vulneración

pero sí de actores armados que dominaron la región, las mismas autoridades
municipales y ambientales reconocen el deficiente control a esta minería.
Lo anterior obedece a que carecen de personal y recursos económicos
para ordenar los cierres y el cumplimiento de normas ambientales y a que
estos grupos no permiten el cumplimiento de sus funciones legales, algunas
veces por amenazas y en otras por actos de corrupción. Todo lo anterior
conlleva a una difícil situación humanitaria que afrontan los pobladores de
la región.
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Como se ha expuesto, en la región existe la minería tradicional, tanto artesanal
como mecanizada, que se ve traslapada con los títulos mineros otorgados
por el Gobierno, lo cual ha generado confusiones y disputas entre los
mineros y con los titulares.
En el 2013 la Agencia Nacional de Minería junto a las comunidades y otras
entidades públicas del orden nacional, departamental y municipal y empresas
privadas abrieron un espacio de diálogo para abordar las diversas
problemáticas en la región, en especial la informalidad minera, con la participación
del Comité Minero de Pueblito Mejía, el Comité de la empresa
Minas Santa Cruz (CMSC), la empresa canadiense Ashmont y la comunidad
de la zona, agrupada en la asociación denominada MAPE, Comité que se ha
reunido en varias oportunidades pero que no ha generado acciones concretas
para avanzar en la solución de los problemas de la minería en la región.
2.5.4.2. Impactos ambientales
En el sur de Bolívar se ha desarrollado de manera intensiva la actividad
minera, principalmente de veta, pero con un gran auge la minería de aluvión.
Casi todos los municipios de esta gran región están afectados por la
actividad, la cual en su mayoría se hace de forma ilegal, sin contar con los
debidos permisos, generando graves impactos al entorno, principalmente a
los ríos y ciénagas de la zona, como se procede a describir:
• Flora
Se calcula que el 88% de los bosques originales de la serranía de San Lucas
han desaparecido por las diferentes actividades desarrolladas, principalmente
por la agricultura y la minería. Se ha reportado que en esta región,
cerca de 30.000 familias talan los árboles para sacar madera, lo que ha