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LAS RELIGIONES - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de

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La interpretación religiosa <strong>de</strong>l arte rupestre<br />

Antes <strong>de</strong> individuar la forma religiosa <strong>de</strong>l arte rupestre, como ha sido negada su posibilidad, se<br />

impone afirmar la capacidad religiosa <strong>de</strong> su artífice.<br />

1. La capacidad religiosa <strong>de</strong> los artífices <strong>de</strong>l arte rupestre<br />

Basta el enunciado <strong>de</strong> unas cuantas realida<strong>de</strong>s.<br />

- De los seres somáticos, sólo el hombre es capaz <strong>de</strong> religiosidad, y lo es en virtud <strong>de</strong> su racionalidad.<br />

- La «racionalidad» <strong>de</strong> los artistas rupestres se <strong>de</strong>duce al trasluz <strong>de</strong> su mismo arte:<br />

a) Por su calidad y perfección artística. Precisamente ésta fue el obstáculo principal para la admisión<br />

<strong>de</strong> la antigüedad paleolítica <strong>de</strong> las pinturas altamirenses, según queda expuesto. Lo confirman los estudios<br />

especializados en la medida en que consiguen <strong>de</strong>scifrar no pocos <strong>de</strong> sus resortes, ocultos al profano, por<br />

ejemplo: el «canon» o norma <strong>de</strong> la medida proporcional <strong>de</strong> las figuras <strong>de</strong> los animales rupestres, los<br />

estilos/talleres/escuelas, etc. Valórese, a<strong>de</strong>más, el hecho <strong>de</strong> que, a veces, lograron la tridimensionalidad<br />

mediante la adaptación <strong>de</strong> la figura pintada a la configuración -en relieve- <strong>de</strong> la roca (cuevas Ekain, Arcysur-Cure,<br />

Altamira, Pech-Merle, Palomera/Ojo Guareña, etc.) o <strong>de</strong> la estalactita (Castillo, Font <strong>de</strong> Gaume,<br />

etc.), a veces mediante la bicromía (rojo, negro: Altamira, Lascaux, etc.), a veces por medio <strong>de</strong> un tinte<br />

uniforme que cubre algunas partes <strong>de</strong>l cuerpo para reproducir los cambios <strong>de</strong> orientación <strong>de</strong> la pelambrera,<br />

también por un tinte rebajado en progresión a<strong>de</strong>cuada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el exterior hacia el interior o por los trazos <strong>de</strong><br />

relleno orientados (Font <strong>de</strong> Gaume, Niaux, etc.), etc. Y esto en unas condiciones llamativamente inferiores<br />

respecto a los artistas actuales, a saber, en un «lienzo» rocoso, recubierto frecuentemente con una fina<br />

capa <strong>de</strong> arcilla más o menos húmeda,(«¿Por qué no se corre la pintura?», preguntan casi todos al visitar la<br />

Sala <strong>de</strong> las Pinturas <strong>de</strong> Ojo Guareña. De ahí el riesgo instintivo <strong>de</strong> intentar comprobar la humedad tocando<br />

la roca e incluso las mismas pinturas, con su inevitable <strong>de</strong>terioro.) con pintura, «brochas», pinceles elementales.<br />

La rudimentariedad instrumental técnica <strong>de</strong>staca el grado intelectual <strong>de</strong> los artistas con relieve<br />

inversamente proporcional.<br />

b) Por la reproducción <strong>de</strong>l tiempo y <strong>de</strong>l espacio, aunque no siempre. Las figuras y los signos rupestres<br />

integran un sistema estructurado <strong>de</strong> acuerdo con un criterio no siempre inteligible por nosotros. Si se ha<br />

tardado en aceptar su estructuración en un sistema i<strong>de</strong>ológico o <strong>de</strong> creencias, se ha <strong>de</strong>bido sin duda a que<br />

la mayoría <strong>de</strong> las figuras y signos aparentemente son inconexos. Pero no es así, al menos en varios casos<br />

que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el extremo meridional <strong>de</strong>l arte rupestre paleolítico: España (Palomera/Ojo Guareña) y región<br />

pirenaica francesa (Lour<strong>de</strong>s, Arudy) hasta la más septentrional: Siberia (Mezin, Malta), pasando por<br />

Lascaux, Roc <strong>de</strong> Sers, Villars, etc.<br />

c) Por su capacidad <strong>de</strong> abstracción. El hombre se distingue <strong>de</strong> los simples animales precisamente por<br />

su prerrogativa <strong>de</strong> vivir en el universo físico, como ellos, y a<strong>de</strong>más en el simbólico, abstracto. El símbolo es<br />

como una ventana abierta a lo metafísico, espiritual, divino. Se ha visto ya cómo la clave simbólica entra en<br />

la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> la religión. Dos gran<strong>de</strong>s constantes artísticas, fruto <strong>de</strong> dos modos <strong>de</strong> abstracción, han<br />

perdurado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el paleolítico hasta nuestros días en su arte: la llamada «figurativa, formal, natural,<br />

analítica» (épocas <strong>de</strong> predominio <strong>de</strong>l objeto/objetivo, lo percibido), y la «abstracta, informal, geométrica»<br />

(épocas <strong>de</strong> prevalencia <strong>de</strong>l sujeto, lo subjetivo, <strong>de</strong>l personal punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l artista). En el arte rupestre<br />

están representadas, ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus mismos inicios, por las figuras pintadas <strong>de</strong> animales y por los relieves<br />

femeninos -la primera-, por los signos, los grabados y, en parte también, por las estatuillas femeninas -la<br />

segunda-. Estos dos modos <strong>de</strong> abstracción no anulan lo material <strong>de</strong> la realidad; simplemente la <strong>de</strong>spojan -<br />

en grado distinto- <strong>de</strong> los rasgos individuantes. El tercer grado <strong>de</strong> abstracción: el matemático prescin<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

las notas individuantes y, a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong> su ser material. Se fija en la cantidad, algo inherente a cualquier<br />

realidad material e inmaterial, también espiritual. Cantidad, número, hay en las cosas, i<strong>de</strong>as, espíritus y en<br />

Dios mismo, Uno y Trino. Se da también en el arte rupestre (B. A. Frolov, M.A Kánig, A. Marshack). Nada<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse documentalmente <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong>l cuarto modo <strong>de</strong> abstracción: el metafisico en el arte<br />

rupestre, a saber, la que consi<strong>de</strong>ra la realidad en sí misma, los seres en cuanto ser, ente. Pero pue<strong>de</strong><br />

presuponerse e incluso intuirse tras la integración <strong>de</strong> las figuras, figurativas o no, <strong>de</strong>l arte rupestre en un<br />

sistema propia e impropiamente religioso.<br />

d) Seres dotados <strong>de</strong> habla. El estudio <strong>de</strong> la base <strong>de</strong>l cráneo <strong>de</strong> los ejemplares bien conservados<br />

permite <strong>de</strong>ducir la capacidad habladora <strong>de</strong> los calificados como homo ergaster, etc. Más aún, en Kebara<br />

(Israel) se encontró en 1989 una mandíbula nean<strong>de</strong>rtal, que conservaba en perfecto estado el hueso<br />

hioi<strong>de</strong>s, que controla la musculatura <strong>de</strong> la lengua y nos permite hablar a nosotros. Más aún, la geolingüística<br />

parece <strong>de</strong>mostrar que la distribución <strong>de</strong> los tipos más antiguos <strong>de</strong> instrumentos líticos (los choppers, las<br />

hachas bifaciales, etcétera) coinci<strong>de</strong> con la distribución geográfica <strong>de</strong> los tres principales tipos lingüísticos<br />

conocidos, a saber, el monosilábico (indígenas <strong>de</strong> América, en Extremo Oriente: Birmania, Vietnam, Indonesia,<br />

en África occi<strong>de</strong>ntal), el flexivo (área <strong>de</strong> las hachas bifaciales, lenguas indoeuropeas, semitas, etc.) y el<br />

aglutinante (todas las lenguas urálicas, también las altaicas: China, etc.) ''.<br />

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