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Con respecto a la violencia sexual, el análisis de la información disponible da<br />
cuenta de algunos patrones claros a partir de los cuales se puede comprender<br />
que esta formó parte del bagaje de agresiones contra la integridad física, sobre<br />
todo de las mujeres, utilizadas por los paramilitares.<br />
La violencia sexual fue parte de la estrategia fundada en los excesos de uso de<br />
la fuerza y producción de daño que caracterizó el accionar del Bloque Catatumbo<br />
durante los cinco años que operó bajo esa estructura. La violencia sexual<br />
también fue constitutiva de las estrategias conducentes a cooptar y someter a<br />
la población. No hay cifras sobre la cantidad de mujeres que fueron víctimas<br />
de violencia sexual. Los siguientes testimonios permiten pensar que cobró una<br />
gran cantidad de víctimas muchas de las cuales fueron asesinadas después:<br />
A las mujeres las violaban, las obligaban a vivir con ellos, a trabajar a prestarles sus servicios<br />
(…), a practicarse abortos (…), a otras las embarazaban (…).<br />
Empezaron a hacer reuniones con la comunidad. Se llevaban muchachas que les gustaban<br />
para ponerlas al servicio de ellos, así tuvieran maridos.<br />
Los niños y las niñas eran violados (…) los hacían ver películas pornográficas (…).<br />
Se llevaron mucha gente, muchas mujeres, muchachas, la gente dice que para el<br />
servicio de ellos (testimonios recogidos por la Asociación Minga y Fundación Progresar,<br />
2008: 95 y 96).<br />
(…) se oía mucho de muchachas que se llevaban; las abusaban, pasara lo que pasara, y<br />
los que terminaban de hacer lo que querían con ellas las llevaban para cierta parte y las<br />
mataban. (…). Muchas muchachas se dejaban deslumbrar por la plata y el uniforme y<br />
aceptaban, creyendo que era negocio y caían en manos de ellos sin saber los que les iba a<br />
pasar. En el Cañaguate hay una casa que nadie la habita porque al parecer allí enterraban<br />
muchachas, ahí hay una fosa (testimonio recogido por la Asociación Minga y Fundación<br />
Progresar, 2008: 152).<br />
Esa gente [AUC] toda era muy mala. Se ponían los negocios de ruana y si una mujer les<br />
gustaba, se la llevaban. Mataron a muchas, porque se resistían o porque les provocaba;<br />
mataban a bala, a garrote, degolladas (Hernández S., 2007: 102).<br />
Durante el trabajo de campo adelantado por la Corporación Humanas también<br />
se tuvo conocimiento de que las violaciones por parte de los paramilitares a<br />
las escolares de Tibú eran tan frecuentes, que llegó incluso a ser común escuchar<br />
que las niñas apostaban quién era la siguiente que quedaría embarazada.<br />
También se supo que al puesto de salud de Tibúvarias veces fueron ingresadas<br />
mujeres por los propios paramilitares debido a las lesiones que les causaron<br />
después de someterlas a violaciones en los hoteles del casco urbano.<br />
La calificación de la violencia sexual cometida por los paramilitares durante el<br />
tiempo que hicieron presencia en el departamento de Norte de Santander debe