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embargo, es necesario que la Fiscalía preste especial atención en aquellas violencias<br />
sexuales que se cometieron en contextos de consolidación, periodo durante<br />
el cual los paramilitares se convirtieron en los dominantes absolutos del<br />
territorio, lo que les permitió decidir sobre la vida y los cuerpos de las personas.<br />
¿Dónde estaba la institucionalidad cuándo los paramilitares recorrían las plazas<br />
públicas? ¿Qué hace que un grupo armado como el Bloque Norte pueda poner<br />
las normas de conducta, decidir sobre lo político, social, sexual y económico de<br />
una región? ¿Dónde estaba la policía cuando los paramilitares encerraban a las<br />
mujeres jóvenes en los bares y las violaban?<br />
Desde Humanas se hace un llamado a la Fiscalía para que plantee las responsabilidades<br />
del Estado y de los gobiernos locales de la época del accionar del<br />
Bloque Norte en los departamentos de Cesar y Magdalena, pues solo esa identificación<br />
de responsabilidades, contribuirá a saber la verdad de las violaciones,<br />
a que la justicia sea integral y a que se repare a las mujeres, con garantías de no<br />
repetición, no puede ser que quienes tienen la obligación de cuidar a las mujeres<br />
hayan sido indiferentes a las violaciones a sus derechos.<br />
6. Otro de los elementos que a partir del análisis del contexto se considera debe<br />
ser revisado, es la idea de que existió consentimiento y voluntad en algunos de<br />
los casos de violencia sexual que derivaron en relaciones “estables”, e incluso<br />
en embarazo; siempre será necesario poner en cuestión esa voluntariedad, tanto<br />
para reconstruir los hechos de violencia, reconocer la existencia del delito,<br />
como para establecer la verdad; entendiendo que hubo un control territorial<br />
absoluto, en el que los paramilitares dotados de su lugar de poder militar pudieron<br />
obligar a las mujeres a estar con ellos, sin ningún límite puesto por la<br />
sociedad, debido al miedo o por las autoridades en el cumplimiento de su deber<br />
de garantía.<br />
7. A través de testimonios recogidos por la Corporación Humanas durante<br />
el trabajo de campo en Cesar y Magdalena, se puede establecer que el Bloque<br />
Norte ha sido reconocido como uno de los bloques paramilitares que mayor<br />
violencia sexual cometió contra hombres. Estos hechos responden a la extensión<br />
del uso de la violencia hacia los hombres como una forma de humillarlos y<br />
denigrarlos feminizándolos. Cabe recordar que en varias culturas la penetración<br />
es asumida como una acción masculina independientemente de con quien se<br />
realiza, mientras que quien es penetrado es asumido como pasivo y por tanto<br />
femenino. Estas acciones por tanto no pueden leerse como homoeróticas<br />
sino demostraciones de poder masculino que le permitieron al grupo castigar,<br />
dominar y controlar.<br />
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