LAS RELIGIONES - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de
LAS RELIGIONES - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de
LAS RELIGIONES - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
charlatanería), correcta acción (no robar, no matar, no mantener relaciones sexuales ilegítimas, etc.), correcto modo <strong>de</strong><br />
vida (no ejercer una profesión que perjudique a los <strong>de</strong>más, abstenerse <strong>de</strong>l comercio <strong>de</strong> armas, <strong>de</strong> la comida <strong>de</strong> carne, <strong>de</strong><br />
bebidas embriagadoras, <strong>de</strong> venenos, etc.), correcto esfuerzo (estado <strong>de</strong> autoconciencia, ejercitar la mente y la voluntad<br />
con intensidad), correcta memoria (contemplación consciente, atenta, serena <strong>de</strong> los propios sentimientos, pensamientos,<br />
cuerpo, etc.) y correcta meditación (estado <strong>de</strong> concentración con serenidad, gozo, ecuanimidad e indiferencia interiores)<br />
(su enunciado y comentario en Samyutta Nikáya 5,8).<br />
2. La moralidad (el sila = «mandamiento, costumbre»): Las obligaciones morales están ya incluidas y reseñadas en el<br />
noble óctuple sen<strong>de</strong>ro, al menos las cinco comunes a todos los budistas: laicos y bonzos/as. Son como un resumen <strong>de</strong><br />
las exigencias básicas <strong>de</strong> la ley natural, presentes en todas las religiones. Los bonzos tienen otras obligaciones<br />
insertadas en una casuística pormenorizada. Son las <strong>de</strong>nominadas vínaya, contenidas en la Vinaya pítaka = colección <strong>de</strong><br />
las normas monásticas. He aquí las cinco básicas: abstenerse <strong>de</strong> comer en los tiempos prohibidos (una sola comida al<br />
día, la <strong>de</strong>l mediodía, y, a lo más, una pequeña colación matutina), no participar ni distraerse con los bailes, cantos,<br />
música y espectáculos profanos; no usar perfumes, etc.<br />
3.El renacimiento o reencarnación budista: Parece lógico que el budismo crea en la reencarnación, pues es un<br />
movimiento heterodoxo, <strong>de</strong>sgajado <strong>de</strong>l hinduismo. Tal vez sea más acertado usar «renacimiento» que «reencarnación»,<br />
pues, en el budismo, no se trata <strong>de</strong> un alma que vuelve a informar otro cuerpo/carne, sino <strong>de</strong> la «naturaleza búdica» que<br />
nace a o en una nueva vida. Sólo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> innumerables esfuerzos, purificaciones y reencarnaciones consigue uno la<br />
purificación plena, el ser bodhisáttva según el budismo mahayánico, o sea, alguien capaz <strong>de</strong> pasar al Nirvána; pero, por<br />
«compasión» hacia los <strong>de</strong>más, no lo hace para vivir una existencia más e influir benéficamente en ellos. Según un texto,<br />
se requiere un número casi incalculable <strong>de</strong> millones <strong>de</strong> años, el equivalente a la unidad seguida <strong>de</strong> 2.103 ceros, para<br />
alcanzar el Nirvána.<br />
El budismo hereda la creencia hindú en la reencarnación, pero adaptada a su idiosincrasia. El budismo cree en la<br />
reencarnación, pero sin alma que se reencarne. Pero ¿qué es lo que pasa <strong>de</strong> una existencia a otra al reencarnarse? Lo<br />
llaman la «naturaleza búdica»y «buddheidad/bu<strong>de</strong>idad». Cuando se urge más a un budista, suele respon<strong>de</strong>r con<br />
metáforas, comparándolo con «el oleaje <strong>de</strong> la conciencia inmaterial (no material ni espiritual)», con la «corriente <strong>de</strong> la<br />
conciencia», con el agua que fluye sin cesar, más o menos contaminada, pero sin barco alguno, sin nada consistente<br />
(alma) que lleve nada (mérito-<strong>de</strong>mérito), etc. Esta y otras metáforas pasan como los fuegos pirotécnicos; tras su fugaz<br />
resplandor se sigue tan a oscuras o más que antes. Por eso, el budismo no preten<strong>de</strong> cambiar el mundo mediante la<br />
técnica y la política como Occi<strong>de</strong>nte, sino cambiarse cada uno mental e interiormente a sí mismo. Al menos según el<br />
budismo vajranáyico <strong>de</strong>l Dalai Lama, los hombres ordinarios se reencarnan por necesidad, por obra <strong>de</strong>l peso inercial <strong>de</strong><br />
su karma. En cambio, los que han alcanzado la iluminación antes o <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte anterior, carentes <strong>de</strong> karma<br />
negativo, se reencarnan conscientemente, convertidos en bodhisattvas o seres plenos <strong>de</strong> compasión y maestros, cuyo<br />
<strong>de</strong>stino es <strong>de</strong>dicarse a ayudar a los <strong>de</strong>más. La creencia en la reencarnación en otros cuerpos humanos y también <strong>de</strong><br />
animales explica la insistencia budista en el respeto <strong>de</strong> toda clase <strong>de</strong> vida, su rechazo total <strong>de</strong>l suicidio, <strong>de</strong> la eutanasia,<br />
<strong>de</strong> la pena <strong>de</strong> muerte, la prohibición <strong>de</strong> toda caza y pesca en la nación budista Bután, etc.<br />
Pero no se entien<strong>de</strong> que el Dala¡ Lama y sus seguidores admitan el aborto, al menos en algunos casos (malformación<br />
<strong>de</strong>l feto, peligro para la vida <strong>de</strong> la madre, etc.) a no ser por contagio <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte o como medio <strong>de</strong> aproximación al<br />
mismo. Aconsejan el uso <strong>de</strong> anticonceptivos en vez <strong>de</strong>l aborto y para el control <strong>de</strong> la explosión <strong>de</strong>mográfica.<br />
Según el budismo, pue<strong>de</strong>n reducirse a seis los estratos o <strong>de</strong>stinos <strong>de</strong> la próxima reencarnación, a saber: el <strong>de</strong> los cielos,<br />
resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los dioses («6 cielos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo» o morada <strong>de</strong> dioses tan satisfechos que no hacen nada por obtener la<br />
liberación total, «16 cielos <strong>de</strong> forma pura» o <strong>de</strong> las <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s constituidas por pura energía, «4 cielos <strong>de</strong>sprovistos <strong>de</strong><br />
forma» o infinitos en todo); <strong>de</strong> los asuras o titanes/<strong>de</strong>monios, empeñados en combatir con los dioses; el <strong>de</strong> los humanos<br />
(en un cuerpo <strong>de</strong> hombre/mujer); el <strong>de</strong> los animales (en cualquier animal <strong>de</strong> la fauna terrestre), el <strong>de</strong> los pretas (= «el<br />
ido, el difunto») o fantasmas insaciablemente hambrientos y sedientos en suma frustración, y, en fin, el <strong>de</strong>l infierno (8<br />
infiernos calientes, 8 fríos, 8 aplastantes, 8 cortantes). Como se ve, la mayoría <strong>de</strong> las posibles reencarnaciones son<br />
horrorosas.<br />
96