
Esta fue la oportunidad esperada por Persia.<br />
Este país había experimentado un resurgimiento <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que Alejandro Magno lo<br />
había <strong>de</strong>rrotado seis siglos antes. Después <strong>de</strong> Antíoco III, las provincias orientales <strong>de</strong>l<br />
imperio seleúcida habían obtenido una in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia dura<strong>de</strong>ra y erigido un reino<br />
conocido por los romanos como Partia (palabra que en realidad es una forma <strong>de</strong><br />
«Persia»).<br />
Durante tres siglos los romanos se habían enfrentado a Partia en batallas <strong>de</strong><br />
resultado dudoso, que a la larga no conseguían nada sino sangre y ruina para ambos<br />
bandos. En el 228, cuando ocupaba el trono Alejandro Severo, una nueva dinastía tomó el<br />
po<strong>de</strong>r en tierras partas; la dinastía se remontaba a un dirigente persa llamado Sasán. Por<br />
ello, la dinastía se llama sasánida.<br />
En tiempos <strong>de</strong>l caos que en Roma siguió a la muerte <strong>de</strong> Alejandro Severo, los<br />
persas creyeron llegado su momento y se lanzaron hacia occi<strong>de</strong>nte. En el 260 se<br />
encontraron con los ejércitos romanos en E<strong>de</strong>sa, al este <strong>de</strong>l Alto Eufrates. Los romanos<br />
estaban dirigidos por su emperador, Valeriano.<br />
No sabemos qué ocurrió exactamente, aunque parece ser que los romanos,<br />
mandados <strong>de</strong> un modo inexperto, cayeron en una trampa y fueron forzados a aceptar la<br />
<strong>de</strong>rrota, y el propio Valeriano fue hecho prisionero. Era la primera vez en toda la historia<br />
<strong>de</strong> Roma que un emperador era capturado por el enemigo, y la repercusión <strong>de</strong> la catástrofe<br />
fue terrible. El ejército persa continuó avanzando orgullosamente por toda Asia Menor.<br />
Y entonces ocurrió algo sorpren<strong>de</strong>nte. En Siria, a unas 130 millas <strong>de</strong> la costa y<br />
cerca <strong>de</strong> la frontera oriental <strong>de</strong>l imperio se hallaba la ciudad <strong>de</strong> Palmira, en el <strong>de</strong>sierto.<br />
Esta era un centro comercial que había crecido en paz y prosperidad en tiempos más<br />
tranquilos, cuando el Imperio Romano estaba en su cenit.<br />
En la época <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> Valeriano, Palmira se hallaba gobernada por O<strong>de</strong>nato,<br />
dirigente <strong>de</strong> origen árabe. No tenía intención <strong>de</strong> cambiar el relajado y beneficioso<br />
dominio <strong>de</strong> Roma por el más sofocante y quizá más riguroso dominio persa. Por ello<br />
atacó a Persia.<br />
No se enfrentó directamente a los ejércitos persas (que se hallaban lejos, hacia el<br />
oeste), sino que atacó por el este y el sur, hacia Ctesifonte, la casi <strong>de</strong>sprotegida capital<br />
persa. Los airados persas se vieron obligados a volver sobre sus pasos, y la oportunidad <strong>de</strong><br />
aplastar a Roma se esfumó.<br />
Los agra<strong>de</strong>cidos romanos llenaron <strong>de</strong> títulos a O<strong>de</strong>nato, y lo convirtieron casi en<br />
un soberano in<strong>de</strong>pendiente. Pero en aquellos tiempos la realeza era una profesión<br />
insegura y en el 267 O<strong>de</strong>nato fue asesinado.<br />
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