LAS RELIGIONES - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de
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Por tanto, pue<strong>de</strong> haber y hay sectas que <strong>de</strong> hecho no tienen alguno <strong>de</strong> los rasgos específicos y especificados en<br />
la <strong>de</strong>finición. A su vez, la «especificidad» <strong>de</strong> un rasgo o nota no quiere <strong>de</strong>cir que sea exclusivo <strong>de</strong> las sectas, como<br />
la animalidad caracteriza a la especie humana aunque sea común también a los animales irracionales. Algunos <strong>de</strong><br />
los rasgos «sectarios» pue<strong>de</strong>n aparecer en los miembros e instituciones <strong>de</strong> las religiones e iglesias sin que, por<br />
ello, éstas sean sectas.<br />
<strong>LAS</strong> SECTAS, UN FENÓMENO RELIGIOSO<br />
Las sectas no son una realidad sociológica, psicológica, médica, etc., aunque repercutan o puedan repercutir en<br />
la psicología y en la salud tanto corporal como psíquica <strong>de</strong> los personas, en la sociedad, etc. Las sectas son un<br />
fenómeno religioso. Por ello, su causa es básica y principalmente <strong>de</strong> índole religiosa, a saber, la búsqueda religiosa.<br />
Si por culpa <strong>de</strong> la sequía ambiental (neopaganismo, secularismo, laicismo, etc.) o porque los pozos o<br />
religiones tradicionales (el catolicismo en España y en los países iberoamericanos) no satisfacen la sed religiosa<br />
con causa razonable o sin ella, el hombre se convierte en buscador <strong>de</strong> lo divino y <strong>de</strong> la felicidad en oasis inexistentes,<br />
fruto <strong>de</strong> espejismos generalmente engañosos, en las sectas o en el bienestar material, en el placer, en el<br />
po<strong>de</strong>r, etc. El clima dominante en el mundo occi<strong>de</strong>ntal u occi<strong>de</strong>ntalizado (Japón, etc.) es consumista, neopagano y<br />
laicista. Por ello, intencionadamente o al menos <strong>de</strong> hecho, margina a Dios y asfixia lo religioso a no ser que, por<br />
reacción, haga como saltar la alarma <strong>de</strong>l riesgo inminente provocando la huida hacia el aire libre (afán <strong>de</strong> santidad<br />
y <strong>de</strong> apostolado), si bien para algunos es el «círculo cerrado» <strong>de</strong> una secta. El hombre tiene «necesidad» <strong>de</strong> lo<br />
religioso, que le es connatural. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> «tener religión», el hombre es o «consiste en religión», religación<br />
respecto <strong>de</strong> Dios (Zubiri). Por eso, si una sociedad se empeña en echar lo religioso por la puerta, lo religioso se<br />
infiltrará, generalmente fragmentado, por las rendijas <strong>de</strong>l suelo. Más aún, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser un fenómeno religioso,<br />
no pocas sectas merecen ser llamadas «religión»; algunas sólo en el sentido amplio <strong>de</strong>l término «religión».<br />
Como las sectas son un fenómeno religioso y sus causas básicas son también religiosas, los remedios eficaces<br />
serán también <strong>de</strong> signo religioso. Ninguna persona feliz y vitalmente religiosa entra en una secta. Si lo hace, es<br />
porque tiene apolillados algunos <strong>de</strong> los cuatro pilares <strong>de</strong> la vida y espiritualidad cristianas, a saber: la a<strong>de</strong>cuada<br />
información <strong>de</strong> los enemigos, la formación doctrinal teológica, moral, etc., la vibración interior o vida <strong>de</strong> oración<br />
y el dinamismo apostólico. Si estos sostenes están apolillados, bastará el impulso <strong>de</strong> cualquier secta para que la<br />
mesa o vida religiosa se <strong>de</strong>splome. La estatua <strong>de</strong> Nabucodonosor (Dan 2,31-45) se <strong>de</strong>rrumbó más por la <strong>de</strong>bilidad<br />
<strong>de</strong> sus pies <strong>de</strong> barro que por el impulso <strong>de</strong> la piedrecita que bajó rodando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cima <strong>de</strong> la montaña. Si sus pies<br />
hasta el tobillo hubieran sido <strong>de</strong> oro, plata, bronce y <strong>de</strong> hierro como el resto <strong>de</strong> la estatua, se habría mantenido en<br />
pie sin duda alguna.<br />
NECESIDAD DE UNA TIPOLOGÍA RELIGIOSA DE <strong>LAS</strong> SECTAS<br />
A la hora <strong>de</strong> clasificar las sectas se han adoptado criterios externos o formales, por ejemplo: geográfico (según<br />
el lugar <strong>de</strong> su nacimiento: sectas orientales, americanas, etc.), sociológico (diferenciación entre Sektentypus y<br />
Kirchentypus o sectas <strong>de</strong> signo intensivo, cualitativo: pocos miembros, pero todos activos, proselitistas, o <strong>de</strong> signo<br />
extensivo, cuantitativo: muchos miembros, pero bastantes inactivos, incoherentes y sin espíritu proselitista, etc.),<br />
psicológico (repercusión en la psicología <strong>de</strong> los a<strong>de</strong>ptos, etc.), jurídico (relación con el <strong>de</strong>recho, también con el<br />
penal o <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la peligrosidad, legalidad y punibilidad <strong>de</strong> cada secta), etc., así como internos o <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su contenido<br />
doctrinal y su praxis.<br />
Es preciso aceptar una tipología más general y como previa o, con otras palabras, tener como criterio <strong>de</strong><br />
discernimiento la modalidad <strong>de</strong>l sentido religioso <strong>de</strong> cada secta. He aquí su catalogación <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta perspectiva:<br />
a) Sectas religiosas, o sea, las que merecen ser llamadas «religión» en el sentido estricto <strong>de</strong> este término:<br />
ahmadismo, bahaísmo, jehovismo, mormonismo, etc.<br />
b) Sectas mágicas, las que gravitan en torno <strong>de</strong>l hombre y <strong>de</strong> sus problemas, marginan la trascen<strong>de</strong>ncia por<br />
culpa <strong>de</strong> su obsesión por las preocupaciones e intereses inmediatos e intramundanos, tratan <strong>de</strong> manipular a su<br />
antojo lo divino al servicio <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>seos naturales: salud, po<strong>de</strong>río, dinero, placer, etc. Las sectas mágicas han<br />
brotado en unos cuantos terrenos, sobre todo en la masonería marginal o esotérica, en la Wicca o brujería<br />
mo<strong>de</strong>rna, en el espiritismo, en el ocultismo propiamente tal, en el satanismo, en el gnosticismo. No están exentos<br />
<strong>de</strong> la marca mágica los Métodos <strong>de</strong>l potencial humano ya enumerados en cuanto se proclaman «mágicamente»<br />
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