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Audiencias y pantallas en América - Revista Comunicar

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22<strong>Comunicar</strong>, 30, XV, 2008los no marroquíes, otros, no. Pero nosotros no consumimosnuestros mundos simbólicos como sandwiches;nosotros interactuamos con ellos, jugamos con ellos,nos los apropiamos, los ignoramos, los ridiculizamos ylos convertimos <strong>en</strong> nuestros. Los seres humanos construy<strong>en</strong>su realidad social a través del intercambio creativoe ilimitado de signos <strong>en</strong> la comunicación de cadadía. La expresión y la creatividad simbólica no sonañadidos lujosos de la vida moderna. Son fundam<strong>en</strong>talespara la exist<strong>en</strong>cia humana y su importancia ha idocreci<strong>en</strong>do desde la llegada y la rápida expansión de losmedios de comunicación, los recursos simbólicos desarrolladospor los medios y la industria cultural,Internet y la aparición de las tecnologías personales dela comunicación, especialm<strong>en</strong>te la telefonía móvil. Estoscampos de fuerza interactivos señalan la singularidad,importancia e impacto de la era digital.El pot<strong>en</strong>cial expresivo de las herrami<strong>en</strong>tas queusamos para crear y comunicar hoy <strong>en</strong> día y los placeresque eso nos produce no es sino la continuación det<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias preexist<strong>en</strong>tes. Los seres humanos llevanmucho tiempo creando y usando «tecnologías del ánimo»–empezando con el l<strong>en</strong>guaje, la música y el artevisual– para producir placer (Evans, 2001). Pero contantas «tecnologías del ánimo» a su disposición la g<strong>en</strong>teti<strong>en</strong>e ahora acceso a muchos más canales y códigospara innovar y expresarse de los que nunca tuvo. Eléxito de mercado de la tecnología del consumo dep<strong>en</strong>dedel pot<strong>en</strong>cial expresivo de cada nuevo producto,desde los primeros teléfonos y cámaras de aficionadoshasta los últimos y más sofisticados juguetes digitales.La portabilidad, miniaturización, facilidad de uso y relativafacilidad de adquisición del móvil actual, el MP3y el ord<strong>en</strong>ador portátil, <strong>en</strong>tre muchas otras tecnologías,hac<strong>en</strong> más fácil que nunca crear y comunicar.Cuando las tecnologías de la comunicación se hac<strong>en</strong>asequibles y fáciles de usar se quiebra la distincióntradicional <strong>en</strong>tre los profesionales de la comunicacióny los no profesionales. Fotógrafos aficionados trabajanahora con las mismas herrami<strong>en</strong>tas usadas por losperiodistas profesionales: una cámara digital con autofoco,un ord<strong>en</strong>ador portátil y conexión a Internet(Simon, 2004). Las videocámaras actuales de consumoordinario y el software de edición permit<strong>en</strong> a cualquierahacer y compartir producciones que parec<strong>en</strong>profesionales. Actualm<strong>en</strong>te, cuando las cámaras sehan convertido <strong>en</strong> prestaciones estándar de los teléfonosmóviles, el arte de la fotografía pasa de ser «unsimple artefacto ilustrativo a convertirse <strong>en</strong> un mediode comunicación» (Levy, 2004: 49). En el proceso, elusuario del móvil se convierte <strong>en</strong> un fotógrafo y <strong>en</strong> uncomunicador visual. Los usuarios de Internet expand<strong>en</strong>su s<strong>en</strong>tido de lo posible de tal forma que hoy laidea de t<strong>en</strong>er una website, instalar una webcam o escribirun blog le parece normal a mucha g<strong>en</strong>te. Aficionadosexpertos <strong>en</strong> Internet dan un paso más escribi<strong>en</strong>doprogramas de ord<strong>en</strong>ador, instalando redes «caseras»y creando sus propios servidores. El simple hechode imaginar una audi<strong>en</strong>cia global para las comunicacionescreativas de uno se ha convertido <strong>en</strong> partedel placer de la expresión humana contemporánea.La g<strong>en</strong>te lleva a cabo su trabajo expresivo y creativo<strong>en</strong> un espacio comunicacional. En esos espacios,los productores de la cultura cotidiana –sobre todo, jóv<strong>en</strong>esde clase media de todos los países– diseñan ycuelgan una página web gratuita HTML, personalizanel tono, la pantalla y el m<strong>en</strong>saje de saludo para susmóviles, así como una barra de herrami<strong>en</strong>tas y un fondode pantalla para sus ord<strong>en</strong>adores, prueban, mezclany copian un CD de música, montan y distribuy<strong>en</strong>un vídeo digital, hac<strong>en</strong> fotos digitales con sus teléfonosy las hac<strong>en</strong> circular, se bajan y distribuy<strong>en</strong> un DVD. Elacceso de banda ancha, el bajo coste y la facilidad deuso de los sistemas de vídeo digital han abierto la posibilidadde hacer cine a un amplio grupo de cineastas<strong>en</strong> pot<strong>en</strong>cia. Pero la g<strong>en</strong>te que está haci<strong>en</strong>do este tipode trabajo simbólico no son sólo los tecno-adictos o losfanáticos de la música pop ni los hijos de g<strong>en</strong>te rica yfamosa. Cualquiera, con el equipo adecuado, un pocode dinero, sufici<strong>en</strong>te motivación, algo de práctica ytiempo, puede hacerlo.La auténtica interactividad –la formación y mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>tode redes culturales de igual a igual que expand<strong>en</strong>el mundo– define la era de la comunicación.La g<strong>en</strong>te no sólo ti<strong>en</strong>e la oportunidad de consumir másrecursos simbólicos que nunca, sino que se ha increm<strong>en</strong>tadode forma notable su capacidad para crear ycompartir sus creaciones. La interactividad es una cualidadindisp<strong>en</strong>sable de muchas formas de la expresiónhumana. Intercambiar m<strong>en</strong>sajes de texto, jugar a videojuegosbasados <strong>en</strong> webs, hacer llamadas telefónicas através de Internet, participar <strong>en</strong> chats y compartir archivosmusicales digitales, por ejemplo, todo ello configurael <strong>en</strong>granaje de la experi<strong>en</strong>cia cultural contemporáneacon complejos niveles de comunicación social.La industria ap<strong>en</strong>as puede mant<strong>en</strong>erse al día. Inclusolas industrias más atrincheradas –las industrias decomunicación más l<strong>en</strong>ta, como las compañías telefónicasy de telecomunicaciones estatales– han t<strong>en</strong>ido queresponder rápidam<strong>en</strong>te a las demandas de comunicaciónde sus cli<strong>en</strong>tes. Todas las industrias de los mediosy la cultura han int<strong>en</strong>tando desesperadam<strong>en</strong>te evitarlas severas pérdidas económicas originadas por ambi-© ISSN: 1134-3478 • Páginas 21-26

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