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LAS RELIGIONES - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de

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El Tao (actualmente Dao)<br />

Lao Zi toma este término <strong>de</strong>l pensamiento tradicional chino, pero lo erige en centro <strong>de</strong> su sistema religioso y lo mol<strong>de</strong>a<br />

conforme a sus profundas reflexiones metafísicas. Su concepto <strong>de</strong>l Tao es muy elevado, aunque fluctuante entre el Ser<br />

personal e impersonal, <strong>de</strong> orientación monista e incluso monoteísta, pero con fuertes ingredientes <strong>de</strong> panteísmo<br />

humano-cósmico.<br />

1.Principio hacedor <strong>de</strong> todo: Es el Principio primigenio y primordial <strong>de</strong>l «cielo y <strong>de</strong> la tierra», <strong>de</strong>l universo. «No sé su<br />

nombre, pero lo llamo Tao» (Tao Te Ching 1, 25). Más aún, «Sin nombre él es principio <strong>de</strong>l Cielo y <strong>de</strong> la Tierra, y con<br />

nombre es la Madre <strong>de</strong> los diez mil seres», «Padre <strong>de</strong> todos los seres» , es <strong>de</strong>cir, el Tao tiene como dos etapas o estados:<br />

a)el trascen<strong>de</strong>nte, solitario, en el cual carece <strong>de</strong> nombre, o sea, es inaprensible, incognoscible, inmutable, infinito, etc.;<br />

b) la segunda etapa o período se inicia cuando hace tanto al dios Cielo como a la diosa Tierra <strong>de</strong> las creencias<br />

tradicionales chinas. Entonces empieza a ser inmanente a los seres dimanados <strong>de</strong> él, obra <strong>de</strong> su virtualidad. Pue<strong>de</strong> tener<br />

tantos nombres cuantos seres y cosas. La fórmula «diez mil seres» significa «todos los seres» que han existido, existen<br />

y existirán, diferentes <strong>de</strong>l Tao. Aun así es un misterio: «Revelado no es claro, oculto no es oscuro... Es la forma carente<br />

<strong>de</strong> forma, la figura sin figura... Si estás ante él no verás su rostro; si lo sigues no verás su espalda» (1,14). Todo y todos<br />

proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l Tao. «Cotejado el Tao antiguo/inicial y los seres actuales, que conoce que el origen primero es el<br />

<strong>de</strong>sma<strong>de</strong>jamiento <strong>de</strong>l Tao» (1,14), o sea, el Tao, en su trascen<strong>de</strong>ncia, es distinto <strong>de</strong> los seres dimanados <strong>de</strong> él como el<br />

hilo <strong>de</strong> la ma<strong>de</strong>ja que se va <strong>de</strong>sma<strong>de</strong>jando, pero al mismo tiempo se i<strong>de</strong>ntifica con ellos al hacerse y ser inmanente a los<br />

mismos seres. Se sugiere metafóricamente el panteísmo, pero ¿cuál es la eficacia y los límites probativos <strong>de</strong> lo<br />

metafórico? Regula el yin y el yang.<br />

2.Principio ético-moral: A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> potencia y causa natural o <strong>de</strong> las cosas, <strong>de</strong>l universo, es también moral, espiritual,<br />

dotado <strong>de</strong> propieda<strong>de</strong>s éticas como la «Bondad suprema», la ausencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos, la mo<strong>de</strong>ración, sin codicia alguna, el<br />

amor altruista, etc. Es la norma <strong>de</strong> todo sin ser normado por nada ni por nadie, pues «la norma <strong>de</strong>l Tao es el mismo<br />

Tao».<br />

3.Mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> los hombres: El Tao es el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> los hombres, la norma <strong>de</strong>l comportamiento humano, tanto <strong>de</strong>l<br />

individual como <strong>de</strong>l familiar, social y político. Su imitación es el modo mejor <strong>de</strong> venerarlo, y más perfecto que los<br />

sacrificios, que el culto exterior. Dada la naturaleza <strong>de</strong>l Tao, su imitación acertada no consiste en la prisa, ni en el<br />

activismo, sino en la sencillez, en la falta <strong>de</strong> pretensiones y prepotencia, en la actuación reposada, serena, en la wu wei<br />

= «no actuar, no actuación».<br />

«Wu wei» o «no hacer/no-acción», norma <strong>de</strong> conducta o imitación <strong>de</strong>l<br />

Tao<br />

«El que se <strong>de</strong>dica a apren<strong>de</strong>r trata <strong>de</strong> acumular (conocimiento) día tras día. Pero el que se <strong>de</strong>dica al Tao trata <strong>de</strong><br />

disminuir (su acción) día tras día. La disminuye y la vuelve a disminuir hasta que consigue no hacer nada. Cuando ha<br />

llegado a esta etapa <strong>de</strong>l no hacer, nada hay que no haga» ; «nada hace, pero nada <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> hacer». «Sin salir <strong>de</strong> la puerta<br />

se conoce el mundo. Sin mirar por la ventana se ven los caminos <strong>de</strong>l Cielo. Cuanto más lejos se sale, menos se apren<strong>de</strong>.<br />

Así, el hombre perfecto llega sin dar un paso, conoce sin ver, hace sin hacer nada». «E1 hombre perfecto se <strong>de</strong>dica a no<br />

hacer nada y a enseñar callando». Entonces vive una especie <strong>de</strong> quietud mística, que es la más eficaz y gozosa e<br />

interiormente activísima, aunque aparentemente sea <strong>de</strong>l todo inactiva. Según Lao-zi, «es como el agua, que no porfía<br />

con nadie. Ocupa el lugar que los <strong>de</strong>más le <strong>de</strong>jan y que todos aborrecen» (el más bajo). No anda a puntapiés con las<br />

piedras <strong>de</strong>l camino, con las dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vida. Se remansa hasta que logra pasar por encima <strong>de</strong> ellas, acariciándolas<br />

y alisando sus aristas cortantes e hirientes. La norma <strong>de</strong> conducta es wu wei, «la no-acción», la serenidad absoluta, la<br />

plena ausencia <strong>de</strong> tensión interior y <strong>de</strong> prisas externas. Un borracho, observan los taoístas, <strong>de</strong> ordinario se hace mucho<br />

menos daño que un hombre sobrio en una caída <strong>de</strong> iguales o similares circunstancias, porque éste cae en tensión<br />

mientras que aquél cae relajado, inconsciente <strong>de</strong>l riesgo. El i<strong>de</strong>al taoísta <strong>de</strong> comportamiento es como una embriaguez<br />

interior <strong>de</strong> paz, tranquilidad y silencio. «Los que <strong>de</strong> veras saben no hablan y los que hablan no saben. El hombre bueno<br />

no discute; los que discuten no son buenos. Las palabras veraces no son floridas; las floridas no son veraces».<br />

El politeísmo taoísta<br />

Con el paso <strong>de</strong>l tiempo, por interferencias <strong>de</strong>l sustrato chino y quizás también foráneas, el taoísmo configura un panteón<br />

politeísta, poblado <strong>de</strong> dioses, diosas e «inmortales». Por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l Tao, así como <strong>de</strong>l dios Cielo y <strong>de</strong> la diosa Tierra,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el s. III d.C. el panteón taoísta se estructura en tres planos:<br />

a)Los Tres Puros, o sea, los dioses encargados <strong>de</strong> la dirección <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los tres cielos: el «Cielo <strong>de</strong> la pureza <strong>de</strong>l<br />

ja<strong>de</strong>», el «Cielo <strong>de</strong> la pureza superior» y el «Cielo <strong>de</strong> la pureza suprema». Precisamente Lao Zi sería una <strong>de</strong> las<br />

presencializaciones <strong>de</strong> Dao-De Tian Zong = «Venerable celestial <strong>de</strong>l Tao y <strong>de</strong> su te (actividad maravillosa)» o el dios<br />

<strong>de</strong>l Cielo supremo, último.<br />

b)Los innumerables dioses y diosas <strong>de</strong> rango inferior.<br />

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