LAS RELIGIONES - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de
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El pragmatismo y la orientación político-social <strong>de</strong>l pensamiento<br />
filosófico-religioso chino.<br />
Cuando un occi<strong>de</strong>ntal lee los escritos filosófico-religiosos chinos, se tropieza con algo que no encaja en sus<br />
categorías -en el fondo- greco-romanas y cristianas. Comienza por no po<strong>de</strong>r discernir con niti<strong>de</strong>z si se trata <strong>de</strong> filosofa o<br />
<strong>de</strong> religión. No obstante, en todos se <strong>de</strong>scubre un común <strong>de</strong>nominador, que precisamente es lo <strong>de</strong>finitorio suyo a la vez<br />
que lo extraño para el gusto occi<strong>de</strong>ntal. Aparece y reaparece con distintas matizaciones en Confucio (s. VI a.C.) y en su<br />
afán por la felicidad humana, en Mo Zi (s. V a.C.) y su búsqueda <strong>de</strong> la paz y <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, en Mencio (272-289) y su<br />
énfasis en la bondad <strong>de</strong> la naturaleza humana, en el misticismo taoísta <strong>de</strong> Lao Zi (s. VI-V a.C.) y en su explosión <strong>de</strong><br />
irracionalismo religioso, en Hsun Zi (también: Hsun Tse, s. III a.C.) y su autoritarismo en or<strong>de</strong>n a mejorar -por medio<br />
<strong>de</strong>l esfuerzo y <strong>de</strong>l estudio- la naturaleza intrínsecamente mala, en los autoritarios o legalistas (Shang Yang, pron. Sang<br />
Xiang, <strong>de</strong>l s. IV a.C.; Han Fei Zi (Han Fei Tzu <strong>de</strong>l III a.C., etc.) y su totalitarismo, en los eclécticos <strong>de</strong> la dinastía Han<br />
(s. III a.C.-I d.C.), en el neoconfucianismo <strong>de</strong> la dinastía Song (s. X-XIII d.C.), en el <strong>de</strong>spotismo pragmático <strong>de</strong> la<br />
reacción contra el neoconfucianismo (s. XVII ss), etc. Su <strong>de</strong>nominador común, en gran medida exótico para el<br />
pensamiento filosófico y religioso occi<strong>de</strong>ntal, resulta <strong>de</strong> dos ingredientes:<br />
El sentido pragmático<br />
En China ha habido filósofos, los llamados «dialécticos», consagrados a disquisiciones verbales y elucubraciones<br />
especulativas, pero son la excepción confirmatoria <strong>de</strong> la regla general. Si hubiera un escudo común a todos los <strong>de</strong>más,<br />
podía llevar por mote la sentencia <strong>de</strong> Wang Yang ming (s. XV-XVIi): «Saber y no obrar es, en realidad, no saber», que,<br />
en su contexto, proclama la inseparabilidad <strong>de</strong>l conocimiento, también <strong>de</strong>l teórico, y <strong>de</strong> la práctica.<br />
Este sentido práctico llega al utilitarismo hasta el punto <strong>de</strong> que a la pregunta: «Tu doctrina <strong>de</strong>l amor universal quizá<br />
sea buena, pero ¿<strong>de</strong> qué sirve?», el moísmo respon<strong>de</strong> por boca <strong>de</strong> su fundador Mo Zi: «Si no fuera útil, yo mismo la<br />
<strong>de</strong>saprobaría. Pero ¿cómo pue<strong>de</strong> haber nada que sea bueno sin ser útil?». Este pragmatismo explica que las doctrinas<br />
filosófico-religiosas chinas sean todas <strong>de</strong> índole ética, reguladoras <strong>de</strong>l comportamiento humano en el ámbito sociopolítico<br />
(confucianismo, etc.) e incluso en el mágico (búsqueda <strong>de</strong>l elixir <strong>de</strong> la inmortalidad en la tierra, sin morir:<br />
taoísmo, etc.). A<strong>de</strong>más, la motivación ética no se apoya en un imperativo categórico <strong>de</strong> alcance metafísico ni en<br />
creencias religiosas, como la gloria <strong>de</strong> la divinidad o la bienaventuranza tras la muerte, sino en razones pragmáticas en<br />
cuanto que <strong>de</strong> otro modo no se consigue la felicidad individual, ni la armonía familiar, ni la paz, el bienestar social en<br />
esta vida.<br />
La función política <strong>de</strong> los pensadores y reformadores chinos<br />
En Occi<strong>de</strong>nte, sobre todo en los últimos siglos, no se concibe el gobierno político y la filosofía como activida<strong>de</strong>s<br />
estrechamente unidas, inter<strong>de</strong>pendientes. Como una excepción, po<strong>de</strong>mos citar a Platón (s. V-IV a.C.) y su intento<br />
frustrado (con riesgo <strong>de</strong> ser vendido como esclavo) <strong>de</strong> aplicar su concepción De Republica o forma i<strong>de</strong>al, utópica, <strong>de</strong><br />
Estado en Siracusa (Sicilia), así como a Cicerón (s. I C.) y su proyecto simplemente pensado. En China, en cambio, la<br />
política y la ética filosófico-religiosa han caminado cogidas <strong>de</strong> la mano. Todos los pensadores ilustres y muchos <strong>de</strong> sus<br />
discípulos fueron consejeros <strong>de</strong> los gobernantes, tanto <strong>de</strong> los señores feudales y cantonales como <strong>de</strong> los emperadores.<br />
En no pocos casos <strong>de</strong>sempeñaron personalmente funciones <strong>de</strong> gobierno. Mencio , como Confucio, aspiró a ser primer<br />
ministro <strong>de</strong> su respectivo Estado a fin <strong>de</strong> poner en práctica los principios <strong>de</strong> su pensamiento más ético-político que<br />
religioso. Pero ninguno <strong>de</strong> los dos lo consiguió, si bien fueron consultados por príncipes <strong>de</strong> varios Estados.<br />
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