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cuestión tenga que haber sido sistemática o generalizada (cfr. Corporación Humanas,<br />

2009: 99). Algunos casos reseñados son ejemplo de este tipo de violencia:<br />

Es muy triste ver cómo caían compañeros, vecinos de nosotros, inocentes, personas<br />

inocentes (…). En una vereda arriba de la mía, mataron a una señora que estaba embarazada.<br />

Yo no la vi, pero los vecinos cuentan que le penetraron un palo por la vagina<br />

y la mataron. ¡Imagínese un palo grueso!, después de que hicieron cosas con ella ¿por<br />

qué le metieron un palo? Dicen que la muerte de ella fue muy terrible (testimonio).<br />

Claro que peor fue cuando Cordillera le hizo cesárea a una señora, le sacó el<br />

bebé y luego le metió un palo por la vagina. Al bebé lo quemó. Decía que había<br />

que matar el mal de raíz. Mataron a la sardina por ser amante de un guerrillero y más<br />

tarde mataron al papá de ella (Hernández S., 2007: 99-100).<br />

Gacha se tiraba a las viejas que le gustaban y si ellas insistían verlo más y a él<br />

no se le antojaba, las mataba. Un día violó a una muchacha con otros ‘paracos’<br />

delante del marido. Le preguntaba: “¿Le gustó, ‘hijueputa’ guerrillero?”. A ella<br />

le metieron un palo por la vagina y le dijeron al marido que le diera el último<br />

beso. Luego los mataron (Hernández S., 2007: 101).<br />

Cuando la violencia sexual es cometida con el fin de obtener información por parte<br />

de alguien allegado a la víctima el móvil asociado (obtener información) a la acción<br />

violenta permite entender la agresión sexual como parte de las acciones de guerra.<br />

Al respecto, la Corporación Humanas ha insistido en que estos casos deben ser<br />

reconocidos como delitos sexuales cometidos contra persona protegida en concurso<br />

con tortura (2009: 94 a 98). Los siguientes casos se inscriben en este patrón:<br />

En La Gabarra, en 1999, un grupo de entre veinte y cuarenta paramilitares<br />

llegaron a la tienda de O., quien tenía 19 años, agarraron a su esposo y lo amarraron,<br />

a ella la violaron y después los asesinaron a los dos. Los cuerpos fueron<br />

encontrados en el río, ella estaba decapitada, sin un brazo y con los senos mutilados.<br />

Al esposo le preguntaban por una plata (denuncia ante Justicia y Paz). En<br />

este mismo lugar también se sabe que los paramilitares recurrieron al manoseo,<br />

y la desnudez forzada de hijas, esposas o madres para obtener información de<br />

los hombres sobre los negocios de coca, las rutas, los compradores, la ubicación<br />

de la guerrilla. Me tocó “ver cómo ellos le quitaban la ropa a las mujeres<br />

(…) y las comenzaban a… delante de la familia, la comenzaban a lamber con la<br />

lengua… a quitarle esto y tocarle los senos” (testimonio).<br />

La violencia sexual cometida en retenes de los paramilitares permite establecer<br />

que hay una situación de fuerza que imposibilita la libertad de la víctima para<br />

consentir la relación sexual. Desde esta perspectiva, que el acto sea llevado a<br />

cabo contra la voluntad de la víctima posibilita calificarlo al menos como un<br />

delito ordinario. Para comprenderlo como acción de guerra es necesario subrayar<br />

el carácter que tienen los retenes en una zona bajo el control de una fuerza<br />

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