vulneración

4.3. ANÁLISIS DESCRIPTIVO POR DEPARTAMENTOS
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4.3.1. DEPARTAMENTO DE CÓRDOBA
Los mineros y demás pobladores del departamento manifestaron a la Defensoría
del Pueblo que no existe disponibilidad suficiente de establecimientos,
bienes y servicios públicos de salud. Las personas que habitan en
corregimientos y veredas no cuentan con centros de salud en sus lugares
de residencia; por lo cual, la frecuencia de consulta a programas de prevención
y promoción es escasa, casi nula.
Los pobladores deben trasladarse a cabeceras municipales para recibir
atención médica y esta no es una práctica habitual entre los mineros. En
efecto, solo el 1% de las 22 personas que fueron entrevistadas por la Defensoría
del Pueblo expresaron que asisten de manera periódica a citas médicas
y/o odontológicas de control, es decir que la mayoría de la población
acude con muy baja frecuencia a los servicios de salud y, en particular, solo
en casos extremos de urgencias.
Los mineros del corregimiento de Puerto Libertador han recurrido a los
servicios médicos del municipio de Montelíbano o a la ciudad de Montería,
consultando problemas osteomusculares graves, derivados posiblemente
de la actividad física y del desgaste de su sistema musculoesquelético propio
de su ocupación minera, siendo esta una manifestación del riesgo mecánico
de este tipo de trabajos.
Cabe resaltar que, con respecto al uso de tóxicos como el mercurio, utilizado
para la amalgamación del oro como proceso para su extracción, los mineros
de manera directa no tienen información y, por ende, no reconocen
sintomatología por intoxicación asociada con esta sustancia. Las afecciones
cutáneas que pueden estar asociadas, conforme a la literatura médica, al
contacto con sustancias como el mercurio, son tratadas con remedios caseros.
De igual forma, en el relato de los mineros se encontraron referencias a
problemas respiratorios, como congestiones nasales y alergias de las vías
respiratorias, asociadas al mercurio evaporado, el cual es inhalado directamente
por los mineros.