ESCATOLOGÍA - Iglesia Reformada
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El sermón del monte de los Olivos y los pasajes colaterales X-XIV / 851<br />
Capítulo VII<br />
EL SERMÓN DEL MONTE DE LOS<br />
OLIVOS Y LOS PASAJES COLATERALES<br />
Secciones X-XIV<br />
X. LAS ADVERTENCIAS ADICIONALES A LA VIGILANCIA<br />
Después de su comentario acerca de la continuación de “esta<br />
generación”, es decir, el pueblo judío (Mateo 24.34,35; Marcos<br />
13.30,31; Lucas 21.32,33), Jesús dio advertencias adicionales acerca<br />
de la necesidad de vigilar y ser fiel antes de Su retorno. Lucas<br />
concluye su relato del sermón del Monte de los Olivos con las palabras,<br />
“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones<br />
no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida,<br />
y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo<br />
vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.<br />
Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de<br />
escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del<br />
Hijo del Hombre”. (Lucas 21.34-36)<br />
Las palabras, “todas estas cosas”, cosas que esperaríamos evitar,<br />
se refieren a los disturbios cósmicos que he tratado de identificar<br />
con las copas de ira (Lucas 21.25,26). Estas palabras, entonces, apoyan<br />
la idea de que el rapto precede las copas de ira.<br />
Mateo y Marcos siguen las palabras del Señor acerca de la preservación<br />
perpetua del pueblo judío con el comentario, “ Pero del día<br />
y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi<br />
Padre” (Mateo 24.36; Marcos 13.32). 1<br />
1 La sicología de la segunda persona de la Trinidad en su forma humana ha sido analizada en una<br />
sección anterior de esta obra. Se muestra que no hay contradicción en decir que Jesús, en el<br />
momento que dio el sermón del Monte de los Olivos, no sabía el día ni la hora de Su segunda<br />
venida, pero que al mismo tiempo mantenía los atributos divinos, incluyendo la omnisciencia.<br />
Es un hecho de la sicología humana que hay distintos niveles de conciencia. No es una contradicción<br />
decir que una persona sabe algo, pero que al mismo tiempo no lo sabe. En un sentido lo<br />
sabe, en el sentido de que podría en algún momento recordarlo. Sin embargo, en otro sentido, no<br />
lo sabe, en el sentido de que en este momento, no está en su conciencia activa. Antes de la<br />
encarnación, la segunda persona de la Trinidad escogió operar al nivel humano, para experimentar<br />
de verdad la vida humana. Así que, siendo omnisciente, eligió no tener el conocimiento de Su<br />
retorno en Su conciencia activa mientras vivía en un cuerpo humano.