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LAS RELIGIONES - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de

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Las verda<strong>de</strong>s o creencias básicas<br />

El núcleo dogmático, común a todas las escuelas ortodoxas, está resumido en un pasaje <strong>de</strong>l Corán (4,135):<br />

¡Creyentes! Creed en Alah, en su Profeta, en el Libro que él envió, y en las escrituras reveladas antes <strong>de</strong> su<br />

venida, porque quien no cree en Alah, en sus ángeles, en sus escrituras, en sus mensajeros ni en el dia final (juicio)<br />

camina <strong>de</strong>scarriado.<br />

El monoteísmo<br />

«No hay más Alah (Dios) que Alah y Mahoma es su Profeta» es la clave <strong>de</strong>l arco <strong>de</strong> las creencias islámicas,<br />

sustentador <strong>de</strong> su teología y moral. Allah, castellanizado «Alah», se había convertido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía tiempo, ya antes<br />

<strong>de</strong> Mahoma, en un <strong>de</strong>us otiosus, «dios inactivo», sin apenas culto ni influjo en la vida <strong>de</strong> sus creyentes. Eran más<br />

importantes las diosas Manat = «el Destino», Allat (femenino <strong>de</strong> Alah) y Al-Uzza = «la Po<strong>de</strong>rosa», consi<strong>de</strong>radas<br />

hijas <strong>de</strong> Alah. En La Meca había al menos 360 betilos (piedras, «casa <strong>de</strong> Dios»). Mahoma los <strong>de</strong>struyó todos,<br />

menos la Caaba.<br />

Al comienzo <strong>de</strong> su predicación Mahoma las consi<strong>de</strong>ra intermediarias entre Alah y sus creyentes. Luego las<br />

<strong>de</strong>sechó, eliminando cualquier huella politeísta. La unicidad <strong>de</strong> Dios palpita incluso en su mismo nombre, pues<br />

Allah (usado 980 veces en el Corán) carece <strong>de</strong> plural. A Alah se le aplica <strong>de</strong>spués, como al Dios cristiano, todos<br />

los atributos, ya negándole las imperfecciones: «infinito, inmutable, sin mujer ni hijos, etc.», ya atribuyéndole<br />

todas las perfecciones, pero en grado sumo: «omnipotente, eterno, clemente, misericordiosísimo, creador/hacedor<br />

<strong>de</strong> todo, etcétera». Los musulmanes <strong>de</strong>sgranan una especie <strong>de</strong> rosario <strong>de</strong> 99 cuentas mientras pronuncian otros<br />

tantos «nombres/atributos» <strong>de</strong> Alah en una como letanía <strong>de</strong> alabanza y admiración ante su trascen<strong>de</strong>ncia y bondad:<br />

«Absoluto, Accesible, Acogedor, Activo, Afectuoso, Alabado, Altísimo, Amoroso, Apedreador <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio,<br />

Aplaudido, etc.». El número 100: «El sin nombre», alu<strong>de</strong> a la incapacidad humana para conocer la esencia <strong>de</strong><br />

Dios.<br />

Todo lo que no es Alah es su creatura<br />

Por influjo <strong>de</strong> la teología cristiana se atribuyen a Alah operaciones «en su interior» (amor, ira, etc.) y «hacia<br />

fuera» <strong>de</strong> sí mismo, que se resumen en la creación y en la provi<strong>de</strong>ncia. Las criaturas <strong>de</strong> Alah se divi<strong>de</strong>n en<br />

espirituales (ángeles, <strong>de</strong>monios, «genios») y materiales (todas las restantes).<br />

1. Los ángeles y <strong>de</strong>monios: La angelología y <strong>de</strong>monología suelen ser bíblicas hasta en los nombres <strong>de</strong> los<br />

ángeles: Gabriel, Miguel, etc. Cada hombre va acompañado <strong>de</strong> dos ángeles, a modo <strong>de</strong> los ángeles <strong>de</strong> la guarda <strong>de</strong>l<br />

cristianismo. Tienen, entre otros, el encargo <strong>de</strong> apuntar las acciones buenas y malas, contabilidad que será básica<br />

en el juicio. Demonios son los ángeles que, por orgullo, se negaron a postrarse ante Adán. De ahí proviene su<br />

rencor contra los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> Adán. El jefe <strong>de</strong> los <strong>de</strong>monios se llama Iblis.<br />

2. Los «genios», <strong>de</strong> origen arábigo preislámico, son seres intermedios entre los ángeles/<strong>de</strong>monios y los<br />

hombres. Son somático-espírituales, sexuados, ordinariamen te invisibles aunque pue<strong>de</strong>n aparecerse a los<br />

hombres. Se divi<strong>de</strong>n en buenso y malos según se hayan convertido o no al islamismo. Se han hecho numerosos<br />

talismanes, amuletos, etc., con representación <strong>de</strong> los genios (muy presentes en el folclore y en las supersticiones<br />

islámicas) que, junto con las a<strong>de</strong>cuadas fórmulas mágicas, sirven para ahuyentarlos.<br />

3. El hombre: De las creaturas dotadas <strong>de</strong> materia, el hombre es la más perfecta, formada por Alah «<strong>de</strong> un<br />

coágulo» (Corán 96,2), «<strong>de</strong> una gota <strong>de</strong> esperma» (80,17-19), «<strong>de</strong> barro y <strong>de</strong> una parte <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> Allah,<br />

insuflado sobre él» (15,28-29; 32,6-9) y <strong>de</strong>stinada al paraíso o al infierno. Parece como si el hombre careciera <strong>de</strong><br />

libertad y estuviera sometido al fatalismo conforme a la pre<strong>de</strong>stinación <strong>de</strong> Alah. No obstante, Mahoma insiste en<br />

la necesidad <strong>de</strong> las buenas obras, que propician la misericordia <strong>de</strong> Alah, si bien por sí mismas carecen <strong>de</strong> fuerza<br />

salvífica, ya que el pre<strong>de</strong>stinado por Alah al infierno pue<strong>de</strong> ser con<strong>de</strong>nado aunque se haya arrepentido <strong>de</strong> veras y<br />

hecho la correspondiente penitencia. Nadie conoce su <strong>de</strong>stino eterno con certeza. Mahoma enseña la igualdad <strong>de</strong><br />

todos los hombres ante Alah, aunque mire con especial amor a los profetas. Ninguna mujer pue<strong>de</strong> recibir el don y<br />

carisma <strong>de</strong> profeta, aunque pue<strong>de</strong> ser «santa» (wali).<br />

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