23.04.2013 Views

ESCATOLOGÍA - Iglesia Reformada

ESCATOLOGÍA - Iglesia Reformada

ESCATOLOGÍA - Iglesia Reformada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El reino futuro de Cristo / 801<br />

G. El retorno del dueño de casa, la vigilancia<br />

Es obvio en las Escrituras que Jesús, en varias ocasiones, comparó<br />

Su segunda venida con el regreso del dueño de casa después de<br />

un período extendido de ausencia. Tales enseñanzas invariablemente<br />

llevan a una amonestación de que debemos vigilar, porque no sabemos<br />

la hora que Cristo vendrá. Por ejemplo, en Lucas 12.35-40, encontramos<br />

una amonestación fuerte a la vigilancia, expresado en un<br />

mandato, “Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la<br />

hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá” (v. 40).<br />

A este párrafo le sigue una pregunta de Pedro, y otra explicación<br />

(vv. 41-48) acerca de la necesidad de que estemos vigilantes, frente a<br />

la venida del Señor. Vea especialmente el versículo 46, “vendrá el<br />

señor de aquel siervo (infiel) en día que éste no espera, y a la hora que<br />

no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles”.<br />

El lector notará que, en estas enseñanzas del Señor, la posición<br />

de los miembros de su familia, a quien le da responsabilidades, es de<br />

siervos a prueba, y no de los que ya han recibido su herencia, o que<br />

están cumpliendo sus funciones de reyes.<br />

Los tres evangelios sinópticos indican que en el sermón en el monte<br />

de los Olivos (que se estudiará en detalle), Jesús dio advertencias parecidas.<br />

El relato de Marcos es breve (Marcos 13.33-37). “Mirad, velad y<br />

orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. Es como el hombre que<br />

yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su<br />

obra, y al portero mandó que velase. Velad, pues, porque no sabéis cuándo<br />

vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al<br />

canto del gallo, o a la mañana; para que cuando venga de repente, no os<br />

halle durmiendo. Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.”<br />

La versión de Lucas de la misma advertencia también es breve<br />

(21.34-36). “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones<br />

no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de<br />

esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como<br />

un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la<br />

tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos<br />

de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie<br />

delante del Hijo del Hombre”.<br />

En el relato de Mateo (24.42-44), tenemos la enseñanza de Lucas<br />

12.39,40 repetida, casi palabra por palabra. A esto le sigue (Mateo<br />

24.45-51) la misma enseñanza que se encuentra en Lucas 12.42-46.<br />

Entonces Mateo entrega la parábola de las diez vírgenes, terminando<br />

con la amonestación, “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!