ESCATOLOGÍA - Iglesia Reformada
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898 / Teología Sistemática<br />
verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con<br />
poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta,<br />
y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo<br />
del cielo hasta el otro” (Mateo 24.30,31; Marcos 13.26,27).<br />
Es mi opinión que la resurrección y el rapto de los dos testigos (Apocalipsis<br />
11.11 y 12) son eventos sincronizados. Los dos testigos son llevados<br />
al cielo en una nube en el mismo momento que los escogidos son reunidos<br />
con el Señor en el aire (1 Corintios 15.52; 1 Tesalonicenses 4.13-18).<br />
F. La séptima trompeta<br />
1. Este mundo llega a ser el reino de Cristo<br />
Se anuncian (Apocalipsis 8.13, 9.12, 11-14) la quinta, la sexta, y<br />
la séptima trompetas como “ayes” para los que viven en la tierra.<br />
Después del interludio de 10.1-11.13, Juan anuncia, “El segundo ay<br />
pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto” (v. 14). Entonces continúa,<br />
“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo,<br />
que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor<br />
y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (v. 15).<br />
Ahora se identifica el momento que esperamos cuando usamos<br />
las palabras del Padre Nuestro, “Venga tu reino, hágase tu voluntad,<br />
como en el cielo, así también en la tierra”. Ahora ha llegado el momento<br />
cuando el Hijo del Hombre celestial toma posesión. “Y le fue<br />
dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y<br />
lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará,<br />
y su reino uno que no será destruido” (Daniel 7.14).<br />
El anuncio celestial se repite, “Y los veinticuatro ancianos que<br />
estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre<br />
sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, Señor<br />
Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque<br />
has tomado tu gran poder, y has reinado” (vv. 16, 17). Esta palabra<br />
de alabanza hace eco al aviso del comienzo del reinado terrenal de<br />
Cristo. Él es llamado “Señor Dios Todopoderoso”. El contexto muestra<br />
que el aoristo indicativo, ebasileusas, debe ser traducido como lo que<br />
Robertson llama un “aoristo ingresivo”.<br />
Lo que ha pasado es que Él que es eternamente Rey de Reyes y<br />
Señor de Señores, el gobernador soberano del universo, ha terminado el<br />
tiempo de sufrimiento, ha terminado el período en que “hace salir su sol<br />
sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” (Mateo<br />
5.45). Es verdad que permite al anticristo continuar durante tres años y<br />
medio, pero su estadía en la tierra es bajo las copas de ira de Dios. El