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ESCATOLOGÍA - Iglesia Reformada

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El sermón del monte de los Olivos y los pasajes colaterales V-IX / 837<br />

en el rapto. Contra esta idea es el hecho de que apostasía uniformemente<br />

significa una salida, un abandono, que representa algo hostil<br />

desde el punto de vista del escritor. No puedo encontrar ningún caso<br />

en que esta palabra, como verbo o como sustantivo, se refiera a una<br />

salida en que el que habla, o el que escribe, o los amigos del escritor,<br />

se van. Siempre designa una salida en un sentido hostil.<br />

Evidentemente Pablo había instruido a los cristianos de Tesalónica<br />

con respecto a las palabras de Cristo acerca de la reunión<br />

(episunagoge) de la iglesia a juntarse con el Señor (Mateo 24.31; 1<br />

Tesalonicenses 4.17; 2 Tesalonicenses 2.1). Habrá un tiempo breve<br />

pero intenso de dificultades, cuando los cristianos tendrán que esconderse<br />

en las montañas. Sin embargo, este tiempo no debe producir<br />

miedo hasta que la abominación desoladora haya sido colocada en el<br />

lugar santo, o (y es el mismo evento) hasta que haya sucedido la<br />

rebelión y el hombre del pecado haya sido manifestado.<br />

Pablo continúa con un comentario sobre una porción del sermón<br />

del monte de los Olivos. ¿Cómo será la “abominación desoladora”<br />

cuando haya sido colocada en el lugar santo? Pablo explica que el<br />

hijo del pecado, el hijo de destrucción, “se opone y se levanta contra<br />

todo lo que se llama Dios o es objeto de culto (ver Daniel 11.36);<br />

tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar<br />

por Dios” (2 Tesalonicenses 2.4).<br />

Parece obvio que Pablo considera que el hombre del pecado es el<br />

príncipe del pacto de Daniel 11.22, quien erige la abominación<br />

desoladora (Daniel 11.31; ver 9.27; 12.11).<br />

Pablo después hace referencia a algo que había enseñado mientras<br />

estaba con los tesalonicenses. “No os acordáis que cuando yo<br />

estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis<br />

lo que lo detiene (al hijo de pecado), a fin de que a su debido tiempo<br />

se manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad;<br />

sólo que hay quien al presente lo tiene, hasta que él a su vez sea<br />

quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien<br />

el Señor matará con el espíritu de su boca (Isaías 11.4), y destruirá<br />

con el resplandor de su venida” (2 Tesalonicenses 2.5-8).<br />

Con respecto a esta referencia a “lo que lo detiene”, sugiero que<br />

hemos ayudado a entenderlo en otras discusiones anteriores. Aunque<br />

no estamos seguros exactamente de lo que quiso decir Pablo, pero sí<br />

estamos seguros de quién es la fuente de ese poder que restringe.<br />

Cuando Pablo dice, “vosotros sabéis lo que lo detiene”, podríamos<br />

contestar, “Sí, sabemos que, como sea el agente de esta restricción, el

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