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Audiencias y pantallas en América - Revista Comunicar

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88<strong>Comunicar</strong>, 30, XV, 2008siderado como algo natural, ejercido bajo la ley delmercado, versus el «derecho de los niños» para disponerde un material audiovisual que contribuya a su formaciónciudadana. El tema pasó a ganar visibilidad apartir de 2002, mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que el Ministro de JusticiaJosé Gregori, reconocido por def<strong>en</strong>der a los perseguidospolíticos del régim<strong>en</strong> militar <strong>en</strong> los tiempos dela dictadura (años set<strong>en</strong>ta y och<strong>en</strong>ta), decidió manejarel asunto a partir de lo que se considera «el derechode los niños» a no ser sorpr<strong>en</strong>didos con productos inadecuadosa sus perfiles psicológicos a través de la pantalla.A finales de 2006 el sucesor de Gregorio, el MinistroMarcos Thomas Bastos, pres<strong>en</strong>tó jurídicam<strong>en</strong>teel texto de un docum<strong>en</strong>to legal, estableci<strong>en</strong>do con ellouna política de «clasificación indicativa» de las producciones.Según la pret<strong>en</strong>dida norma, las emisorasserían obligadas, bajo la ley, a exhibir sus programas <strong>en</strong>horarios previam<strong>en</strong>te definidos.Grupos de intelectuales y una cantidad significativade productores culturales se pronunciaron a favorde la medida. En cuanto a los medios –la televisiónespecialm<strong>en</strong>te–, al tiempo que rechazan la interfer<strong>en</strong>ciadel poder público <strong>en</strong> su área de actuación reconoc<strong>en</strong>,por primera vez y públicam<strong>en</strong>te, la posibilidad deque sus ofertas puedan t<strong>en</strong>er efectos negativos. En estecaso –afirman ellos–, únicam<strong>en</strong>te toca a los padresel tomar medidas necesarias para controlar el accesode jóv<strong>en</strong>es y niños a la televisión o removerlos, <strong>en</strong> definitiva,de su lugar fr<strong>en</strong>te a la pantalla. Los intereses <strong>en</strong>juego son de tal monta que el conjunto de los periódicos<strong>en</strong> circulación <strong>en</strong> el país acicatean las discusionesy apoyan a los propietarios de las emisoras.Finalm<strong>en</strong>te, el 12 de julio de 2007 el Ministerio deJusticia establece las nuevas reglas de clasificación indicativapara programas de televisión. Entre los puntosdel docum<strong>en</strong>to se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra la posibilidad de que loscanales definan a qué rango etario se destinan sus produccionesy el horario de su exhibición. En caso deconflicto con la postura del Departam<strong>en</strong>to de Clasificación,la emisora podría pres<strong>en</strong>tar recurso, ¡políticaque deja <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to las cosas <strong>en</strong> donde están!Con su actitud, el gobierno reconoce no haber soportadola presión del sector productivo. Debilitado con ladisputa, finalm<strong>en</strong>te el Ministerio de Justicia decide financiaruna investigación sobre el impacto de la exhibiciónde esc<strong>en</strong>as de sexo y viol<strong>en</strong>cia: «Uno de lospropósitos es verificar si los criterios y los símbolos dela clasificación indicativa cumpl<strong>en</strong> con sus objetivos».Se pret<strong>en</strong>de también «id<strong>en</strong>tificar peculiaridades localesy regionales para «nortear» la elaboración de unapolítica nacional que promueva el análisis crítico de losmedios <strong>en</strong> las escuelas», declaró la autoridad gubernam<strong>en</strong>tal1 . En ese mom<strong>en</strong>to el Ministerio de Cultura,presidido por el conocido cantante Gilberto Gil, es elorganismo gubernam<strong>en</strong>tal que propone una «políticanacional de educación para los medios». Apoya la ideaRadiobras, una empresa que manti<strong>en</strong>e un programade televisión <strong>en</strong> canal oficial destinado a analizar lacalidad de emisiones comerciales y educativas d<strong>en</strong>ominado«Ver TV».Curiosam<strong>en</strong>te son las áreas de la Justicia y de laCultura, y no exactam<strong>en</strong>te el área de Educación, qui<strong>en</strong>esasum<strong>en</strong> la def<strong>en</strong>sa pública de una «educación crítica»de los usuarios de los medios masivos. En estes<strong>en</strong>tido, lo más intrigante es que fr<strong>en</strong>te a un asunto detanta relevancia, los educadores –que también son padresde familia– no se si<strong>en</strong>tan, ellos mismos, motivadosa manifestarse públicam<strong>en</strong>te sobre el tema medianteuna acción sistemática integrada <strong>en</strong> los currículos.En verdad, la at<strong>en</strong>ción de los maestros fr<strong>en</strong>te a latelevisión se reduce a una preocupación moral y cultural,de carácter privado. Para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der a los educadoresse hac<strong>en</strong> necesarias algunas consideracionesprevias sobre las verti<strong>en</strong>tes de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre laeducación y la comunicación masiva.2. Las distintas miradas de la educación fr<strong>en</strong>te a lapantallaEstudios que realizamos <strong>en</strong> Brasil <strong>en</strong> los inicios delos nov<strong>en</strong>ta 2 nos han permitido observar la exist<strong>en</strong>ciade tres difer<strong>en</strong>tes verti<strong>en</strong>tes, aglutinando a los expertos<strong>en</strong> distintas percepciones <strong>en</strong> cuanto al manejo de programasde educación fr<strong>en</strong>te a la pantalla de televisión:la verti<strong>en</strong>te moralista, la verti<strong>en</strong>te culturalista y la verti<strong>en</strong>tedialéctica o educomunicativa.La verti<strong>en</strong>te moralista reúne a aquéllos que observanla pantalla desde la perspectiva que asume a losadultos como conductores de la bu<strong>en</strong>a formación delas nuevas g<strong>en</strong>eraciones. Se d<strong>en</strong>uncia los peligros repres<strong>en</strong>tadospor producciones emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te mercantiles,inescrupulosas e ins<strong>en</strong>sibles fr<strong>en</strong>te al desarrollom<strong>en</strong>tal y emocional de niños y adolesc<strong>en</strong>tes. Unatradición con fuerte inspiración religiosa, responsable<strong>en</strong> el pasado (de los años 30 a los 50) por un bi<strong>en</strong> organizadoservicio de «control moral de los <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>tos»,proced<strong>en</strong>te desde parroquias y escuelas sobreel peligro inher<strong>en</strong>te a ver ciertas películas llegadasdesde el exterior. La verti<strong>en</strong>te moralista se manti<strong>en</strong>e vig<strong>en</strong>tesost<strong>en</strong>ida por la «teoría de los efectos», de carácterbehaviorista, que <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de al niño como un serabsolutam<strong>en</strong>te influ<strong>en</strong>ciable por los estímulos de losmedios. Aunque poco eficaz <strong>en</strong> una sociedad marcadapor el relativismo posmoderno, la reafirmación delos valores morales tradicionales sigue si<strong>en</strong>do el factor© ISSN: 1134-3478 • Páginas 87-92

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