vulneración

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Fuente: Defensoría del Pueblo.
La explotación de minerales dentro de la ronda de protección de las ciénagas
como del cauce del río Magdalena hace altamente vulnerable a los
mineros que están trabajando en las excavaciones a cielo abierto, como se
evidencia de forma alarmante en la foto anterior, y en el evento en que se
presente alguna creciente del río, estos fosos se inundarán, sobreviniendo
una situación catastrófica.
1. Erosión de las cuencas
La explotación de oro dentro de los cauces de los ríos incrementa la producción
de grandes cantidades de sedimento, transportándolos a zonas de
baja velocidad, formando islotes y, por consiguiente, se disminuye la capacidad
hidráulica para la navegabilidad. La explotación debilita las orillas
de los ríos, propiciando que el agua las rompa y arrastre los sedimentos
liberados; la erosión en sus riberas trae como consecuencia la destrucción
de las viviendas y los cultivos vecinos, situación que se presenta en la Depresión
Momposina, en los ríos afluentes, brazos del río Magdalena y varias
ciénagas.
2. Contaminación de las aguas
En el sur de Bolívar las actividades mineras para extraer oro conllevan la
utilización de mercurio y cianuro, pero además otros agentes químicos
como el zinc, la cal, el borato y el ácido nítrico, que por lo general terminan
contaminando el suelo, las aguas y el aire, siendo los dos primeros los que
más preocupan por la cantidad utilizada y por los efectos sobre los organismos.
Por ejemplo, se denuncia la muerte de ganado por consumir aguas